29/3/16

El Plan Kalergi

Richard Nikolaus Eijiro Graf Coudenhove-Kalergi, fue un político y geopolítico austríaco-japonés que en 1923 publicó un manifiesto titulado Pan-Europa, este supone la fundación de la Unión Internacional Paneuropea, y con ella el Movimiento Paneuropa, antecedente de la Europa de Maastricht y la Unión Europea, también es el autor principal del criminal “Plan Kalergi”.
Kalergi dio al concepto de “Paneuropa” y “paneuropeísmo” el significado de “la unificación de todas las naciones europeas bajo un solo Estado”, con el objetivo adicional de transformar étnicamente a Europa mediante la integración de distintas razas y culturas extrañas al continente, formando así una Europa cosmopolita, multicultural, multirracial y eventualmente mestiza.

Kalergi declara a los hombres incapaces de gobernarse a sí mismos, y de ahí que proclame un nuevo orden mundial. El yugo creado por Kalergi en 1924 para reprimir a las mayorías, otorga poder a las minorías y así impide cualquier crítica al mando judío. Con la abolición global de la democracia, los judíos pretenden llevar la paz, la cultura y la alimentación a toda la Humanidad. Califica de afortunada providencia el hecho de que la Humanidad pueda ser dirigida por esta noble raza judía. Considera a los judíos como líderes del socialismo, del comunismo y del capitalismo, coincidiendo en esto con el punto de vista de los nacionalsocialistas.

En sus primeros manifiestos escritos entre 1923 y 1925, el Plan Kalergi exigía que los judíos tomasen el poder, primero en Europa y después en todo el mundo. El plan se basa en un racismo judío utópico y se refiere a una “raza superior” (
Herrenrasse) judía. La expresión Herrenrasse, utilizada por Adolfo Hitler para describir a la raza aria, fue usada anteriormente por Coudenhove-Kalergi para corroborar la reivindicación de la soberanía judía en Europa y en el mundo. También el término “raza noble judía” es utilizado constantemente. Con motivo de la creación de este imperio judío, el plan Kalergi proclama la abolición del derecho de autodeterminación de los pueblos, posteriormente, la eliminación de las naciones por medio de migraciones alógenas en masa, o bien su división interna mediante movimientos separatistas "étnicos" como el separatismo catalán o vasco.
Para que Europa sea dominable por los judíos, pretende transformar a los pueblos racialmente homogéneos en conjuntos mezclados de blancos, negros y asiáticos. A estos mestizos les atribuye crueldad, infidelidad y otras características que, según él, deben ser creadas conscientemente porque son indispensables para conseguir la superioridad de los judíos.
Mucho antes que Hitler, Kalergi compartía la opinión del alto rendimiento de la raza blanca, especialmente de la subraza nórdica, pero al contrario que Hitler, no aspiraba al fomento, conservación y fortalecimiento de la misma, sino a su destrucción. Por este motivo, pretendió influir en la "Creación", porque pensaba acertadamente que al cruzar las razas, se eliminarían talentos y características admirables de cada una de ellas. A pesar de su valoración positiva de esta raza, creó el plan de su exterminio únicamente porque decía necesitar mestizos fácilmente manipulables para cuando los judíos tomaran el poder.

En la actualidad encontramos otra palabra en los medios de comunicación americanos cuando se refieren a la colonización de
Afganistán e Irak, otro de los muchos signos que prueban que la semilla de Kalergi sigue germinando. Se trata de nationbuilding (formación de naciones) y significa algo así como la creación artificial de naciones a manos del hombre. En cuanto a la idea de Kalergi sobre el hombre cruzado consanguíneamente, encontramos grandes conocimientos sobre la evolución y la cría de razas que en algunos puntos concuerdan asombrosamente con las investigaciones de Darwin y las teorías del Tercer Reich, entonces aún no redactadas.

+ INFO: 
Descárgate el documento: ADIÓS, EUROPA.


