25/1/22

Santuarios Ofitas

La Línea de San Miguel, representa la ruta del culto ancestral ofita.

Más de 4.000 Kms. alinean Siete Santuarios construidos en honor al Arcángel Miguel.

Según la leyenda representa el golpe de espada que el santo influyó al diablo para enviarlo de vuelta al infierno.

1) Isla Skelling, Irlanda;

2) Monte de San Miguel, Cornualles - GB;

3) Mont Saint Michel, Francia;

4) Sagrada de San Miguel, prov. de Turín, Italia;

5) Monte Sant Angelo, prov. de Foggia, Italia;

6) Monasterio de San Miguel Arcángel, Symi, Grecia;

7) Monasterio Stella Maris, en el Monte Carmelo, Haifa, Israel.

La primera fundación del monasterio homónimo se remonta a la época bizantina, cuando se convirtió en lugar de culto al Arcángel Miguel.


  Monte Saint Michel (Francia) antiguo santuario de culto ofita.


6/12/21

Fanes Dios Creador

Fanes aparece como una hermosa deidad de alas doradas, pero era incorpóreo por naturaleza e invisible incluso entre los dioses.
Se le representa como un hermafrodita surgiendo de un huevo cósmico. Una serpiente se enrosca alrededor de su cuerpo y hay una luna creciente con puntas saliendo detrás de sus hombros y un sol sobre su cabeza. Tres cabezas de animales cruzan su cuerpo en su pecho: león, cabra y toro. Alrededor de todo esto está el círculo de los signos zodiacales. En las esquinas se sitúan los cuatros dioses griegos de los vientos.

En el Himno Órfico número VI se le invoca como Protógono.
La tradición órfica tiene una confusa línea de tiempo, y la genealogía de los dioses es algo desordenada, especialmente cuando se compara con la tradición más lineal de Hesíodo, pero se sugirió que la esencia de Eón, el Tiempo o la Eternidad personificada, trajo a la existencia el huevo del mundo, de este huevo surgió Fanes.

El nombre Fanes significa “portador de luz” y era el dios de la Creación de quien se desarrolló toda la vida. Al ser un dios nacido del huevo cósmico engendrado por el Tiempo, es la deidad primigenia que constituye el origen de la procreación y la generación de todas las cosas. También recibía los nombres de Eros, Ericepeo, Metis, Príapo y Antauges.

Según la tradición órfica Fanes fue padre de la Noche con quien se unió para tener al Cielo y la Tierra. Fue padre también de los Mares, el Sol, la Luna, las Estrellas, Equidna y una de las tres razas de hombres, la denominada raza de oro, a quien dio como lugar para vivir la zona templada de la tierra. Todo esto lo hizo desde el interior de una gruta llamada Santuario de la Noche.

Fanes era el rey de los dioses pero posteriormente se retiró a un lugar elevado del cielo desde donde iluminaba el mundo y cedió el cetro de su reinado a la Noche (Nix), quien a su vez lo dio a su hijo, el Cielo (Urano).
El cetro le fue arrebatado por la fuerza por su hijo Crono, quien a su vez lo perdió en favor de Zeus, el gobernante final del universo. Se dice que, probablemente por consejo de la Noche, Zeus devoró a Fanes, con ello absorbió sus poderes y dentro de él quedó unido todo el universo; los elementos, los dioses, todas las cosas nacidas en el pasado y todas las cosas que iban a surgir en el futuro.
Zeus se apoderó del poder primigenio sobre toda la creación y lo repartió entre una nueva generación de dioses: los Olímpicos.


8/11/21

La Serpiente Minoica

Diosa minoica de la Serpiente -Museo Arqueológico de Heraclion- (la cabeza y las serpientes son restauraciones del siglo XX).

La religión minoica no posee deidades antropomórficas, excepto por la Gran Diosa Madre, diosa de la fertilidad también llamada Señora o Gran Dama del Laberinto o de las Serpientes, símbolo también de las fuerzas fértiles de la tierra.
En Creta se han conservado algunas representaciones femeninas conocidas como Diosas de las Serpientes, que probablemente representan a esa gran Señora en alguna de sus advocaciones concretas.

Laviosa Zambotti asocia a la serpiente como símbolo inseparable de la Diosa Madre, y desde Oriente en tiempos neolíticos se extenderá su culto por todo el Mediterráneo hacia Occidente, asociada al culto lunar y al culto al toro, como pilares de su religión matriarcal.

