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8/11/21

La Serpiente Minoica

Diosa minoica de la Serpiente -Museo Arqueológico de Heraclion- (la cabeza y las serpientes son restauraciones del siglo XX).

La religión minoica no posee deidades antropomórficas, excepto por la Gran Diosa Madre, diosa de la fertilidad también llamada Señora o Gran Dama del Laberinto o de las Serpientes, símbolo también de las fuerzas fértiles de la tierra.
En Creta se han conservado algunas representaciones femeninas conocidas como Diosas de las Serpientes, que probablemente representan a esa gran Señora en alguna de sus advocaciones concretas.

Laviosa Zambotti asocia a la serpiente como símbolo inseparable de la Diosa Madre, y desde Oriente en tiempos neolíticos se extenderá su culto por todo el Mediterráneo hacia Occidente, asociada al culto lunar y al culto al toro, como pilares de su religión matriarcal.

Esta religión ya mediterránea de la diosa madre acompañará a los colonizadores orientales que llegan a la península ibérica y fundarán estratos religiosos con el culto megalítico, porque la diosa madre es también diosa de muerte y de resurrección. Según la misma autora, este símbolo de la serpiente asociada a formas de religión, vendrá del Oriente vinculado a una religión con fuerte carácter matriarcal.

En Creta, donde estuvo muy difundido el culto a la diosa madre, el culto a la serpiente asimilada a ésta es muy importante y estará a su vez relacionado al símbolo de la espiral y el culto solar y etónico, siendo la isla de Creta, el refugio de esta religión de la diosa madre al producirse en Babilonia la revolución social y religiosa aristocrática, en la cual se perderán importantes y esenciales elementos matriarcales, estando en Creta este culto relacionado con la simbología lunar y de la serpiente, que serán los elementos que modelarán toda la cultura cretense y el centro oriental Europeo.
También se ve esta fusión de la religión matriarcal y la megalítica, según Mircea Eliade, en los signos y símbolos mágicos-religiosos que se encuentran en los dólmenes y menhires atlánticos, los cuales hacen alusión al Sol, al rayo, al hacha (emblema específico de los dioses de la tormenta) y a la serpiente que será el símbolo de la vida asociada a las figuras de los antepasados.

En la filosofía oriental se identifica la serpiente con un dios relacionado con el Sol, que "se libera de la noche como la serpiente se libera de su piel". Se identifica también con otros dioses que tienen en común entre ellos, que antes de convertirse en dioses se han desprendido de sus pieles viejas (lo que quiere decir que adquirieron la inmortalidad y vencieron a la muerte). También dentro de la mitología oriental, tanto el dragón como la serpiente serán símbolos de la vida rítmica y vinculada a emblemas acuáticos.

En la mitología griega, la serpiente protagonizará un papel muy importante, sobre todo en los inicios de ésta, era creencia común en Grecia que las figuras con cuerpo humano y cola de serpiente, representaban la población más antigua para indicar que habían nacido de la tierra, teniendo aquí una simbología positiva. Así por ejemplo en el culto a Palas, estos semi-serpentiformes son enterrados allí no como algo negativo sino para vincularlos con la tierra, viéndolos como brotados de ella. Estos están unidos a la emisión de oráculos y posiblemente Asclepio era serpentiforme en sí mismo, quedándose luego solo el bastón con este aspecto como símbolo. Posiblemente cuando el dios curandero se convirtió en figura antropomorfa, la serpiente pasó a ser tan solo un instrumento y el bastón, un emblema.
El origen de esto puede venir de una etapa prehomérica en la que las fuerzas demoníacas buenas o malas, estaban vinculadas con espíritus ectónicos, por lo cual no van a poseer una figura definida, sino que tendrán un aspecto deslizante e inconcreto, y la serpiente posee una forma adecuada para ello, para reflejar la población más vieja del país, pues la serpiente también está arraigada a la tierra. Pero como a partir de ta etapa homérica los dioses adquieren apariencia humana, estas figuras serpentiformes o quedan reducidas a un papel secundario, como puede ser que sean solo un símbolo de un dios, o se convierten en negativas.

Continuará...

11/7/21

La Serpiente Vritrá


En la religión Védica, previa al hinduismo, Vritrá es un asura (demonio) con forma de serpiente, personificación de la sequía, enemigo del dios Indra. En los textos Vedas también era conocido como Aji (serpiente) y era hermano de Valá.

Vritrá, como serpiente-dragón, bloqueó el curso de los ríos védicos. Según el Rig-veda, Vritrá mantuvo cautivas las aguas del mundo hasta que fue vencido por Indra, quien destruyó las noventa y nueve fortalezas de Vritrá (aunque a veces estas fortalezas se atribuyen a Shambara) antes de liberar a los ríos represados.

El combate comenzó poco después del nacimiento de Indra, quien había bebido una gran cantidad de soma en casa del sabio Tuashtri para empoderarlo antes de enfrentarse a Vritrá. Tuashtri creó el rayo (vashra) para Indra, y el dios Visnú, cuando Indra se lo pidió, hizo espacio para la batalla, dando los tres grandes pasos por los que se hizo famoso.
Durante la batalla, Vritrá le rompió ambas mandíbulas a Indra, pero finalmente fue derribado por éste. Al caer, terminó de aplastar sus fortalezas. Por esta hazaña, Indra fue conocido como Vritraján (asesino de Vritrá) y también como ‘asesino del primogénito de los dragones’. Después Indra atacó con su rayo y derrotó a la madre de Vritrá, Danu (que era también la madre de toda la raza danavá de asuras).

En una de las versiones de la leyenda, Indra convenció a tres devas -Varuna, Soma y Agni- para que lo ayudaran en su lucha contra Vritrá. Antes ellos habían estado del lado del asura, a quien llamaban “Padre”.

En un verso de un himno rigvédico que elogia a la diosa Saraswati, a ésta se le atribuye la muerte de Vritrá. Aunque esa mención no se encuentra en ninguna otra parte.
En una confusa modificación posterior del mito, Vritrá habría sido creado por Tuashtri para vengar la muerte de su hijo Trisiras o Vishua Rupa, que había sido asesinado por Indra. Vritrá ganó la batalla y se tragó Indra, pero los demás dioses lo obligaron a vomitarlo. La batalla continuó e Indra se vio forzado a huir.
Visnú y los rishís (sabios ermitaños) negociaron una tregua: Indra prometió que no atacaría a Vritrá con cualquier cosa hecha de metal, madera o piedra, ni nada que fuera seco o húmedo, o durante el día o la noche. Entonces Indra utilizó espuma extraída de las olas del océano (en la que el omnipenetrante Visnú se había introducido para convertirla en arma) y lo mató en el crepúsculo.

