Centellas
o bolas relámpago.
Durante
siglos se ha reportado un misterioso fenómeno eléctrico. Extrañas
bolas de luz del tamaño de una pelota de golf o incluso de fútbol,
flotando en el aire durante las tormentas y ocasionalmente entrando
por las ventanas, con el consiguiente sobresalto de los habitantes
del hogar. Conocidas como bolas relámpago o centellas, las
investigaciones establecen que estas sorprendentes manifestaciones no
emiten olor ni calor; apenas un sonido levemente audible. A veces
desaparecen con un sonoro “plop” cuando se topan con algún
artefacto eléctrico, pero en ciertas ocasiones explotan
violentamente, provocando incendios.
Las
centellas son uno de los fenómenos más polémicos y controvertidos
de las ciencias de la atmósfera. Su naturaleza física se ignora
todavía por completo, y su existencia no pudo ser comprobada durante
años, hasta que en contadas ocasiones lograron ser fotografiadas y
también filmadas. Se trata de uno de los principales ejemplos sobre
el gran número de misterios de la Naturaleza que aún nos quedan por
descifrar. El Rayo globular
o centella, está emparentado con el fuego de San Telmo.
Fuego
de San Telmo.
A
lo largo de la Historia, innumerables marinos afirmaron ser testigos
de la aparición de lenguas de fuego incandescente, que “danzaban”
sobre los mástiles y extremos de la arboladura de los navíos
durante ciertas tormentas. Estas bolas luminosas, conocidas como el
Fuego de San Telmo, son descargas eléctricas que se producen durante
las tormentas y que tienen como blanco a los objetos más elevados de
una embarcación.
Aunque
el Fuego de San Telmo no resulta peligroso en sí mismo a pesar de su
espectacularidad, muchas veces funciona como el aviso de la caída
inminente de un rayo sobre los barcos.
Duendes,
elfos y chorros azules.
Ciertos
fenómenos luminosos que se producen en la atmósfera superior han
recibido los poéticos nombres de duendes (sprites), elfos (elves) o
chorros azules (blue jets). Estos extraños resplandores fueron
observados en reiteradas oportunidades por los pilotos de aviones
estratosféricos y se catalogaron inicialmente como OVNIs. Más
tarde, la Ciencia finalmente los identificó y les otorgó la
aburrida denominación grupal de “Eventos Luminosos Transitorios”
(en inglés, Transient Luminous Events ó TLEs).
Los
“duendes” (sprites) son descargas eléctricas que emiten una luz
rojiza y se producen a una altitud aproximada de 80 kilómetros. Sus
“primos”, los “chorros azules” (blue jets) son conos de luz
azulada que se forman a menor altura que los duendes, a veces al
mismo tiempo que los primeros. Estos fenómenos duran normalmente
unas fracciones de segundo y están siendo estudiados por los
científicos para descubrir los motivos exactos de su formación.