Esta religión ya mediterránea de la diosa madre acompañará a los colonizadores orientales que llegan a la península ibérica y fundarán estratos religiosos con el culto megalítico, porque la diosa madre es también diosa de muerte y de resurrección. Según la misma autora, este símbolo de la serpiente asociada a formas de religión, vendrá del Oriente vinculado a una religión con fuerte carácter matriarcal.

En Creta, donde estuvo muy difundido el culto a la diosa madre, el culto a la serpiente asimilada a ésta es muy importante y estará a su vez relacionado al símbolo de la espiral y el culto solar y etónico, siendo la isla de Creta, el refugio de esta religión de la diosa madre al producirse en Babilonia la revolución social y religiosa aristocrática, en la cual se perderán importantes y esenciales elementos matriarcales, estando en Creta este culto relacionado con la simbología lunar y de la serpiente, que serán los elementos que modelarán toda la cultura cretense y el centro oriental Europeo.
También se ve esta fusión de la religión matriarcal y la megalítica, según Mircea Eliade, en los signos y símbolos mágicos-religiosos que se encuentran en los dólmenes y menhires atlánticos, los cuales hacen alusión al Sol, al rayo, al hacha (emblema específico de los dioses de la tormenta) y a la serpiente que será el símbolo de la vida asociada a las figuras de los antepasados.

En la filosofía oriental se identifica la serpiente con un dios relacionado con el Sol, que "se libera de la noche como la serpiente se libera de su piel". Se identifica también con otros dioses que tienen en común entre ellos, que antes de convertirse en dioses se han desprendido de sus pieles viejas (lo que quiere decir que adquirieron la inmortalidad y vencieron a la muerte). También dentro de la mitología oriental, tanto el dragón como la serpiente serán símbolos de la vida rítmica y vinculada a emblemas acuáticos.

En la mitología griega, la serpiente protagonizará un papel muy importante, sobre todo en los inicios de ésta, era creencia común en Grecia que las figuras con cuerpo humano y cola de serpiente, representaban la población más antigua para indicar que habían nacido de la tierra, teniendo aquí una simbología positiva. Así por ejemplo en el culto a Palas, estos semi-serpentiformes son enterrados allí no como algo negativo sino para vincularlos con la tierra, viéndolos como brotados de ella. Estos están unidos a la emisión de oráculos y posiblemente Asclepio era serpentiforme en sí mismo, quedándose luego solo el bastón con este aspecto como símbolo. Posiblemente cuando el dios curandero se convirtió en figura antropomorfa, la serpiente pasó a ser tan solo un instrumento y el bastón, un emblema.
El origen de esto puede venir de una etapa prehomérica en la que las fuerzas demoníacas buenas o malas, estaban vinculadas con espíritus ectónicos, por lo cual no van a poseer una figura definida, sino que tendrán un aspecto deslizante e inconcreto, y la serpiente posee una forma adecuada para ello, para reflejar la población más vieja del país, pues la serpiente también está arraigada a la tierra. Pero como a partir de ta etapa homérica los dioses adquieren apariencia humana, estas figuras serpentiformes o quedan reducidas a un papel secundario, como puede ser que sean solo un símbolo de un dios, o se convierten en negativas.

Continuará...

3/10/21

Nagas Sumerios

Diosa Serpiente (Naga), amamantando un bebé (terracota de Ur del IV milenio).

En el templo de Inanna en Uruk (Mesopotamia) la escritura se hacía en forma de pictogramas; las mujeres eran escribas, poetas, escolares y autoras de textos religiosos. 
Algunos autores creen que Mesopotamia era originariamente un matriarcado y que gradualmente se hizo patriarcado con la emergencia de las ciudades estado. Durante ese proceso, las diosas serpiente de la antigüedad se convirtieron en temidas como manifestaciones del poder femenino y del misterio. En la “Epica de Gilgamesh” se cuenta la leyenda del héroe y de la serpiente que le roba la hierba de la inmortalidad.