En la mitología hindú, Valá es un asura (demonio) según el Rig-veda, el texto más antiguo de la India de mediados del II milenio a.C. Tiene forma de serpiente, y es hermano del dragón Vritrá.
Valá es una caverna de piedra, destruida por Indra (embriagado y fortalecido por la droga soma, identificada con el sacerdote Brijaspati (en 4.50 y 10.68) o con Trita (en 1.52), con la ayuda de Anguirasaen (2.11), para liberar a las vacas y a Ushas, escondidas allí por los Panis.

Históricamente, el mito de Valá tiene el mismo origen que el de Vritrá. Valá, Vritrá y Varuna (dios del mar) derivan de la misma raíz sánscrita val y var (que proviene del protoindoeuropeo wel), que significan cubrir y cercar. Posiblemente sea cognada del término español “velo”.
Vala se menciona 23 veces en el Rig-veda, en los himnos 1.11, 1.52, 1.62, 2.11, 2.12, 2.14, 2.15, 2.24, 3.30, 3.34, 4, 4.50, 6.18, 6.39, 8.14, 8.24, 10.67, 10.68, y 10.138.

Fuente: wikipedia

15/6/21

La Serpiente de Midgard


En la mitología nórdica, Jormundgander llamada la "Serpiente de Midgard" es un monstruo masculino, una gigantesca serpiente que tiene al dios Loki como padre y a la giganta Angrboda como madre.
Jormundgander creció tanto que mordiéndose la cola podría abrazar toda la Tierra. Se la conoce también por ello en los idiomas escandinavos como "jordens band" (cinta del mundo).

Su nombre aparece con varias grafías alternativas en la literatura nórdica: Jormagund, Jormugand, Jormangund, Jormungandr, Jǫrmungandr y Jörmungandr.
Las variaciones dependen de los criterios utilizados para interpretar las vocales en las runas, así como el deseo de utilizar la ortografía de los lenguajes nórdicos modernos.

La etimología del nombre en nórdico antiguo es jörmun que significa "grande, exaltado, enorme, importante". Esta raíz se encuentra en numerosos nombres propios (p.ej. Ermengarde, Arminius). Gandr o ganðr (relacionada al inglés "wand", bastón o vara flexible, y a "to wind", torcer o doblar, proto-germánico gandaz o wandaz) es un nombre poético masculino que describe un objeto mágicamente poderoso o un ser imbuido con ese poder. El objeto normalmente asociado a gandr es pues una vara. Es el nombre usado a veces para describir el bastón o lanza de Odín; la raíz forma la primera parte de nombres propios conocidos como Gandalv, así jormungandr significa literalmente "el gran bastón", en el sentido de un objeto mágico muy grande y poderoso.

Cuando los Æsir se enteraron de la existencia de este ser maligno y vieron con su don de la adivinación las cosas terribles que haría, decidieron encargarse del monstruo. Odín lo lanzó al mar que rodea Midgard, donde quedará atrapado hasta el Ragnarök, el día de la destrucción total.

El enemigo de Jörmungander era el dios Thor. Destacan tres mitos en los cuales se muestran sus enfrentamientos:

En el primero, Thor se encuentra a la serpiente, la cual ha sido disfrazada como un colosal gato por el rey gigante Útgarða-Loki. Como uno de los trabajos puestos por Útgarða-Loki, Thor debía cargar al gato; como era incapaz de cargar a una criatura tan monstruosa como Jormundgander, se las arregló para levantarlo lo suficiente para separar del suelo una de sus cuatro patas y conseguir moverlo.

El segundo, ocurre cuando Ægir le encomendó a Thor la tarea de buscar una caldera suficientemente grande para preparar bebida para todos, pero ni Thor ni nadie la encontró, hasta que Tyr le informó que Hymer el gigante, su padre, poseía una caldera de una milla de profundidad. Partieron en busca del palacio de Hymer para pedir prestada la caldera. Al ver a Thor, el gigante se enfureció, sin embargo sacrificó tres bueyes para la cena, de los cuales Thor comió dos enteros, y declaró que al día siguiente comerían pescado.
A la mañana siguiente Hymer y Thor salieron a pescar, y se aventuraron en mares demasiado profundos, hasta los dominios de la serpiente de Midgard. Una vez allí, Thor lanzó su caña de pesca y Jörmundgander la agarró, luchando frenéticamente contra su adversario. Mientras el dios lanzaba miradas de odio a la gran serpiente, esta lanzaba mares de veneno.
Hymer, al ver a la gran serpiente, se acobardó y cortó el sedal antes de que el barco naufragara, por lo cual Jormundgander pudo escapar. Al volver al palacio del gigante y dar una prueba más de su fuerza, Thor pudo llevarse la gran caldera.

Su último encuentro ocurre con la llegada del Ragnarök (el destino de los regentes/dioses), cuando Jörmundgander se arrastrará fuera del océano y envenenará los cielos. De sus fauces pululará el veneno y reptará entre el fuego a los pies de los gigantes hasta el lugar donde se encuentra Thor para luchar contra su némesis y aquel que tantas veces la había intentado cazar. Éste la matará y entonces caminará nueve pasos antes de caer muerto víctima del veneno de la serpiente. Esta es la batalla a muerte donde ambos morirán.

Fuente: wikipedia

17/5/21

Las Serpientes de Uluru

                                Grafismos en las cuevas se Uluru

Uluru es uno de los iconos naturales más famosos de Australia. Es una formación rocosa que tiene 600 millones de años y se eleva 348 m. sobre el terreno circundante y 863 m. sobre el nivel del mar, aunque la mayor parte se encuentra bajo tierra. El contorno del monolito mide 9,4 kms.

También llamado “el ombligo del mundo”, Uluru y su vecina formación rocosa Kata Tjuta a 25 Kms. tienen un profundo significado histórico y cultural para los anangu, habitantes originarios de la zona, para quienes este gran bloque de piedra representa el punto crucial en la intrincada red de rutas del Tjukurpa o Tiempo del Sueño (el principio de todo, la creación).