27/3/16

Operación Mantra

La Operación Mantra es una estrategia de política práctica cuyo objetivo principal es exponer a la luz pública e introducir en la conciencia y opinión pública general el tema del genocidio contra la gente blanca, y especialmente exponer y atacar los puntos débiles y las contradicciones inherentes del pensamiento dominante que es responsable de este genocidio. Se basa en una técnica de repetición constante de un mensaje especialmente diseñado con el propósito de contrarrestar la doble moral, la discriminación y los prejuicios negativos hacia las personas y sociedades blancas. El señalar las contradicciones tiene también un segundo propósito como técnica de desprogramación mental del lavado de cerebro aplicado durante varias décadas por agentes tales como herederos de la Escuela de Frankfurt.

Esta estrategia fue creada en 2010 por el activista político Robert Whitaker quien lo denominó "Mantra", como una metáfora o analogía a la función de los mantras utilizados en las antiguas tradiciones arias de la India.
El mantra se puede definir como una técnica argumentativa y discursiva consistente en hacer que el tema de una conversación o debate se dirija hacia el tema del antiblanquismo y el genocidio blanco, haciendo una serie de afirmaciones incontestables que dejan ipso facto sin argumentos a los oponentes. Para ello se señala el doble rasero de actitud respecto a los blancos y otras razas, y se insiste en esto tantas veces como se juzgue necesario. El mantra requiere el uso de una terminología particular y propia que incluye etiquetar al oponente de antiblanco, y acusarlo de apoyar y promover el genocidio blanco. El resultado de una conversación en la que se usa el mantra correctamente es siempre una victoria para el mantreador (persona que usa el mantra), pues, en primer lugar, no hay forma de justificar un genocidio, y en segundo lugar, se implanta y difunde la terminología deseada.

La repetición constante de un mensaje puede llegar a ser confundida erróneamente con una falacia del tipo argumentum ad nauseam mediante la que se pretende la veracidad de un enunciado a través su prolongada reiteración, por una o varias personas, como sucede por ejemplo, en el caso del Holocausto. Sin embargo, la Operación Mantra utiliza la repetición con el fin de que psicológicamente el mensaje continúe sobre la mesa, además de que es importante que los argumentos que dan base a este mensaje sean verídicos.
El mantra es una palabra, frase, verso, secuencia o discurso que lleva un mensaje específico y que se repite constantemente para reafirmar un concepto y condicionar psicológicamente a una persona. Usando técnicas de Programación Neurolingüística, esta frase está compuesta especialmente de palabras destinadas a afirmar lo que es evidente y exponer los puntos débiles, las contradicciones e incoherencias del pensamiento dominante que está conduciendo al genocidio blanco.
El Mantra funciona a múltiples niveles y es totalmente dinámico, puede ser aplicado en situaciones de la vida real y no sólo en Internet. Los mantras no son frases estáticas e inmutables, sino que pueden variar y construirse dependiendo de las circunstancias y el tema de conversación, e incluso pueden ser introducidos en imágenes, animaciones y pistas musicales.
Se diferencia del eslogan en que éste se trata de un lema breve, sencillo y original que representa o caracteriza a una idea, marca, producto o empresa (ya sea comercial o política) y no tiene como propósito condicionar psicológicamente, mientras que el mantra no necesariamente tiene que ser breve, sencillo y original, además de que no es estático. Aunque la frase "antirracista es una palabra en clave para antiblanco" se ha convertido en el eslogan de la Operación Mantra.