En la tradición ofítica a la diosa de la Luna Cibeles (diosa de la Madre Tierra, adorada en Anatolia desde el neolítico y equivalente de Gea, de la Rea minoica y la Magna Mater romana se la suele representar ofreciéndole una copa a una serpiente.
En Canaan y Palestina, la serpiente enrollada en un palo fue adorada como dios de la curación y también como representación de la diosa Tierra. A la diosa de los cananitas, Astarté, también se le relaciona con serpientes. Otra diosa serpiente era Kadi, una deidad asirio-babilónica adorada en Der que controlaba la mortalidad, se representaba como una serpiente con senos humanos.
A los dioses de la muerte se les representaba con serpientes subiéndoles por los hombros. También la serpientes representaba al dios de la oscuridad, Tiamat.

Los Nagas, misteriosos dioses serpiente que moraron en la India en épocas remotas, fueron llamados sarpa o serpientes. El término que se encuentra en la mitología hindú, tiene antecedentes sumerios.
Hay un antiguo documento cristiano que se refiere no solamente a los dioses serpiente sino también a los dioses del panteón sumerio. Como tal, este himno cristiano tiene probablemente sus orígenes en un rezo sumerio. Llamado el Rezo de José, forma parte de los Papiros Mágicos, de origen griego. Data del segundo siglo después de Cristo.

El himno comienza con la alabanza: “Padre de los patriarcas, padre de todas las cosas, padre de todas los poderes del cosmos, creador de todo, creador de los ángeles y los arcángeles, el creador de los nombres de la redención, Yo te invoco ".

Después de algunas invocaciones más, el rezo continúa sorprendentemente:
" Tú que te sientas sobre la Sagrada Montaña del Sinaí, tú que te sientas sobre el mar, tú que te sientas sobre los dioses serpiente, el dios que se sienta sobre el dios del sol."
Además de la referencia tácita a los dioses serpiente, también se refiere al dios que se sienta sobre el mar. Aunque la línea está incompleta, parece ser una referencia velada al dios sumerio del agua Enki ya su palacio de agua o Abzu.
El referido Dios Sol es probablemente Utu/Shamash, mientras que el dios del Monte Sinaí es Ishkur/Adad. Así, la invocación parece ser dirigida a Enlil (Zeus), el dios predominante del panteón cananita que más adelante fue conocido como “El” en el Antiguo Testamento. Además, los nombres de la redención son probablemente las Tablas del Destino o los Nombres Divinos, que parecen estar basados en los Sumerios.

21/9/21

La Ophiolatría en Italia


En Italia, la colonia principal de ophitas se estableció en Campania y fueron llamados Opici, Ὀφικοὶ ἀπὸ τῶν ὄφεὄφν, dice Stephanus Byzantinus. Como testifica Estrabon, las mismas personas se llamaban Pitanatæ, es un término de la misma importancia que Opici, y se relaciona con los devotos de Pitan, la deidad de la serpiente, que fue adorada por el pueblo.

Menelao era de antiguos Pitanates, y la razón de ello puede ser conocida por su carácter espartano, Ophita o Serpentigentes. Por lo tanto, fue representado con una serpiente en su escudo. La palabra Pitan se deriva de la misma raíz que Python, a saber, del hebreo פתן serpens. Muchas representaciones de guerreros con la serpiente en sus escudos se pueden ver en los jarrones etruscos, descubiertos en la finca de Canino en Etruria, que se supone fue la antigua Vitulonia.

Jerome Colonna atribuye el nombre de Opici a la gente de Campania, de un antiguo rey llevando sobre su estandarte la figura de una serpiente. Pero esta sería la consecuencia necesaria de ser un Ophita; porque las insignias militares de la mayoría de las naciones antiguas, eran usualmente las imágenes de los dioses a quienes adoraban.
Así, una brigada de infantería entre los griegos fue llamada πιτανάτης, y los romanos, en la época de Marco Aurelio, tenían un estandarte de dragón a la cabeza de cada cohorte, diez en cada legión.
Estos dragones no fueron tejidos en tela, sino que eran imágenes llevadas en postes. Algunos dicen que los romanos tomaron prestada la norma del dragón de los Partos, pero su proximidad a la Opici de Campania puede ser el origen más probable. El uso de ellos por parte de los Partos pudo haber inducido al emperador Aurelio a extenderlos en su propio ejército; pero esta extensión quizás fue más bien un avivamiento que una introducción de la insignia del dragón.

Son mencionados por Claudio en su Epithalamium (Honorio v. 193): Stent bellatrices aquilæ, sævique dracones.
Los menciona de nuevo en su panegírico sobre Rufinus y Honorius: Surgere purpureis undantes anguibus hastas, Serpentumque vago cœlum sævire volatu..... hi picta draconum. Colla levantada, tumet multusque per nubila serpens, Iratus, stimulante noto, vivitque receptis Flatibus, y vario mentitur sibula tracto Ibídem.