Kata Tjuta quiere decir “muchas cabezas”, que es una de las impresiones que causa este conjunto de cimas, cuya máxima altura es de 546 m.
La leyenda dice que allí arriba vivía Wanambi, la gran serpiente arco iris, que sólo descendía en la estación seca. Y partes de la montaña se identifican con los liru (hombres serpiente), malu (el hombre canguro) o los pungalunga (los caníbales gigantes).

Los anangu creen que toda la vida tiene su origen en el período de creación Tjukurpa. En otros tiempos, los espíritus de los antepasados se reencarnaban en animales o personas que llegaban a su tierra. Algunos de estos espíritus salieron como gigantescas serpientes de las entrañas de la Tierra, trabajaron en su superficie y modelaron el paisaje.
Las leyes aún vigentes de los anangu fueron formuladas por los espíritus de sus antepasados, y esas historias todavía conforman las bases de su cultura. En estas tradiciones se encuentran todas las respuestas universales: el origen de la vida, el universo y las leyes de la naturaleza, las relaciones entre los hombres y las mujeres, la vida, la muerte y la existencia en el más allá.

Hace mucho tiempo, según cuenta la leyenda, la serpiente pitón Kuniya se fue al monte Uluru para poner sus huevos. Allí se enteró de que su sobrino había muerto envenado por la serpiente Liru. Para vengarse, decidió irse a Mutitjulu, donde encontró a uno de los hombres de Liru. Kuniya invocó su poder con una danza, pero el hombre de Liru se reía de él. En ese momento Kuniya cogió un puñado de arena con la mano y lo echó con furia contra el suelo. Allí donde cayó la arena, las plantas y los árboles se volvieron venenosos. El hombre se seguía riendo, y Kuniya le golpeó la cabeza por segunda vez y le provocó la muerte. Los profundos cortes que Kuniya le hizo todavía pueden verse en la roca.
Kuniya y su sobrino se transformaron en Serpientes, cuya piel muestra un colorido que recuerda el arco iris. En la actualidad, todavía viven en Mutitjulu y son las encargadas de vigilar a los anangu.

Otra leyenda cuenta que hace muchos siglos habitaban en La Tierra dos poderosas tribus de espíritus ancestrales, que se enfrentaron y protagonizaron una terrible guerra cuyo principal campo de batalla fue Uluru. En el norte habitaban los pitjantjatjara (hombres canguro) y en el sur, los yankuntjatjara (hombres serpiente). Entre ellos se libraron dos grandes batallas, que aún son rememoradas en cantos y ceremonias.
La diosa Madre de la Tierra (Bulari), enfurecida por esta arrogante e irrespetuosa violencia, envió a ambos bandos una nube de gas letal que terminó con los dos bandos, y enterró los muertos bajo Uluru, siendo el color sangre que adquiere todos los atardeceres, un recordatorio del castigo que conlleva la arrogancia, el orgullo y la vanidad. Hay varias versiones de esta historia, que señalan que sólo sobrevivieron representantes de uno de los dos pueblos.

Los hombres canguro que vivían en la zona norte también tuvieron que enfrentarse al ataque de otro enemigo, un terrorífico demonio Dingo, creado mediante cantos mágicos por una tribu enemiga, la cual había dotado al monstruo de maldad y salvajismo antes de dejarlo suelto. Los hombres canguro lograron escapar gracias a sus fantásticos saltos, y aún se pueden ver las huellas de su frenética huida en una serie de cavidades que rodean la base de Uluru. Finalmente, consiguieron ponerse a salvo cuando quitaron a la bestia el tótem que llevaba en la boca y que era su fuente de su poder.

Fuente: Uluru Australia

15/4/21

Dragones Orientales

En la cultura occidental, los dragones suelen encontrarse en castillos, cuevas o montañas. Los dragones orientales, suelen vivir en los mares o en el cielo. Cada tipo de dragón tiene su propio hábitat.

Los dragones están entre las criaturas más importantes de la mitología china. Generalmente son considerados como dioses del agua y tienen control sobre el tiempo. Como tales, suelen vivir en grandes masas de agua: océanos, mares, lagos, ríos o humedales. Se dice que Panlong, un dragón que es venerado por su capacidad de convocar la lluvia, vive en el Lago Tai (China oriental). Se dice que Longma, una deidad en un caballo dragón que controlaba el flujo de los ríos y a veces aconsejaba al emperador, vivió en el río Luo (sur-centro de China).

Siendo dioses, algunos dragones chinos también viven en el cielo. Tianlong, el dragón volador, guardián de los cielos, vive en un palacio de nubes, mucho más allá de la visión humana. Feilong, otro dios dragón que controla los vientos, también vive en el cielo entre el mar de nubes.

Representaciones de dragones han sido halladas en muchos yacimientos arqueológicos del Neolítico por toda China. La representación de dragones más antigua se ha encontrado en yacimientos de la cultura de Xinglongwa. En los yacimientos de la cultura de Yangshao en Xi'an se han hallado vasijas de arcilla con motivos de dragones. La cultura de Liangzhu también produjo diseños de dragón.

Los yacimientos de la cultura de Hongshan en la actual Mongolia Anterior demuestran que produjeron amuletos de jade con forma de cerdo-dragón, una de las formas más antiguas, una criatura alargada y enroscada con una cabeza parecida a la de un jabalí. El carácter para “dragón” en la escritura china más antigua tiene una forma enroscada parecida, al igual que los amuletos de jade de dragón posteriores del periodo de la dinastía Shang.

Los dragones de Tailandia, igual que los de otros países asiáticos, representan una forma de poder mágico o sobrenatural. En el arte y la literatura tailandesa, los dragones son las criaturas míticas más comunes. La mitología de los dragones de Tailandia tiene una gran influencia en las leyendas indias, chinas y japonesas.

Los dragones tailandeses traen agua, protegen los templos y están asociados con la sabiduría y la longevidad.

El budismo es una religión dominante en Tailandia, más del 94% de los tailandeses son budistas. La escuela budista Theravada ha determinado conceptos y leyendas que se reflejan en los Dragones Tailandeses.

Al mismo tiempo, Tailandia comparte un patrimonio cultural e histórico con Laos y Camboya, lo que hace que los dragones tailandeses sean muy singulares.