Existen dos tipos de antiblancos:
  • Conscientes. Los que saben perfectamente que son antiblancos y tienen toda la intención de serlo. Una buena parte de ellos corresponde a una élite minoritaria que ha diseñado el "programa antiblanco" (Ver: Escuela de Frankfurt). "Los amos y agentes del sistema".
  • Inconscientes. Los que no tienen intención de serlo y no saben que lo son. La mayoría de la gente, aunque cada vez menos, tanto blancos (endófobos) como no-blancos. No son malas personas, solo están siendo utilizados y probablemente creen que lo que hacen es lo correcto. Son como "los siervos del sistema", seguidores inconscientes de las premisas del marxismo cultural.
Un antiblanco común y corriente no es consciente de que le ha sido implantado el programa antiblanco, por medio del bombardeo de información y de memes negativos que se repiten una y otra vez en todos los medios de información controlados por el sistema. La tendencia de esta persona será actuar de forma aparentemente natural, pero una vez "programado", estará propagando como virus estos memes a los demás, y sin siquiera saberlo. Sin ser siquiera un activista antiblanco y no tener intención de ser antiblanco, dará opiniones o escribirá libros, incluso sobre temas muy dispares, en los que se introducirán sutilmente los memes negativos del programa antiblanco. Para revertir esto, se necesita "desprogramar" a los antiblancos inconscientes con memes positivos. Por otro lado, tratar de desprogramar a los antiblancos conscientes es una tarea inútil, a pesar de ello, éstos últimos son útiles para exponerlos y desenmascararlos ante el público general.

Por ello, de acuerdo con la Operación Mantra, "racismo" es un término que no puede ser utilizado por los defensores de la identidad europea para un propósito constructivo, pues dicho término ha sido ya "manipulado" por sus enemigos, adueñándose de él y convirtiéndose así en una etiqueta de corrección política. Cualquiera que lo utilice para describirse a sí mismo o sus ideas ya ha permitido ser maniobrado hacia el campo de su oponente y ha perdido la batalla semántica y filosófica, la cual es la primera y más importante de todas las batallas. Con la Operación Mantra se trata de imponer nuestra propia terminología y nuestro terreno lingüístico para conseguir nuestros objetivos.
Por lo tanto, todo aquel que utilice la terminología del enemigo está cayendo inevitablemente en su juego e implica aceptar previamente la derrota. Aquel que insiste en identificarse con la terminología de su enemigo y en intentar defender la definición propia, aduciendo "dignidad" u otras cosas, es porque le interesa defender más las palabras que a su propia raza. Los defensores del término podrían intentar definirlo de otra manera, pero malgastarían tiempo y esfuerzo valioso explicando a la gente que lo que ellos quieren realmente decir no es lo que todos los demás o su adversario piensa que es, y al hacer esto se ocupan más en defender a las palabras que al propio concepto o ideal (la defensa de la raza) el cual bien podría ser expresado bajo una terminología libre de manipulaciones y no ambivalente con el fin de dar mensajes más claros y concisos.
El primer paso para enfrentarnos al marxismo cultural, es la renovación total de nuestro pensamiento y de nuestro vocabulario.
Se debe aclarar que la Operación Mantra no tiene el propósito de "reclutar" personal a una organización o a un movimiento, sino que como se ha dicho, su objetivo es que la gente normal, de cualquier raza y nación y con potencial de despertar realmente DESPIERTE y se dé cuenta de la realidad que enfrentan los pueblos blancos europeos y eurodescendientes.

Fuente: Metapedia

23/3/16

Eurofobia

La Eurofobia como problema social global, es un fenómeno posterior a la Segunda Guerra Mundial y es actualmente un racismo legal e institucionalizado pero astutamente encubierto. 
En el discurso dominante, la eurofobia es primero ignorada; cuando esto no es posible es negada, relativizada, trivializada, ridiculizada e incluso justificada abiertamente y sin consecuencias legales. Se trata de una política genocida extraoficial de los poderes internacionales y globalistas, que consiste en la implantación de políticas calculadas para reducir la población europea o eurodescendiente, la gradual sustitución demográfica con pueblos no-blancos en países blancos, así como la supresión de derechos e incluso agresiones y asesinatos contra miembros de la raza blanca.