Prudencio y Sidonio Apolinar también los mencionan.
Los portadores de estas normas fueron llamados draconarios; y no es improbable que de ahí se haya derivado nuestra propia expresión de "dragones", para designar una cierta descripción de la caballería, aunque el significado original de la palabra se pierda por completo”.

Esta palabra la hemos tomado de los franceses, quienes probablemente la recibieron de los romanos. De Campania los Ofitas pasaron a Latium, y se estableció el asiento principal de su religión en Lanuvium. Las medallas de esta ciudad llevaban la figura de un dragón o una gran serpiente, que según Spanheim, denotaría que este animal representaba al dios tutelar del lugar, una opinión que se demuestra correcta por los extractos de Ælian, de los que aprendemos que en Lanuvium hay un bosque grande y oscuro, y cerca de él hay un templo de Argive Juno. En el mismo lugar hay una gran cueva profunda, la guarida de una gran serpiente. A esta arboleda, las vírgenes del Lacio son llevadas anualmente para determinar su castidad, como indica el dragón.
Propertius, describiendo esta costumbre anual, habla así: Disce quid Esquilias hac nocte fugavit aquosas, Cum vicina novis turba cucurrit agris. Lanuvium annosi vetus est tutela draconis; Hic ubi tam rarer non perit hora moræ, Qua sacer abripitur cæco descensus hiatu, Qua penetral, (virgo, tale iter omne cave!) Jejuni serpentis honos, cum pabula poscit Annua, e ex sibila torquet.
Talia se despide como si se tratara de la ciudad:
Cum tenera anguino traditur ore manus. Ille sibi admotas a virgine corripit escas; Virginis en palmis ipsa canistra tremunt. Si fuerint castæ, redensor en colla parentum, Clamantque agricolæ "fertilis annus erit !"

Los Ophitas que se establecieron en Campania y Lanuvium, dejaron una colonia también en Crotona y en Lilybæum en Sicilia, ambos lugares eran notables por la medalla dracónica, que generalmente denota la consagración de una ciudad al dios serpiente.
Los marsi (o marsos) que se establecieron en el lago Fucinus, dice Virgilio, fueron "encantadores de serpientes", lo que equivale a llamarlos Ophitas.

Montfaucon tiene un grabado de una medalla de plata de Lepidus, en la cual hay un trípode: Una serpiente de gran longitud se levanta sobre el jarrón, torciendo su cuerpo en muchos pliegues y nudos. La cabeza de la serpiente lanza rayos, por lo que parece mostrar que esa parte de la teología egipcia (relacionada con la serpiente solar) se había extendido entre los romanos, y que representaban al Sol por una serpiente.

La ofiomancia prevaleció entre los romanos, cuando la Ophiolatría había disminuido por la influencia del tiempo y la civilización. La visión accidental de una serpiente a veces se consideraba buena, y en ocasiones un mal presagio.
La muerte de Tiberio Graco fue denotada por una serpiente encontrada en su casa. Sylla fue más afortunada en su adivinación de una serpiente que se deslizaba desde debajo de un altar, mientras se sacrificaba en Nola. Al igual que Roscius, cuya exitosa carrera futura se predijo, cuando fue encontrado, cuando de niño dormía en su cuna envuelto por una serpiente. En cada uno de estos casos se enviaron arúspices para que interpretaran el presagio.

Los Sardos también domesticaron a la serpiente, como un animal de presagio auspicioso. Esta noción puede haber llegado a ellos desde Italia o África.
Continuará...

+INFO...Rito dei Serpari - Cocullo (Italia)

19/8/21

La Colina Ophiel (Jerusalem)

                            Ciudad de David (colina Ofel).

Ur-Shalem “ciudad de Salem” era la “ciudad del cielo completado” que sugiere una asociación con el Dios de los asuntos orbitales del Universo.