Se dice que los dragones están compuestos por muchos tipos diferentes de animales de la Tierra: Cabeza de camaleón, escamas de pez, cuernos de ciervo gigante, ojos de conejo, orejas de bufle de agua, cuerpo de serpiente, patas de tigre, garras de águila, etc...

23/3/21

La Serpiente Aido-Hwedo

El africano pueblo de los Fon, procedentes del desaparecido reino de Abomey, contaban en su mitología que en los primeros tiempos de la creación, el andrógino dios de dos caras Mawu (que poseía tanto rasgos femeninos como masculinos, como metáfora del Sol y la Luna) contaba con la ayuda de Aido-Hwedo, la gran Serpiente Cósmica.

El creador iba de un lado para otro en el interior de la boca de Aido-Hwedo, mientras se afanaba en la construcción del mundo, utilizándola como transporte.

Una vez que hubo terminado con la creación, Mawu pensó que había recargado demasiado el mundo, poniendo demasiadas cosas encima. Los árboles, las montañas, los animales y demás pesaban mucho, impidiendo al creador que pudiese transportar su obra, así que pidió a Aido-Hwedo que le ayudase en esta tarea, y la serpiente cósmica aceptó. La única pega era que la gran serpiente no soportaba bien el calor de las profundidades, así que Mawu creó los mares y océanos para que Aido-Hwedo pudiese vivir en ellos.

Debido al gran peso del mundo, la serpiente debía cambiar a a menudo de posición para poder descansar, y es en cada uno de estos cambios de postura cuando suceden los terremotos. También debe alimentarse, para lo cual tiene una cohorte de monos rojos que forjan grandes barras de hierro, comida favorita de Aido-Hwedo. Pero también dice la leyenda que, el día que se agoten las reservas de hierro, la gran serpiente cósmica se devorará a sí misma, provocando que toda la tierra se precipite en el mar.

También cuenta con una hermana gemela, una segunda Aido-Hwedo, la serpiente del arco iris que vive en el cielo, libre de la carga de su hermana, y que se encarga de encaminar los rayos de luz desde el sol hacia nuestro mundo.


19/3/21

La Copa de Higía

La copa de Higía es uno de los símbolos más conocidos internacionalmente de la profesión farmacéutica.

Se trata de una serpiente enroscada en una copa o cáliz. Tanto la serpiente como el cáliz son símbolos que representan la naturaleza femenina y hacen alusión a la "farmacéutica" aplicada por curanderas y chamanes a base de hierbas.

La serpiente se asociaba en la mitología a la mujer por su naturaleza cíclica y a la medicina por su capacidad de "resucitar" al cambiar de piel.

El cáliz es un símbolo femenino por su calidad de contenedor (de la vida) y a su vez la farmacéutica por ser contenedora (del medicamento).

En la mitología, Asclepio ayudó a una serpiente y como agradecimiento el reptil le lamió el oído, compartiendo con el dios todos los secretos de la medicina y otorgándole poderes curativos. Zeus, temeroso de que Asclepio hiciera que los humanos se volvieran inmortales, lo mató con un rayo. A partir de ese momento, se construyeron templos en honor a Asclepio en donde aparecían serpientes que aparentemente estaban muertas, pero que cuando se las recogía, volvían a la vida. Esto hizo creer que los poderes de Aesclepius eran los que hacían volver a la vida a los reptiles y por ello, las serpientes se convirtieron en la cultura occidental en un símbolo de curación, muy relacionado con la medicina.

Higía y Panacea eran las hijas favoritas de Asclepio. Panacea, curaba mediante recetas perfectas de hierbas que permitían sanar cualquier enfermedad. De ahí deriva la palabra Panacea para referirse a todo aquello que soluciona o cura enfermedades.

En la mitología griega, Higía hija de Asclepio y Lampecia, hermana de Telesforo, Yaso y Panacea, era la diosa de la curación, la limpieza y la sanidad (posteriormente, también de la luna), mientras que su padre estaba relacionado con la medicina. La palabra Higiene, tiene su raíz etimológica en la diosa Higía. Un equivalente en la mitología romana es Salus.

El culto en Atenas a la diosa Higía data del siglo VII a.C. Plutarco, relató la construcción del Partenón en Atenas diciendo que la diosa Higía estaba presente cuando un obrero se cayó desde gran altura cuando estaba construyendo. Los médicos no podían tratarlo y esa misma noche, la diosa se apareció en sueños a Pericles y le enseñó un tratamiento para sanar al hombre herido. El albañil se recuperó y en honor a Athena Hygea se situó una estatua con su imagen cerca del altar.

Aunque había sido objeto de un culto local desde al menos el siglo VII a.C., no empezó a ser conocida fuera de este hasta que el Oráculo de Delfos la reconoció tras las plagas que devastaron Atenas entre los años 429 y 427 a.C. y en Roma en el 293 a.C. Su templos principales estaban en Epidauro, Corinto, Cos y Pérgamo.

La mitología romana, la adoptaría con el nombre de Sirona.

En el helenismo religioso moderno, una de las maneras en que se implora la voluntad de la diosa para que retribuya la salud en las personas, es recitando un himno dedicado a ella y luego realizando una libación de vino rosado.

Himno:

Ven, Oh Bendecida Higía. Adorada y querida Reina Universal.

Porque a través de ti desaparecen las enfermedades del hombre, y cada casa florece llenándose de alegría.

Y a través de ti, las artes también nacen. Lo que eres tú desea el mundo, Oh Reina!. La que siempre florece, a la que siempre se la honra, descanso de los mortales.

Ven Reina, Higía, porque si tú no estás todo es innecesario, y salva de la enfermedad a tu suplicante (o a mi familia).


27/2/21

Rastros Ofitas (Rusia)

Laberinto de la isla de Bolshoi Zayatsky

En una pequeña área de la isla de Bolshoi Zayatsky (Rusia), laberintos de piedra neolíticos, conocidos como “vavilons” (Babilonias en el dialecto de las islas Solovetsky) conforman la mayor concentración prehistórica de laberintos de toda Europa, unos 14 laberintos integran la isla. En todo el archipiélago ruso Solovetsky, el número total de laberintos alcanza los 35.