La sociedad celebra la reivindicación racial del indígena americano o la del negro, pero rechaza cualquier reivindicación racial de la gente blanca. Expresiones de defensa u orgullo a la pertenencia a un grupo étnico, cultural como el "orgullo negro", o sector social determinado (el orgullo gay por ejemplo), son bien aceptados por el común de la sociedad, pero cuando esta expresión es de orgullo blanco o la defensa de derechos civiles de los blancos, éstos últimos no son considerados bajo las mismas condiciones y se etiquetan siempre como "racistas", que "reivindican privilegios blancos" o que "derivan de un odio racial".
Defensores de los derechos de los blancos, como el Dr. David Duke, desmienten esto y afirman que todas las razas, culturas y grupos étnicos tienen derecho a sentir orgullo de lo que son, a identificarse libremente con su raza, así como a desarrollar su propia cultura por separado, que una raza no debe dominar a otra, y que ninguna raza es intrínsecamente superior a otra y que las diferencias raciales deben ser respetadas. Si bien se oponen enérgicamente al mestizaje porque éste destruye la identidad y esencia de un pueblo, se oponen también a lo que hoy se conoce como racismo, y se ve la separación de distintas razas como la mejor manera de lograr que los diferentes grupos raciales vivan en armonía unos con otros, acabado así con el racismo de manera efectiva. Afirman que su deseo de retirarse de la sociedad multirracial y separar por motivos de raza elimina la posibilidad de someter a otros grupos étnicos o ser sometidos por éstos, y por lo tanto el orgullo blanco no tiene ninguna relación con el supremacismo blanco, o con supuestos privilegios de los blancos.

Sin embargo, antiblancos como David Ingram o Carol M. Swain, haciendo a un lado estos hechos y apoyándose en los prejuicios alimentados por los medios durante las últimas décadas, han estructurado un discurso de odio eurofóbico, negando que el orgullo negro sea equivalente al orgullo blanco, y no admiten bajo ningún motivo que sea bueno que los blancos se identifiquen con su grupo étnico.

El término "privilegio blanco" tiene su origen en la neomarxista Escuela de Frankfurt, que lo acuñó con el propósito de destruir la homogeneidad racial de los países blancos.
De este modo, tal como señala la Operación Mantra: "Nadie habla sobre "privilegio chino" en China; nadie habla sobre "privilegio haitiano" en Haití; nadie habla sobre "privilegio japonés" en Japón; nadie habla sobre "privilegio somalí" en Somalia. Sólo los antiblancos hablan sobre "privilegio Blanco" en los países Blancos".

Cuando los INDIOS defienden su identidad, se le llama CULTURA.
Cuando los NEGROS defienden su identidad, se le llama ORGULLO.
Cuando los ASIÁTICOS defienden su identidad, se le llama TRADICIÓN.
Cuando los JUDÍOS defienden su identidad, se le llama HISTORIA.
Cuando los BLANCOS defienden su identidad, se le llama RACISMO.

20/3/16

Mesticismo y Mestizaje

El austriaco Gerd Honsikel, cuenta en su libro “Adiós Europa” que el intento de destruir Europa, su historia y su sangre, no surge porque sí. Desde comienzos del siglo XX todo estuvo planeado entre las sombras para insertar en el viejo continente la democracia, el liberalismo social y económico, el cruce de sangres para debilitar al pueblo europeo original y hacerlo más débil, menos espiritual y menos consciente ante su futura destrucción, en contraposición a una nueva “raza de aristocráticos” del pueblo elegido que serían los nuevos amos de Europa y del mundo.
Honsik cuenta con datos y alarmante vaticinio claro, preciso y hasta místico como fue el pasado, es el presente y será el futuro devenir de Europa. La Segunda Guerra Mundial, la resultante post-guerra y políticas anti-alemanas ulteriores, el fin de los imperios europeos y la llegada de la democracia, la Unión Europea, Eurasia y Paneuropa, los políticos-títeres y muchísimas más situaciones que tras leer las 264 páginas que componen el libro, hará ver al lector una nueva cosmovisión de este continente y pueblo, y comprender muchas decisiones procedentes de las altas esferas políticas europeas que nada nos favorecen y por el contrario, más nos alejan de lo que realmente somos.