Hace unos 5.000 años (3.000 a.C.) una tribu ofita Cananea se asentó en el valle de Kidron, y recorriendo el curso de un arroyo llegaron a la cima de una colina que llamaron Ophiel (Ofel), cuya fuente fue su lugar sagrado.
Las excavaciones modernas han demostrado que ya en el tercer milenio a.C. la colina Ophiel estaba habitada. Urusalem estuvo habitada por la tribu cananea de los jebuseos.
La situación de la ciudad se debió a que allí manaba caudalosa y abundante agua (fuente Gihon), el único manantial de aguas vivas que brotaba en aquellos parajes, vital para la resistencia en caso de asedio. Aunque la fuente fluía fuera de las murallas de la ciudadela, sus aguas eran conducidas al interior por un canal subterráneo.

Urusalem aparece citada en textos egipcios de 1.900 a.C., época de Hamurabi y Abraham. El rey de Urusalem, vasallo del faraón Amenophis III, en el 1.400 a.C. mantiene correspondencia diplomática encontrada en Tell el-Amarna con el rey egipcio.

Los valles de Jerusalem, tienen nombres sugerentes como el Valle de la Visión. El de Kidron era conocido como el Valle del Fuego, y según las leyendas milenarias, en el Hinnon (Geena del nuevo Testamento) había una entrada al mundo subterráneo marcada por una columna de humo que se erguía entre dos palmeras.
El Valle de Repha'im tenía ese nombre porque allí vivían los Divinos Tutores que, como cuentan las leyendas ugaríticas, trabajaban bajo las órdenes de la diosa Shepesh.
En las traducciones del arameo del antiguo Testamento, esos tutores son llamados héroes. La primera traducción griega, llamó al lugar nombrado por ellos, Valle de los Titàs, estos son los hijos de los Nefilim que descendieron para procrear con las hijas de los hombres, que son narrados en el Tanaj (Bereshit 6) y La Biblia (Génesis 6) y en mayor detalle en el Libro de Enoc. Esos hijos fueron llamados héroes o Titanes.

La tradición judía dice que Jerusalem fue fundada por los descendientes de Noé, Sem y Eber, ancestros de Abraham.
Según el relato de Tanaj y La Biblia, Melchisedec era el rey de Shalem y sacerdote de Dios.

Los jebuseos controlaban la ciudad de Jebus hacia el siglo XI a.C. El rey David, ya proclamado en Hebrón rey de las doce tribus, conquistó Jerusalem en 1.004 a.C., aún en manos de los jebuseos como un enclave independiente (Jos. 15, 63), después de dos siglos de la conquista.
David fortificó la ciudad, llevó el Arca de la Alianza y la renombró como la Ciudad de David (Ir David), en el lugar situado al suroeste de la actual Ciudad Vieja en la Colina Ofel. La convirtió en la capital política y religiosa del reino, lo que fue un acierto político, al trasladar la capital desde Hebrón, que quedaba alejado en el extremo sur del territorio de Judah, al centro del reino unido, entre las tribus del sur y del norte.

En hebreo ha-’ophel es una colina, pero cuando se utiliza con el artículo definido, en hebreo se traduce Ofel y se refiere a una parte de Jerusalén. Los servidores del templo tenían su residencia en este sector.
De varias afirmaciones de Josefo parece claro que Ofel era parte de la colina oriental de Jerusalén, un lugar inmediatamente al sur del templo. El rey Joctam construyó una parte del muro de Ofel, y Manasés aumentó su altura.
También el rey Mesah de Moab dice que él construyó el muro de Ofel en una de sus ciudades, según se ha traducido de la Piedra Moabita línea 22.
En el término hebreo se encuentra como parte de Sión y se traduce como “fortaleza”, el muro de las lamentaciones.

La ciudad estaba sobre una meseta limitada por dos valle estrechos, el Kidron (moderno Silwan) al este, y el Hinnon (ahora Gehenna) al oeste, los dos se unen al sur de la ciudad. La meseta está a su vez dividida en dos lomas por un valle que va de norte a sur, el Tyropoen.
La antigua ciudad fortificada ocupaba la pared sur de la loma oriental. La parte norte de la loma, el monte Moria, lugar sagrado donde Salomón construyó su templo y donde ahora se encuentra la mezquita de Al-Aqsa.
El primitivo asentamiento de Jerusalem estaba en la loma oriental debido a su proximidad a la fuente Gihon. Hoy la fuente de la Virgen cristiana que está en el valle del Kidron (o Cedrón), al pie de la loma. Esa parte era como un triángulo alargado donde se encontraba la antigua fortaleza llamada la Ciudad de David.