Muchos investigadores consideran que fueron realizados hace 2.500 años aunque hay otros que prolongan su construcción hasta los 3.000 años. Sin embargo, la isla estaba habitada desde hace 5.000 años. Posiblemente su evolución tecnológica y sobre todo los cambios en sentido cultural y religioso, llevaron al desarrollo de tan impresionantes conjuntos laberínticos.

Las características de estos pasadizos intrincados son bastante peculiares. Respecto a su medida, suelen medir entre los 6 y los 25,4 m. y las piedras que los conforman, a diferencia de otros monumentos prehistóricos como Stonehenge, son de procedencia local. Aproximadamente 850 piedras aglutinan el total de laberintos presentes en la isla de Bolshoi Zayatsky.

Los patrones de los laberintos están conformados por espirales. En ocasiones, se utiliza una sola, pero no es raro encontrar en ellos dos espirales entrelazadas, conjunto que ha sido descrito como "dos serpientes con sus cabezas en el medio que se buscan la una a la otra".

Según las descripciones aportadas por personas que han visitado la isla, el laberinto te obliga a girar en numerosas ocasiones en torno a su centro, de manera que pierdes completamente la noción de lo que llevas andado. Esto sucede especialmente en el más grande de todos, el cual se recorre entero en 15 minutos.

Distraerse a lo largo del recorrido es muy complicado, ya que debido a la estrechez que presentan los laberintos, tienes que estar muy pendiente del camino por el que te diriges mientras giras y giras, siguiendo tanto el sentido de las agujas del reloj como el contrario. Eso sí, una vez lo has recorrido, acabas saliendo por el mismo sitio por el que has entrado. De una manera más reflexiva, podríamos llegar a considerar que, a partir del recorrido de los laberintos, realizamos un viaje hacia el interior de nosotros mismos. Lo más curioso de todo, sin lugar a duda, es volver a alcanzar el mismo punto de partida.

Resulta muy complicado saber con exactitud las verdaderas motivaciones de los pobladores antiguos de la isla para realizar estos laberintos, por lo que, aunque haya numerosas interpretaciones al respecto, ninguna ha resultado definitivamente excluyente. Una de ellas considera el laberinto como una frontera entre nuestro mundo y el más allá, el inframundo. A través de una serie de rituales que se realizarían en estos lugares prácticamente sagrados, se ayudaría al alma de los difuntos a abandonar este mundo, iniciando de esta manera su viaje hacia la otra vida.

Pudieron tener una finalidad astrológica o eran una frontera entre la vida y al muerte. Esta idea espiritual es la más aceptada entre la comunidad científica, sirviendo de base para muchas otras teorías. De hecho, se ha llegado a considerar que las personas más supersticiosas del poblado podrían haber utilizado estos laberintos para atrapar a espíritus malignos. Otra teoría menos popular defiende que las piedras se colocaron así para que sirviesen como una trampa para peces. Esto podría ser posible de estar más cercanos al mar, sin embargo se localizan tierra adentro.

No se descarta que sirviesen para señalar solsticios o eclipses. Sin embargo, aunque las excavaciones arqueológicas no han arrojado mucha luz al asunto por la ausencia de objetos materiales en el lugar, han permitido localizar algunos huesos debajo de las piedras laberínticas, lo que incrementa considerablemente la posibilidad de que tengan una finalidad ritual.

Frente a estos cultos de carácter más pagano, se erigió posteriormente, en 1.436 un monasterio que ha llegado a recibir la denominación de Patrimonio de la Humanidad. Sin embargo en el siglo XX, el monasterio se convirtió en un gulag durante el mandato de Lenin. Esta situación se mantuvo durante varios años, ya que partir de 1.926, se convirtió en una prisión de trabajos forzados hasta el año 1.939. Aproximadamente, se considera que allí llegaron a morir en torno a 40.000 prisioneros del régimen soviético.

Por consiguiente, este lugar se caracteriza, por un lado, por su impresionante misticismo, integrado por los laberintos que lo componen. Pero por otro, también esconde todavía cierta oscuridad presente en algunos capítulos de su Historia. En referencia a la isla como tal, numerosas personas aseguran que su naturaleza es diferente y que tan solo con visitarla puedes apreciarlo. Pese a su escaso patrimonio y que apenas tiene población, el halo especial que la rodea es inigualable. Así que podemos considerar que las islas Slovetsky son verdaderamente mágicas.

Fuente:https://www.espaciomisterio.com/historia/isla-laberintos-inexplicables_53164

31/1/21

La Serpiente Emplumada

 El Creador, el Antiguo, el Dominador y la Serpiente Emplumada son los seres creadores de la humanidad mencionados en el Libro Sagrado maya, el Popol Vuh, “Ellos que dan la existencia, cerniéndose sobre el agua como una luz al amanecer”.

Se pensaba que los antepasados mayas utilizaban el término «Ellos» cuando intentaban hablar de los creadores de la humanidad. Curiosamente, relatan cómo todo llegó a ser y podremos apreciar claramente la supuesta influencia que tuvieron «Ellos» en la creación del hombre.

Al leer el capítulo Uno del libro encontramos lo siguiente:

«Estaban ocultos bajo plumas verdes y azules, por eso se les llama Gucumatz (Serpiente Emplumada). De grandes sabios, grandes pensadores es su naturaleza. De esta manera existía el cielo y también el Corazón del Cielo, que éste es el nombre de Dios. Así contaban. Llegó aquí entonces la palabra, vinieron junto con Tepeu (el Dominador) y Gucumatz (la Serpiente Emplumada), en la oscuridad de la noche, y hablaron entre sí Tepeu y Gucumatz.

Hablaron, pues, consultando entre sí y meditando; se pusieron de acuerdo, juntaron sus palabras y su pensamiento. Entonces se manifestó con claridad, mientras meditaban, que cuando amaneciera debía aparecer el hombre. Entonces dispusieron la creación y crecimiento de los árboles y los bejucos y el nacimiento de la vida y la creación del hombre. Se dispuso así en las tinieblas y en la noche por el Corazón del Cielo, que se llama Huracán. El primero se llama Caculhá Huracán (El Relámpago). El segundo es Chipi-Caculhá (El Surco del Relámpago). El tercero es Raxa-Caculhá (El Rayo que Golpea). Y estos tres son el Corazón del Cielo.»