Mesticismo es cualquier actitud, pensamiento, ideología o práctica política favorable a la mezcla racial humana o mestizaje. Estas actitudes se encuadran como consecuencia del éxito de una propaganda que exalta tal mezcla y desprecia la homogeneidad o pureza racial en las personas. La consecuencia del mesticismo es el mestizaje inducido. Aunque como discurso de exacerbación del mestizaje se refiere a todas las razas, suele presentarse habitualmente como discurso para la raza blanca, lo cual es una consecuencia de tener como principal fuente doctrinal el marxismo de la Escuela de Frankfurt.
Generalmente el mesticismo aparece asociado a la creencia en un supuesto progreso humano constante y absoluto, uno de cuyos factores sería precisamente la mezcla racial. Implicaría así que el resultado de la mezcla tiene un valor superior a lo existente anteriormente, tanto individual como colectivamente. A nivel del individuo existen ingenieros sociales mesticistas que introducen el confuso concepto de “vigor híbrido”. Pero el propio Darwin advierte de que el mestizaje es biológicamente negativo. A nivel colectivo es evidente que las naciones más mestizas no tienen un nivel de desarrollo superior en modo alguno a las menos mestizas. Además, según el relato prototípico del mesticismo, se espera además que el mestizaje sirva como elemento importante de concordia universal, pero esa concordia nunca llega y las sociedades con presencia abundante de mestizos (Estados Unidos, Brasil, etc.) suelen ser muy violentas, tanto en sentido interracial como intrarracial.

El discurso mesticista es convergente, en el campo demográfico, con la ideología de la globalización y con su puesta en práctica. Como fenómeno es perfectamente coherente con ésta, siendo el equivalente, en las poblaciones humanas etno definidas, de las medidas tendentes a la constitución de un mercado mundial (libertad de circulación de capitales, mercancías, servicios, trabajadores), con su efecto homogeneizador y destructor de fronteras en las economías estatales en vías de globalización. No solo se trata de coherencia o convergencia. 

La globalización fomenta la destrucción de las fronteras raciales y culturales y la fusión racial y cultural mediante el mestizaje. Primero porque la globalización exige la introducción de masas inmigrantes en Europa, instrumento de ajuste económico liberal, medio de exacerbar las tasas de plusvalía, siendo esta política deliberada de inmigración masiva requisito imprescindible para un posterior mestizaje. Y segundo porque una propaganda mesticista exitosa y sostenida en el tiempo tiene como consecuencia necesaria la disolución del sustrato racial europeo que, por otra parte, dada la tradición inconformista y reivindicativa del europeo (que contrasta con otros tipos de razas), es interesante para el capital mundialista, pues esto permitirá, un sometimiento más sencillo de la población al capitalismo globalizado y sus crecientes exigencias de restricción de derechos laborales, sociales, civiles y políticos.

Cualquier observador informado sabe que el mestizaje es un fenómeno que discurre en un sentido absolutamente opuesto al del proceso evolutivo. La naturaleza tiende a la diversificación de las poblaciones y así a la adaptación de estas poblaciones a los distintos entornos. Frente a la natural evolución divergente de las razas humanas, tendente a la creación de nuevas especies (tal y como ocurre en todos los seres vivos), el mestizaje impone una especie de involución convergente, contraria a la adaptación individual y colectiva al entorno. El mestizaje inducido, la consecuencia del mesticismo, forma parte de un amplio catálogo de prácticas contrarias al orden natural, catálogo que está siendo abusivamente promocionado por los que hoy detentan el poder ideológico, político y económico y que no son otros que las fuerzas mundialistas.
El mesticismo es racismo por su hostilidad manifiesta hacia la homofiliación, hecho que tiene lugar cuando la propia identidad se mantiene mediante la endogamia racial. La homofiliación no tiene relación alguna con el racismo y ha sido practicada por la mayor parte de los pueblos de la Tierra durante toda la historia. El mesticismo pretende imponer una exogamia racial por su racismo efectivo hacia las razas, especialmente hacia las europeas. El auténtico racismo está en el empecinamiento de la oligarquía económica y de sus tontos útiles marxistas y progresistas en constituir en Europa una sociedad primero multirracial y luego mestiza.