El Rey Salomón (970-931) hijo de David, extendió la ciudad ampliando las murallas, en el año 964 a.C. comienza la construcción del Templo con la ayuda del rey fenicio Hiram de Tiro y la mano de obra de 159.600 trabajadores.
El Templo fue destinado a contener el Arca de la Alianza y las Tablas de la Ley que Yahvé otorgó a Moisés en el Monte Sinaí.
Este sería el único templo que permitiría la ley religiosa hebrea consagrada al culto Yahvista, pero parece que existió otro templo en la isla Elefantina en el curso medio del rio Nilo, lugar fundado en torno al 650 a.C. por una comunidad judía emigrada antes del reinado de Josías (640-609 a.C.).
La visita de la Reina de Saba a Salomón aparece en el Primer Libro de los Reyes 10:1.
Continuará...

11/7/21

La Serpiente Vritrá


En la religión Védica, previa al hinduismo, Vritrá es un asura (demonio) con forma de serpiente, personificación de la sequía, enemigo del dios Indra. En los textos Vedas también era conocido como Aji (serpiente) y era hermano de Valá.

Vritrá, como serpiente-dragón, bloqueó el curso de los ríos védicos. Según el Rig-veda, Vritrá mantuvo cautivas las aguas del mundo hasta que fue vencido por Indra, quien destruyó las noventa y nueve fortalezas de Vritrá (aunque a veces estas fortalezas se atribuyen a Shambara) antes de liberar a los ríos represados.

El combate comenzó poco después del nacimiento de Indra, quien había bebido una gran cantidad de soma en casa del sabio Tuashtri para empoderarlo antes de enfrentarse a Vritrá. Tuashtri creó el rayo (vashra) para Indra, y el dios Visnú, cuando Indra se lo pidió, hizo espacio para la batalla, dando los tres grandes pasos por los que se hizo famoso.
Durante la batalla, Vritrá le rompió ambas mandíbulas a Indra, pero finalmente fue derribado por éste. Al caer, terminó de aplastar sus fortalezas. Por esta hazaña, Indra fue conocido como Vritraján (asesino de Vritrá) y también como ‘asesino del primogénito de los dragones’. Después Indra atacó con su rayo y derrotó a la madre de Vritrá, Danu (que era también la madre de toda la raza danavá de asuras).

En una de las versiones de la leyenda, Indra convenció a tres devas -Varuna, Soma y Agni- para que lo ayudaran en su lucha contra Vritrá. Antes ellos habían estado del lado del asura, a quien llamaban “Padre”.

En un verso de un himno rigvédico que elogia a la diosa Saraswati, a ésta se le atribuye la muerte de Vritrá. Aunque esa mención no se encuentra en ninguna otra parte.
En una confusa modificación posterior del mito, Vritrá habría sido creado por Tuashtri para vengar la muerte de su hijo Trisiras o Vishua Rupa, que había sido asesinado por Indra. Vritrá ganó la batalla y se tragó Indra, pero los demás dioses lo obligaron a vomitarlo. La batalla continuó e Indra se vio forzado a huir.
Visnú y los rishís (sabios ermitaños) negociaron una tregua: Indra prometió que no atacaría a Vritrá con cualquier cosa hecha de metal, madera o piedra, ni nada que fuera seco o húmedo, o durante el día o la noche. Entonces Indra utilizó espuma extraída de las olas del océano (en la que el omnipenetrante Visnú se había introducido para convertirla en arma) y lo mató en el crepúsculo.

En la mitología hindú, Valá es un asura (demonio) según el Rig-veda, el texto más antiguo de la India de mediados del II milenio a.C. Tiene forma de serpiente, y es hermano del dragón Vritrá.
Valá es una caverna de piedra, destruida por Indra (embriagado y fortalecido por la droga soma, identificada con el sacerdote Brijaspati (en 4.50 y 10.68) o con Trita (en 1.52), con la ayuda de Anguirasaen (2.11), para liberar a las vacas y a Ushas, escondidas allí por los Panis.

Históricamente, el mito de Valá tiene el mismo origen que el de Vritrá. Valá, Vritrá y Varuna (dios del mar) derivan de la misma raíz sánscrita val y var (que proviene del protoindoeuropeo wel), que significan cubrir y cercar. Posiblemente sea cognada del término español “velo”.
Vala se menciona 23 veces en el Rig-veda, en los himnos 1.11, 1.52, 1.62, 2.11, 2.12, 2.14, 2.15, 2.24, 3.30, 3.34, 4, 4.50, 6.18, 6.39, 8.14, 8.24, 10.67, 10.68, y 10.138.