Es interesante señalar que el Creador, el Antiguo, el Dominador y la Serpiente Emplumada no sólo crearon al hombre, sino que además:

«Luego la tierra fue creada por ellos. Así fue en verdad como se hizo la creación de la tierra. ¡Tierra!, dijeron, y al instante fue hecha. Como la neblina, como la nube y como una polvareda fue la creación, cuando surgieron del agua las montañas; y al instante crecieron las montañas. Solamente por un prodigio, sólo por arte mágica se realizó la formación de las montañas y los valles; y al instante brotaron juntos los cipreses y pinares en la superficie.

Y así se llenó de alegría Gugumatz, diciendo: ¡Buena ha sido tu venida, Corazón del Cielo; tú, Huracán, y tú, Chípi-Caculhá, Raxa-Caculhá! Nuestra obra, nuestra creación será terminada, contestaron. La tierra entonces fue cubierta con las diversas formas de vida animal.

El Creador y el Antiguo dice a los animales: Decid, pues, nuestros nombres, alabadnos a nosotros. Pero ¡los animales no podían hablar como un hombre! Entonces dijeron sus autores: Nuestra gloria aún no es perfecta, ya que vosotros no podréis invocarnos. Guaridas y alimentos tendréis, pero en cuanto a tu carne, se comerá. Este es tu destino.»

¿Leemos en este antiguo texto que varias veces «Ellos» trataron de crear al hombre?. Parece como si estos seres hubiesen fallado al principio y entonces «Ellos» se sentaran en el «cielo» y lo pensaran una vez más.

«Vamos a intentarlo de nuevo, hagamos de ellos los que han de ser nuestros vehículos y alimentadores.»

Así que los Creadores estaban decididos a crear al hombre:

«De la tierra roja ellos moldearon su carne; pero cuando lo hicieron, vieron que no era bueno. Él era incoherente, no tenía fuerzas, era inepto, acuoso; había sido dotado con el habla, pero no tenía la inteligencia; y luego se consumió en el agua sin ser capaz de mantenerse en pie».

Parecía como si el Creador, el Antiguo, el Dominador, la Serpiente Emplumada, «Ellos» que engendran, «Ellos» que dan existencia, no hubiesen quedado satisfechos con su creación y volvieran a desaparecer para reunirse de nuevo:

«Una vez más los dioses entraron en consejo. Se decidió que el hombre fuera hecho de la madera del tzité (alcornoque), y la mujer de la médula del zibac (sauce); pero el resultado no fue satisfactorio: eran meramente maniquís de madera. Y éstas han sido las personas que han habitado la superficie de la tierra. Existieron y se multiplicaron, pero no tenían ni el corazón ni la inteligencia, ni la memoria de sus creadores. Llevaban una vida inútil y vivían como los animales. No eran sino un intento de hombres. Debido a que no dirigían sus pensamientos hacia el Corazón de los Cielos, la faz de la tierra se oscureció, y una triste lluvia comenzó a caer. Llegaron (entonces) todos los animales, grandes y pequeños (y los hombres fueron) golpeados en sus propias caras con palos y piedras. Todos los que les habían servido hablaron, para atormentarlos; incluso sus utensilios tomaron forma y voz para añadirse a su miseria. Entonces los hombres corrían de aquí para allá, desesperados. Buscaron refugio en los tejados, pero las casas se derrumbaron sobre ellos; trataron de subir a los árboles, pero los árboles les tiraban abajo; intentaron entrar en las cavernas, pero las cavernas se cerraron ante ellos. De esta manera se logró la destrucción de estas criaturas, salvo unos pocos de sus descendientes que ahora existen en el bosque como pequeños monos.»

La tercera parte del Popol Vuh continúa la historia de la creación con el siguiente texto:

«Una vez más los dioses comulgaron juntos, y el Creador y el Antiguo hicieron cuatro hombres perfectos: su carne estaba compuesta enteramente de maíz amarillo y blanco. El nombre del primero era Balam-Quitze; el del segundo, Balam-Agab; el del tercero Mahucutah; el del cuarto, Iqi-Balam.»

Y aquí llega la parte más interesante del Popol Vuh:

«Ellos no tenían ni padre ni madre, ni nacieron por efecto de los agentes ordinarios en la obra de la Creación, sino que su venida a la existencia fue un milagro extraordinario causado por la intervención especial del Creador: Verdaderamente al fin, los dioses veían a unos seres que eran dignos de su origen.»

Como se puede observar en los párrafos anteriores del Popol Vuh, tenemos descripciones detalladas de cómo unos seres, que no eran de la Tierra, crearon al hombre.

La Serpiente Emplumada (Kukulcán o Quetzalcóatl) en el Templo de Quetzalcóatl de Teotihuacán (México). 

Fuente: Ancient Origins


21/1/21

Leviatán

 Leviatán (del hebreo לִוְיָתָן, liwyatan, enrollado), es el monstruo marino por excelencia.

Es una figura mitológica cuya representación más conocida se encuentra en el Antiguo Testamento. Es un monstruo marino imponente; una bestia de gran fuerza. Símbolo del caos y de los poderes anti-divinos.

En la Biblia, el capítulo 41 del Libro de Job (Antiguo Testamento) da muchos detalles sobre Leviatán como criatura marina. Está bien protegido por escamas; tiene una poderosa dentadura; de su boca salen llamas y chispas; y le sale humo por las fosas nasales. Nada puede derrotarlo; no puede ser apresado, porque rompe el hierro como si fuera papel. Y cualquiera, con solo mirarlo queda paralizado por el miedo. El mar hierve bajo el cuerpo del monstruo; deja un rastro luminoso y el abismo se cubre de espuma blanca.

En la Biblia, el Leviatán se describe como “la rápida y retorcida serpiente” o “el monstruo del mar”, y fue utilizado más tarde como una referencia al caos que existía antes de la creación, sometido cuando el orden fue establecido por Dios.

Leviatán posiblemente deriva de la diosa babilónica Tiamat, la madre de todo el cosmos, la diosa primordial de los océanos y las aguas saladas. Se la representa en la iconografía tradicional como una serpiente marina o un dragón.

Enûma Elish, el poema babilónico que narra el origen del planeta, afirma que Tiamat dio a luz a dragones y serpientes entre una lista más general de monstruos, incluidos los hombres escorpión, sirenas y tritones, pero no identifica la forma de Tiamat como la de un dragón; sin embargo, otras fuentes que contienen el mismo mito se refieren a ella como tal.

