8/11/21

La Serpiente Minoica

Diosa minoica de la Serpiente -Museo Arqueológico de Heraclion- (la cabeza y las serpientes son restauraciones del siglo XX).

La religión minoica no posee deidades antropomórficas, excepto por la Gran Diosa Madre, diosa de la fertilidad también llamada Señora o Gran Dama del Laberinto o de las Serpientes, símbolo también de las fuerzas fértiles de la tierra.
En Creta se han conservado algunas representaciones femeninas conocidas como Diosas de las Serpientes, que probablemente representan a esa gran Señora en alguna de sus advocaciones concretas.

Laviosa Zambotti asocia a la serpiente como símbolo inseparable de la Diosa Madre, y desde Oriente en tiempos neolíticos se extenderá su culto por todo el Mediterráneo hacia Occidente, asociada al culto lunar y al culto al toro, como pilares de su religión matriarcal.

Esta religión ya mediterránea de la diosa madre acompañará a los colonizadores orientales que llegan a la península ibérica y fundarán estratos religiosos con el culto megalítico, porque la diosa madre es también diosa de muerte y de resurrección. Según la misma autora, este símbolo de la serpiente asociada a formas de religión, vendrá del Oriente vinculado a una religión con fuerte carácter matriarcal.

En Creta, donde estuvo muy difundido el culto a la diosa madre, el culto a la serpiente asimilada a ésta es muy importante y estará a su vez relacionado al símbolo de la espiral y el culto solar y etónico, siendo la isla de Creta, el refugio de esta religión de la diosa madre al producirse en Babilonia la revolución social y religiosa aristocrática, en la cual se perderán importantes y esenciales elementos matriarcales, estando en Creta este culto relacionado con la simbología lunar y de la serpiente, que serán los elementos que modelarán toda la cultura cretense y el centro oriental Europeo.
También se ve esta fusión de la religión matriarcal y la megalítica, según Mircea Eliade, en los signos y símbolos mágicos-religiosos que se encuentran en los dólmenes y menhires atlánticos, los cuales hacen alusión al Sol, al rayo, al hacha (emblema específico de los dioses de la tormenta) y a la serpiente que será el símbolo de la vida asociada a las figuras de los antepasados.

En la filosofía oriental se identifica la serpiente con un dios relacionado con el Sol, que "se libera de la noche como la serpiente se libera de su piel". Se identifica también con otros dioses que tienen en común entre ellos, que antes de convertirse en dioses se han desprendido de sus pieles viejas (lo que quiere decir que adquirieron la inmortalidad y vencieron a la muerte). También dentro de la mitología oriental, tanto el dragón como la serpiente serán símbolos de la vida rítmica y vinculada a emblemas acuáticos.

En la mitología griega, la serpiente protagonizará un papel muy importante, sobre todo en los inicios de ésta, era creencia común en Grecia que las figuras con cuerpo humano y cola de serpiente, representaban la población más antigua para indicar que habían nacido de la tierra, teniendo aquí una simbología positiva. Así por ejemplo en el culto a Palas, estos semi-serpentiformes son enterrados allí no como algo negativo sino para vincularlos con la tierra, viéndolos como brotados de ella. Estos están unidos a la emisión de oráculos y posiblemente Asclepio era serpentiforme en sí mismo, quedándose luego solo el bastón con este aspecto como símbolo. Posiblemente cuando el dios curandero se convirtió en figura antropomorfa, la serpiente pasó a ser tan solo un instrumento y el bastón, un emblema.
El origen de esto puede venir de una etapa prehomérica en la que las fuerzas demoníacas buenas o malas, estaban vinculadas con espíritus ectónicos, por lo cual no van a poseer una figura definida, sino que tendrán un aspecto deslizante e inconcreto, y la serpiente posee una forma adecuada para ello, para reflejar la población más vieja del país, pues la serpiente también está arraigada a la tierra. Pero como a partir de ta etapa homérica los dioses adquieren apariencia humana, estas figuras serpentiformes o quedan reducidas a un papel secundario, como puede ser que sean solo un símbolo de un dios, o se convierten en negativas.

Continuará...