Fuente: wikipedia

15/6/21

La Serpiente de Midgard


En la mitología nórdica, Jormundgander llamada la "Serpiente de Midgard" es un monstruo masculino, una gigantesca serpiente que tiene al dios Loki como padre y a la giganta Angrboda como madre.
Jormundgander creció tanto que mordiéndose la cola podría abrazar toda la Tierra. Se la conoce también por ello en los idiomas escandinavos como "jordens band" (cinta del mundo).

Su nombre aparece con varias grafías alternativas en la literatura nórdica: Jormagund, Jormugand, Jormangund, Jormungandr, Jǫrmungandr y Jörmungandr.
Las variaciones dependen de los criterios utilizados para interpretar las vocales en las runas, así como el deseo de utilizar la ortografía de los lenguajes nórdicos modernos.

La etimología del nombre en nórdico antiguo es jörmun que significa "grande, exaltado, enorme, importante". Esta raíz se encuentra en numerosos nombres propios (p.ej. Ermengarde, Arminius). Gandr o ganðr (relacionada al inglés "wand", bastón o vara flexible, y a "to wind", torcer o doblar, proto-germánico gandaz o wandaz) es un nombre poético masculino que describe un objeto mágicamente poderoso o un ser imbuido con ese poder. El objeto normalmente asociado a gandr es pues una vara. Es el nombre usado a veces para describir el bastón o lanza de Odín; la raíz forma la primera parte de nombres propios conocidos como Gandalv, así jormungandr significa literalmente "el gran bastón", en el sentido de un objeto mágico muy grande y poderoso.

Cuando los Æsir se enteraron de la existencia de este ser maligno y vieron con su don de la adivinación las cosas terribles que haría, decidieron encargarse del monstruo. Odín lo lanzó al mar que rodea Midgard, donde quedará atrapado hasta el Ragnarök, el día de la destrucción total.

El enemigo de Jörmungander era el dios Thor. Destacan tres mitos en los cuales se muestran sus enfrentamientos:

En el primero, Thor se encuentra a la serpiente, la cual ha sido disfrazada como un colosal gato por el rey gigante Útgarða-Loki. Como uno de los trabajos puestos por Útgarða-Loki, Thor debía cargar al gato; como era incapaz de cargar a una criatura tan monstruosa como Jormundgander, se las arregló para levantarlo lo suficiente para separar del suelo una de sus cuatro patas y conseguir moverlo.

El segundo, ocurre cuando Ægir le encomendó a Thor la tarea de buscar una caldera suficientemente grande para preparar bebida para todos, pero ni Thor ni nadie la encontró, hasta que Tyr le informó que Hymer el gigante, su padre, poseía una caldera de una milla de profundidad. Partieron en busca del palacio de Hymer para pedir prestada la caldera. Al ver a Thor, el gigante se enfureció, sin embargo sacrificó tres bueyes para la cena, de los cuales Thor comió dos enteros, y declaró que al día siguiente comerían pescado.
A la mañana siguiente Hymer y Thor salieron a pescar, y se aventuraron en mares demasiado profundos, hasta los dominios de la serpiente de Midgard. Una vez allí, Thor lanzó su caña de pesca y Jörmundgander la agarró, luchando frenéticamente contra su adversario. Mientras el dios lanzaba miradas de odio a la gran serpiente, esta lanzaba mares de veneno.
Hymer, al ver a la gran serpiente, se acobardó y cortó el sedal antes de que el barco naufragara, por lo cual Jormundgander pudo escapar. Al volver al palacio del gigante y dar una prueba más de su fuerza, Thor pudo llevarse la gran caldera.

Su último encuentro ocurre con la llegada del Ragnarök (el destino de los regentes/dioses), cuando Jörmundgander se arrastrará fuera del océano y envenenará los cielos. De sus fauces pululará el veneno y reptará entre el fuego a los pies de los gigantes hasta el lugar donde se encuentra Thor para luchar contra su némesis y aquel que tantas veces la había intentado cazar. Éste la matará y entonces caminará nueve pasos antes de caer muerto víctima del veneno de la serpiente. Esta es la batalla a muerte donde ambos morirán.