Leviatán ya se conocía en la mitología cananea (fenicia) con el nombre de Lotan o Lothan (derivado de lawtan).

En textos ugaríticos del siglo XIV a.C. Leviatán se describe como el enemigo del dios de la tormenta Baal y siervo del dios del mar Yam.

Cuando se descubrieron los textos referentes al antiguo mito cananeo de la creación, en el que Baal derrotó a Lotan, así como Marduk derrotó a la serpiente Tiamat, el origen del mito Leviatán quedó claro en relación con los babilonios.

También quedaría el mito relacionado con los posteriores referentes a las cosmogonías, en los que el dios supremo del panteón vence al caos eliminando a una bestia que, habitualmente, es un dios anterior.

Según otros, la figura de Leviatán está tomada de Sobek, el dios cocodrilo egipcio, amo de las aguas.

El filósofo inglés Thomas Hobbes (1588-1679) dedicó su obra política más conocida a la figura del Leviatán, escrita en 1.651, en la que el monstruo marino se transformó de en símbolo del Estado.

Fuente:https://elretohistorico.com/el-leviatan-el-monstruo-marino-de-la-mitologia-biblica/


17/12/20

Lebe - La Serpiente Dogon IV

 

El pueblo Dogon del Sahel, en África Occidental, puede ser la prueba más consistente de que la Tierra fue visitada en una época remota por seres del espacio exterior.

Según los dogon, en la montaña sagrada Youga Dogorou tuvieron lugar los primeros signos que anunciaban la llegada de los Nommo desde Sirio. La montaña, un día de repente se puso de color rojo y en la aldea crecían calabazas gigantes que nadie había plantado.

Y en esa montaña sagrada, según los dogón, se produjo la primera muerte de un nommo. No saben con certeza como pasó, pero los dogon aseguran que el nommo fue “crucificado” y al poco resucitó. Y dicen que volverá para salvar al mundo.

La tradición Dogon dice que hasta la zona de la meseta de Youga Dogurou, a plena luz del día, se vió una estrella muy brillante a la que llamaron “Ie-pelu-tolo”: La estrella de la décima luna. Lo curioso es que al llegar a la Tierra, esta estrella ya no tenía forma circular, sino que parecía una gran cesta o pirámide de base cuadrada. Para los dogón, este objeto fue un problema porque cuando aterrizó quemó plantas, animales y personas, y este sería el origen de los albinos. Por eso los albinos son especiales para ellos, los temen y los repudian.

De ie-pelu-tolo salieron ocho Nommo que tenían cuerpo de pez, 40 dientes muy afilados, no tenían orejas, y para escuchar ponían sus manos sobre unos orificios laterales. Los ojos eran rojos y en el cuello tenían arrugas. Solo tenían 3 dedos y vivían en el agua. Esos seres bajaron a la Tierra para enseñar a los hombres. Vivieron con los dogón y les enseñaron a cómo cultivar la sabana y a fabricar herramientas.

Pero esos seres también capturaban a personas y los mataban. Según sus historias, les introducían una lengua bífida por la nariz y les extraían la sangre. En el año 2.000, algunos dogón han vuelto a ver a los supuestos nommos, y los describieron con el pelo muy largo y medio cuerpo de pez. Los vieron como se movían por el suelo sin tocarlo.

Significativamente, el término “nommo” en la lengua Dogon se relaciona con el agua; también suelen referirse a ellos como “Maestros del Agua” e “Instructores”. Los describen como seres anfibios, mitad hombres; localizan su recalada en algún punto ubicado al nordeste del territorio en el que actualmente se asientan.

Esto establecen inquietantes paralelismos con la leyenda Sumeria de los Oannes, recogida por el historiador babilónico Beroso. Según el mito sumerio, los Oannes tenían forma de pez mezclada con hombre, y surgieron del Mar Rojo.

El contacto de los Dogon con los dioses de Sirio acabó en una liturgia, un ritual en el que se baila frenéticamente entre 3 y 5 días. Se bebe cerveza de mijo y se exhiben 28 tipos de máscaras. Todas ellas hacen alusión a los nommos. La máscaras, que se llaman Ka nagas, tienen forma de H.

14/12/20

Lebe - La Serpiente Dogon III

 

El culto de Lebe está relacionado con el ciclo agrícola. En todos los pueblos dogón hay un santuario Lebe.

El santuario está a cargo del líder espiritual de la aldea, el hogon, sacerdote principal de la deidad. Se dice que Lebe visita al hogon cada noche en forma de serpiente para purificarlo y darle fuerza e inspiración.

La secta Lebe adora al antepasado Lébé Serou, el primer ser humano mortal que en el mito Dogon, se transformó en una serpiente. El altar es una estructura cónica puntiaguda sobre la cual el Hogon ofrece mijo hervido mientras menciona en su bendición ocho granos más uno. Luego, el Hogon realiza algunos rituales en su casa que es el hogar de Lebe. El último día, todos los hombres del pueblo visitan todos los altares de Binou y bailan tres veces alrededor del altar de Lebe. 

La divinidad elegida para el mes de agosto en el calendario damanhuriano es Lebe, que en la mitología del pueblo Dogón es el ancestro de toda la humanidad, aquel que se ofrece a sí mismo para que puedan nacer otros seres humanos. 

El dios creador es Amma, la celebración es una vez al año y consiste en ofrecer mijo hervido en el altar cónico de Amma, y todas las sectas están dirigidas al dios Amma. 

En su tradición, el dios creador de todas las cosas, Amma, indicó a Lebe que fingiese estar muerto y que se dejara enterrar. De esta manera, el cuerpo de Lebe podría ser devorado por la serpiente enviada por el mismo creador. La serpiente, después de la comida, vomitó algunas piedras que fueron colocadas en el suelo reproduciendo el diseño del cuerpo humano. De ellas se generaron todas las mujeres y todos los hombres, mientras que Lebe, en la forma de una serpiente, continuó su vida asociada a la tierra, la vegetación, a todo lo que muere y renace. A través del sacrificio y la transmutación de su cuerpo físico Lebe es una especie de padre de toda la humanidad. 