18/3/16

Marxismo Cultural

Los miembros de la Escuela de Frankfurt unieron las ideas de Karl Marx y de Sigmund Freud, de la amalgama resultante conocida como freudomarxismo, nació el Marxismo Cultural.
Así como el marxismo clásico sostiene que en el capitalismo el obrero es oprimido, el marxismo cultural argumenta que la cultura occidental, o la raza blanca, los hombres, o los heterosexuales, oprimen a toda la sociedad, especialmente a ciertas minorías. El protagonismo de las ideas de Freud es total, de ahí que las cuestiones sobre sexualidad tengan tanto peso en el marxismo cultural y la figura de Freud es frecuentemente citada y alabada.
El psicoanalista judío Erich Fromm decía que la masculinidad y la feminidad no eran reflejo de diferencias biológicas sino que surgían en los individuos por imposición social (un principio básico de muchas aberraciones sexuales modernas). El judío Herbert Marcuse perfeccionó y completó entre 1950 y 1960 la conversión del marxismo clásico a cultural, y lo inyectó en la Nueva Izquierda.

Los marxistas culturales no ven sus ideas como parte de una doctrina. Un marxista cultural nunca se reconocerá a sí mismo como tal, y lo será inconscientemente, defiende sus ideas como si fueran axiomas o dogmas universales e independientes de toda doctrina y pretende presentarlas como si estuviesen de algún modo libres de cualquier extremismo ideológico. Su extremismo ideológico es particularmente peligroso ya que generalmente las personas no lo perciben y, en cambio, dan por hecho que es parte de un supuesto "progreso".

Mientras que un nacionalista racial se opondrá al genocidio blanco en base a su ideología, según la cual todos los pueblos tienen derecho a un lugar bajo el sol, un marxista cultural defenderá el multiculturalismo o el integracionismo racial sin basarse en el marxismo cultural en sí, como una doctrina base de la que parten sus valores, sino que lo hará desde una perspectiva, en cierto modo, externa a la política, considerando que el multiculturalismo es algo natural y sano per se, cerrándose también, por ello, a toda forma de discusión y argumento que contradiga sus creencias. Dicho de otra forma: el marxismo cultural no se basa en ideas, sino en dogmas, que muy a menudo se intentan imponer a los demás dotándolos de un aparente discurso crítico y científico. Esto distingue al marxismo cultural por completo del resto de ideologías, y lo hace especialmente difícil de criticar y de señalar, lo que lo protege ante los ataques. Asimismo, en Occidente, casi la totalidad de las personas autodenominadas "apolíticas" son en realidad marxistas culturales.

