El arma de microondas es
objeto de intensos estudios en muchos países. La gama de aplicaciones de las cuales se hace
mención en el expediente HAARP es asombrosa. La primera hipótesis es que fue
diseñado para crear una capa reflectante ionizada y con vistas a una vasta
región.
La idea de crear una capa ionizada con el
fin de lograr una especie de espejo en las masas de aire a gran altura, es
plausible. La naturaleza hace lo
mismo con el bombardeo solar, el "viento solar". La radio amateur, antes de la aparición
de los satélites artificiales, podían comunicarse entre puntos lejanos de la
tierra simplemente mediante el uso de la
onda corta emitida que se refleja en las capas de la ionosfera.
Actuar a distancia con la
ayuda de ondas electromagnéticas, utilizando precisamente este efecto con capas
artificiales ionizadas.
Tenemos, dos conceptos que se combinan: el
de "espejo invisible" que corresponde a la alteración de la atmósfera
superior (la creación de una ionosfera artificial) a partir de fuentes de
radiación electromagnética (o Chemtrails), y un arma representada por un haz de
Microondas que sea un reflejo de este "espejo" y luego se envían a
larga distancia en un punto elegido en el globo. Con una capa de espejo, se puede
abarcar de varios cientos de kilómetros. Si
el espejo está instalado en la ionosfera esta magnitud puede medirse en miles
de kilómetros. Además, un solo haz puede reflejarse en una serie de
"espejos" y entonces la tasa de flujo es ilimitado.
Si esta "energía controlada"
tiene la coartada de querer localizar submarinos o de comunicarse con ellos,
entonces no hay argumento moral o ecológico. De hecho, uno de los propósitos de este tipo de instalación, sería utilizar
la ionosfera como una antena enorme, y
para emitir una frecuencia muy baja para comunicarse con submarinos (sólo las
frecuencias muy bajas penetran profundamente en los océanos).
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