En el mito de los Dogón la creación de la humanidad se realiza a través de un acuerdo entre la divinidad y un antepasado, que es un iniciador divino consciente y por elección de la estirpe que de él deriva. Su figura atrae la conciencia de todos los seres humanos de ser el fruto de una elección de sus antepasados y no solamente de una intervención divina. 

Las piedras que salen del cuerpo de la serpiente que engulló a Lebe, representan no solo a los seres humanos, sino también a las relaciones sociales, la comunidad, el matrimonio, el respeto, y recalcan la voluntad precisa no solo de existir, sino también de elegir los propios valores y de ordenar la manera para ser un pueblo. 

Sobre las paredes de los Templos de la Humanidad, Lebe está representado señalando el firmamento pintado en el cuerpo de la diosa egipcia del cielo Nut, para compartir la conexión con las estrellas y el universo con cualquiera que vea las preciosas pinturas de las paredes del templo. Lebe nos invita a cuestionarnos sobre el origen de la humanidad, sobre quiénes somos realmente y cual es la verdadera historia de nuestro planeta, en relación a una civilización galáctica mucho más grande. 

Lebe, a través de caminos arcanos y misteriosos, conoce los secretos del firmamento y nos los señala, dibujados en el cuerpo de Nut, que es una fuerza divina también ligada al renacimiento. Tal vez, el mensaje del héroe Dogón es este: “Estamos vivos y nacemos y renacemos continuamente para seguir viviendo, para que de esta manera podamos participar en la realización de los designios universales”. 

Lebe nos invita a reflexionar sobre la importancia de la conciencia del por qué existimos: Nosotros “existimos” porque quisimos existir, porque a través de un acuerdo con una fuerza mayor que nosotros decidimos participar en el gran juego de la vida en las formas. 

Lebe nos recuerda que no solo hemos descubierto que existimos, lo hemos decidido: Esto es una gran responsabilidad y una gran fuerza. Cada vez que nos enfrentamos a los desafíos que nos encontramos, elegimos existir con más intensidad, ser una parte más consciente del universo. Afrontar con coraje y compromiso los problemas colectivos de esta época y los del planeta, con el mismo sentido de responsabilidad y atención con que tratamos nuestros problemas personales, nos permite afirmar nuestra voluntad de crecer.

https://www.damanhurblog.es/2020/08/27/articulos-principales/lebe-el-ancestro-consciente/

Continuará...


25/10/20

Ofitas de Perú (IV)

                     Mina de Topía

En la provincia de Topira, actual Topía en Perú, los conquistadores españoles vieron un templo, frente al cual había un foso que contenía una gran imagen de una serpiente de diversos metales, con la cola en la boca. Un hombre era sacrificado cada año.

Los ancestros peruanos adoraban a las serpientes y las mantenían representadas en sus templos y casas.
La adoración de la serpiente en Perú fue eventualmente reemplazada por la superstición solar de los Incas. Habiéndolo suprimido en su propio país, llevaron a cabo una guerra de proselitismo en los estados vecinos. 

Tupac Yupanqui, el undécimo inca, conquistó a los chacapuyanos y mató a su deidad, la Serpiente. Esa provincia se encontraba al Este de Cajamarca. Luego venció a la Huacrachuca que también adoraba serpientes, y las mantuvieron siempre dibujadas en sus casas y templos.

En la guaca El Toro, un yacimiento arqueológico situado en el distrito de Oyotún, en el departamento de Lambayeque, en el norte de Perú, un equipo dirigido por el arqueólogo peruano Walter Alba (el descubridor de las tumbas reales de Sipán en 1987) hizo un descubrimiento sensacional: un templo megalítico de hace unos 3.000 años donde, muy probablemente, se llevaron a cabo rituales de culto al agua, y que fue levantado por una civilización hasta ahora desconocida.

La monumental estructura está rodeada de imponentes muros. Delante del templo hay una plaza en la que se alza un altar que presenta unos pequeños orificios que, según Alva, son típicos de los altares de agua que se encuentran en otros lugares, y se halla en los manantiales del río Valle de Zaña.
De hecho, la situación del templo es importante, ya que está ubicado en lo que se llama el Tinkuy, es decir, la unión de dos ríos que eran espacios sagrados en las culturas antiguas. La unión del río Nanchoc con el Udima para formar el río Zaña.


15/10/20

Ofitas de Perú (III)


En la ciudad de Chan Chan, al norte de Perú y muy cerca del océano Pacífico, un grupo de investigadores descubrió el que se considera el mayor sacrificio humano no solo del continente americano, sino del mundo entero. Todas las víctimas son menores de edad, de entre 5 y 14 años.

Según ha revelado National Geographic, colaborador en la excavación arqueológica, este curioso ritual tuvo lugar hace 550 años, entre el 1.400 y 1.450, durante la presencia de “El Niño” un fenómeno climático que nace por el calentamiento de las aguas del océano y que provoca fuertes lluvias e inundaciones.
Para el sacrificio, se utilizaron más de 140 niños y 200 llamas jóvenes, que fueron encontrados muy cerca del llamado Huanchaquito-Las Llamas, en un acantilado a 300 m. sobre el nivel del mar.

En un punto concreto del antiguo Imperio Chimú donde ya fueron hallados en 2.011 los restos de otros 42 niños y 76 camélidos. Un descubrimiento que motivó la excavación que ahora ha destapado este ritual a gran escala. Los restos óseos de los cuerpos presentan cortes en el esternón y dislocaciones de costillas, lo que señala que les cortaron el pecho para extraer su corazón. Junto a ellos, un hombre y dos mujeres adultas cuya función en la ceremonia todavía es un misterio.

Todas las víctimas del sacrificio fueron asesinadas y enterradas al mismo tiempo, ya que la capa de barro seco que cubre la fosa, de casi 700 metros cuadrados, permanece prácticamente inalterada.
La mayoría de niños presentan una sustancia roja en el rostro, compuesta por azufre y mercurio, y están enterrados mirando al mar. Posiblemente ofrendaron lo más importante que tenían como sociedad y lo más importante es el futuro, los niños, aseguró Gabriel Prieto, líder de la excavación.

Los expertos han quedado sorprendidos ante la naturaleza de este acto, hasta ahora inexistente en la civilización precolombina chimú. A lo largo de la historia, los sacrificios humanos han formado parte de otras culturas ancestrales como los aztecas, los mayas o los incas, pero jamás en esta zona.

Continuará...