Fuente: wikipedia

17/5/21

Las Serpientes de Uluru

                                Grafismos en las cuevas se Uluru

Uluru es uno de los iconos naturales más famosos de Australia. Es una formación rocosa que tiene 600 millones de años y se eleva 348 m. sobre el terreno circundante y 863 m. sobre el nivel del mar, aunque la mayor parte se encuentra bajo tierra. El contorno del monolito mide 9,4 kms.

También llamado “el ombligo del mundo”, Uluru y su vecina formación rocosa Kata Tjuta a 25 Kms. tienen un profundo significado histórico y cultural para los anangu, habitantes originarios de la zona, para quienes este gran bloque de piedra representa el punto crucial en la intrincada red de rutas del Tjukurpa o Tiempo del Sueño (el principio de todo, la creación).

Kata Tjuta quiere decir “muchas cabezas”, que es una de las impresiones que causa este conjunto de cimas, cuya máxima altura es de 546 m.
La leyenda dice que allí arriba vivía Wanambi, la gran serpiente arco iris, que sólo descendía en la estación seca. Y partes de la montaña se identifican con los liru (hombres serpiente), malu (el hombre canguro) o los pungalunga (los caníbales gigantes).

Los anangu creen que toda la vida tiene su origen en el período de creación Tjukurpa. En otros tiempos, los espíritus de los antepasados se reencarnaban en animales o personas que llegaban a su tierra. Algunos de estos espíritus salieron como gigantescas serpientes de las entrañas de la Tierra, trabajaron en su superficie y modelaron el paisaje.
Las leyes aún vigentes de los anangu fueron formuladas por los espíritus de sus antepasados, y esas historias todavía conforman las bases de su cultura. En estas tradiciones se encuentran todas las respuestas universales: el origen de la vida, el universo y las leyes de la naturaleza, las relaciones entre los hombres y las mujeres, la vida, la muerte y la existencia en el más allá.

Hace mucho tiempo, según cuenta la leyenda, la serpiente pitón Kuniya se fue al monte Uluru para poner sus huevos. Allí se enteró de que su sobrino había muerto envenado por la serpiente Liru. Para vengarse, decidió irse a Mutitjulu, donde encontró a uno de los hombres de Liru. Kuniya invocó su poder con una danza, pero el hombre de Liru se reía de él. En ese momento Kuniya cogió un puñado de arena con la mano y lo echó con furia contra el suelo. Allí donde cayó la arena, las plantas y los árboles se volvieron venenosos. El hombre se seguía riendo, y Kuniya le golpeó la cabeza por segunda vez y le provocó la muerte. Los profundos cortes que Kuniya le hizo todavía pueden verse en la roca.
Kuniya y su sobrino se transformaron en Serpientes, cuya piel muestra un colorido que recuerda el arco iris. En la actualidad, todavía viven en Mutitjulu y son las encargadas de vigilar a los anangu.

Otra leyenda cuenta que hace muchos siglos habitaban en La Tierra dos poderosas tribus de espíritus ancestrales, que se enfrentaron y protagonizaron una terrible guerra cuyo principal campo de batalla fue Uluru. En el norte habitaban los pitjantjatjara (hombres canguro) y en el sur, los yankuntjatjara (hombres serpiente). Entre ellos se libraron dos grandes batallas, que aún son rememoradas en cantos y ceremonias.
La diosa Madre de la Tierra (Bulari), enfurecida por esta arrogante e irrespetuosa violencia, envió a ambos bandos una nube de gas letal que terminó con los dos bandos, y enterró los muertos bajo Uluru, siendo el color sangre que adquiere todos los atardeceres, un recordatorio del castigo que conlleva la arrogancia, el orgullo y la vanidad. Hay varias versiones de esta historia, que señalan que sólo sobrevivieron representantes de uno de los dos pueblos.

Los hombres canguro que vivían en la zona norte también tuvieron que enfrentarse al ataque de otro enemigo, un terrorífico demonio Dingo, creado mediante cantos mágicos por una tribu enemiga, la cual había dotado al monstruo de maldad y salvajismo antes de dejarlo suelto. Los hombres canguro lograron escapar gracias a sus fantásticos saltos, y aún se pueden ver las huellas de su frenética huida en una serie de cavidades que rodean la base de Uluru. Finalmente, consiguieron ponerse a salvo cuando quitaron a la bestia el tótem que llevaba en la boca y que era su fuente de su poder.

Fuente: Uluru Australia