El marxismo cultural se fundamenta en varios puntos doctrinales, algunos más importantes que otros, a saber:
  • Antiblanquismo: odio a la raza blanca y justificación del genocidio blanco. Inmigracionismo. Promoción del mestizaje. Victimización de los no blancos y criminalización de los blancos.
  • Negación de las naciones, de los pueblos y de las razas. Anarquismo.
  • Feminismo: victimización de las mujeres y criminalización de los hombres. Exaltación del matriarcado y ataques al patriarcado tradicional de Europa.
  • Homosexualismo: promoción y defensa de la homosexualidad como un fenómeno natural y sano. Victimización de los homosexuales y criminalización de los heterosexuales. Se incluirían aquí también al transexualismo y en general a todas las formas de degeneración sexual (teoría queer).
  • Antirreligión: odio y oposición beligerante a las religiones. Los valores y tradiciones de Occidente, que han sido históricamente obstáculo para los intereses parasitarios, son los objetivos reales a vencer y no una religión en particular. Sin embargo, como ya no hay presencia de otras religiones más significativas políticamente, se ataca casi exclusivamente al cristianismo ya que éste representa la religión mayoritaria de Occidente y un símbolo o reducto de dichos valores y tradiciones.
  • Animalismo: una postura poco conocida, incluso dentro del marxismo cultural. Consiste en la victimización extrema de los animales y en la criminalización del ser humano. Defiende un veganismo beligerante y agresivo contra quienes consumen productos animales. El motivo de su escaso apoyo radica en que, para ser animalista, es necesario renunciar a comer unos determinados alimentos, a vestir una determinada clase de ropa, y, en general, a una serie de placeres, cosa a la que los marxistas culturales generalmente no están dispuestos, dado su carácter habitualmente hedonista. El animalista más famoso es quizás el judío Gary Yourofsky, y PETA es sin duda la organización animalista más conocida. Según los seguidores de estas ideas, el "especismo" (término fabricado por ellos para sus objetivos) es la creencia de que los animales son inferiores a los humanos, o merecedores de menos derechos, y ellos (los animalistas) se declaran anti-especistas.
  • Igualitarismo: negación de las diferencias entre los individuos por causas varias. Es el mantra de Todos somos iguales.
  • Antimilitarismo y pacifismo. Desafío injustificado a la autoridad.
Además, presenta una serie de características, como son:
  • Universalismo: el marxismo cultural defiende sus ideas como si fueran axiomas o dogmas universales así como la implantación de las mismas creencias, unos mismos valores y un mismo estilo de vida para todos los pueblos, dañando con ello su esencia nacional. Por ejemplo, Barack Obama dijo al presidente de Uganda que su nueva ley antihomosexualista perjudicaría gravemente las relaciones entre ambos países. No es ni de lejos el único caso de presión internacional ejercido contra países que no comulgan con los ideales del marxismo cultural.
  • Relativismo moral: contradictoriamente al punto anterior, consiste en la negación de verdades y valores universales. De él derivan el todo vale, con mi cuerpo hago lo que quiero, mientras no me afecte me da igual...
  • Hedonismo: búsqueda a toda costa del placer gratuito y vacío. Fácilmente apreciable en los movimientos hippies.
  • Creencia de que los medios justifican el fin.
  • Apoyo a la legalización de determinadas acciones contrarias al buen funcionamiento de una sociedad humana, y contrarias a la ética más elemental, como el aborto libre, el consumo de drogas, la prostitución, e incluso, en los casos más radicales, la pederastia. Característica fundamentada directamente sobre el relativismo moral.
  • Creencia de que todo cambio es a mejor. Oposición al conservadurismo (que en muchos casos, puede ser visto como el antagonista del marxismo cultural o progresismo).
  • Producción de arte degenerado, o apoyo al mismo.
  • Creencia a pies juntillas en las versiones oficiales de la historia. Rechazo del revisionismo histórico.
  • Un antifascismo muy profundo, por ser sin duda el fascismo la ideología que con mayor tajancia y contundencia se opone al marxismo cultural, y a todo lo que éste defiende.
  • Una aversión profunda a todas las ideas que contradigan al marxismo cultural. Uso de las amenazas, del argumentum ad baculum, del ad hominem, y en ocasiones, de los ataques directos a los opositores, mediante la censura.
Tanto la izquierda como la derecha han admitido en una u otra medida los postulados del marxismo cultural, para ello no ha sido necesaria una revolución violenta, los marxistas culturales se han impuesto gracias al apoyo de la banca internacional, que los ha utilizado para impulsar el proceso de globalización económica.

14/3/16

Ingeniería Social Programada

Joseph Goebbels fue responsable del Ministerio de Educación Popular y Propaganda, creado por Adolf Hitler a su llegada al poder en 1933. Goebbels había sido el director de la tarea comunicativa del Partido Nazi y el gran arquitecto del ascenso al poder. Una vez en el Gobierno y con las manos libres para monopolizar el aparato mediático estatal, Goebbels prohibió todas las publicaciones y medios de comunicación fuera de su control, y orquestó un sistema de consignas para ser transmitido mediante un poder centralizado del cine, la radio, el teatro, la literatura y la prensa. Era también el encargado de promocionar o hacer públicos los avisos del gobierno.

Estos son los 11 principios de la propaganda nazi creados por Goebbels:

1--Principio de Simplificación y del Enemigo único. Adoptar una única idea, un único Símbolo; Individualizar al adversario en un único enemigo.
2--Principio del Método de Contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo; Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
3--Principio de la Transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.
4--Principio de la Exageración y Desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
5--Principio de la Vulgarización. “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”.
6--Principio de Orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.
7--Principio de Renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
8--Principio de la Verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.
9--Principio de la Silenciación. Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
10--Principio de la Transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
11--Principio de la Unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad.

Observamos que estos mismos principios siguen vigentes en la actualidad y en nombre de la “Democracia”, los políticos nacionalistas aplican las mismas herramientas de manipulación que marcaron el movimiento Nazi, aunque ahora esta práctica resulta más extendida y sofisticada, técnicamente se la denomina “Ingeniería Social Programada”.


Lectura recomendada:

10/3/16

Ideología de Género

En los últimos años la ideología de género ha ganado posiciones en España gracias a la labor del gobierno del PSOE seguido por otros partidos de izquierdas, asociaciones, fundaciones y lobbys mundiales que financian estas políticas dentro de la UE.
Este proyecto de demolición social necesita de fuertes medidas de agitación y propaganda, ésta es más efectiva cuanto más indefenso es el receptor, por lo que ahora se dirigen principalmente a la infancia, ya no se trata de educar, se trata de adoctrinar a las futuras generaciones.

Su impulso definitivo comenzó con la caída del Muro de Berlín, es entonces cuando determinados grupos feministas se plantean el por qué de la derrota del comunismo, concluyendo que se produjo por una incorrecta interpretación del marxismo, ya que se había considerado la economía como primera responsable de la creación y mantenimiento de las clases sin llegar a percibir que ya Engels, en “El origen de la familia, la propiedad y el Estado”, había identificado a la familia como primera causa de las mismas. Por eso, estos grupos deciden su nuevo objetivo: la destrucción de la familia.

Lo primero que fijan, como en toda lucha de clases, es un enemigo con el que nunca se podrá pactar: el varón. Él será el responsable de todos los males sociales -algunas feministas han llegado a decir que en un mundo gobernado por mujeres no existiría la guerra-, solo él ejerce la violencia, solo él es culpable de los fracasos en la pareja. A continuación se impide su reacción denigrando públicamente cualquier intento de defensa, aunque venga de una mujer, tachándolo de machista, palabra que en el nuevo imaginario feminista viene a sustituir al apelativo fascista. Estos principios inspiran las nuevas leyes contra la Violencia de género, con las que no hay que demostrar la culpabilidad del hombre para encarcelarle.

Por otra parte, si las clases tienen su origen en la alteridad de sexos hay que acabar con su existencia. Por eso ya no hablarán de sexos, sino de géneros, ampliados hasta cinco: heterosexual masculino, heterosexual femenino, homosexual, lésbico y bisexual. Difunden que el rol masculino o femenino no es algo natural, sino una imposición social, por lo que cada uno debe elegir entre los cinco anteriores el que mejor le parezca en cada momento. Para ir preparando a las masas para esta nueva estrategia primero hay que normalizar la homosexualidad y el transexualismo, y en eso están.

A continuación se debe hacer despreciable cualquier rasgo o tarea que tradicionalmente se haya identificado con la feminidad. Para ello se crea una nueva imagen de la mujer. Si tradicionalmente ésta ha venido adoptando una postura recatada en el amor, dejando, al menos en apariencia, que el hombre diera el primer paso, ahora es ella la que debe tomar la iniciativa; si el hombre, tradicionalmente, era más infiel que la mujer, ahora es ésta la que, con la disculpa de la necesidad de mantener relaciones amorosas abiertas, debe serlo -series como «Sexo en Nueva York» se encargan de popularizar esta imagen. Hay que acabar con la idea de la mujer como madre, por lo que no sólo se potencia el aborto, sino que se presiona para incrementar los gastos en investigación de técnicas de reproducción asistida para liberar a la mujer de la carga de la maternidad. Incluso exigen como derecho la clonación para que no se necesite la contribución de los gametos del otro sexo para la fecundación. Es más, llegan al desprecio público de aquellas mujeres que se dedican al cuidado del hogar y de sus hijos. Si bien en principio pretendieron la supresión del permiso por maternidad, ante lo impopular de tal medida, decidieron presionar para que obligatoriamente disfrute el hombre de la mitad exacta del permiso.
Javier M. Perez Roldán