5/5/20

La Serpiente en el Islam

        Libro de las utilidades de los animales

En el Islam también la serpiente está muy asociada con la vida. Se le llama El-hayyah (la palabra vida es elhyat). Sin embargo, una de las representaciones más extendida es la que le relaciona con los “yinn” que son entidades que irrumpen en la vida humana, animal y vegetal causando enfermedades y males. Dotados de ambivalencia, son también protectores a los que conviene respetar. Se les describe con multitud de apariencias a veces como hombre joven y guapo, un gigante, animal, espíritu de la naturaleza, mujer joven o vieja, servidor del fuego, príncipe, rey de los océanos, servidor del anillo, bebedor de sangre, desecador de arterias, etc. Forman familias con sus congéneres y con los seres humanos con los que pueden mantener relaciones sexuales.
Todas estas características están reflejadas en el libro de Las Mil y Una Noches donde aparecen, entre otras, como serpientes y serpientes aladas.

Los yinn se transforman en pez, serpiente o rana. Pueden vivir en árboles, jardines, bosques, grutas, mar, montañas, caminos, pozos e incluso en el cielo. Se les describe con poderes para volar, hacer magia, mostrarse en sueños, mandar sobre las bestias salvajes, trasladar a la gente de un punto a otro, producir enfermedades, etc.
Otras descripciones que aparecen en la narrativa son de vigilantes de los días de la semana, genio del árbol, bosque, etc. Con lo que se podría decir que el yinn sería espíritu protector o habitante de la Naturaleza verde, árbol, bosque o jardín, guardián de casas, identificado entre otras con animales ctónicos como la serpiente y la rana que puede relacionarse con el fuego o con el agua, vinculado a pozos y subterráneos y en relación con las enfermedades.

Etimológicamente yinn significa ocultar (todo lo que se oculta a la vista, ángel o genio), y a veces cubierto por una vegetación abundante. Muy relacionados con ellos están los saytan, diablos en su sentido religioso, que se aplica tanto a los genios como a los hombres rebeldes, a la planta que crece muy rápidamente, como a todo ser humano que tiene un espíritu vivo e inteligente. La palabra saytan es a la vez ruindad y agudeza de espíritu. Entre ellos, el más importante es Iblis, el ángel custodio del Paraíso que se niega a postrarse ante Adán, es condenado por Dios, y a partir de esa condena y durante la tentación a la que como venganza somete al primer hombre, es llamado al-saytan (Satanás).

Antes del Islam, la estirpe de los yinn era equiparable en lo celeste y terrestre a la humana. Fueron sometidos por Salomón pero una vez que el Profeta empezó a predicar el Islam muchos genios se convirtieron, por lo que no todos los yinn son sayatin.

La mayor parte de imágenes de serpientes nos las encontramos en tratados de Medicina, como remedios para muchas enfermedades, zoología, etc. y en miniaturas de manuscritos iluminados formando parte de mitos y leyendas.
El libro iluminado árabe más antiguo data del siglo XI y es un tratado astronómico de Abd al-Rahman ibn Umar al-Sufi, Kitab al-Kawakib al-Thabita (Libro de imágenes de las estrellas fijas) realizado en el año 1009. Sin embargo hubo textos ilustrados de los que quedan fragmentos antes de esa fecha muchas veces influenciados por técnicas y lugares comunes de libros cristianos.
La práctica sasánida de realizar historias ilustradas continuó en el periodo islámico. Uno de los más antiguos es una historia de los reyes iraníes que había sido traducida al árabe para el califa omeya Hisham en el año 731 con retratos de gobernantes sasánidas.

En el año 841 hay constancia de la copia ilustrada del Kalila wa-Dimna (Calila y Dimna), una traducción de fábulas animales indias. Sin embargo parece que la ilustración de libros empezó a ser frecuente a partir del año 1.200 pero sorprendentemente hacia el 1.350 esta moda desapareció de tierras árabes.

La iluminación del Corán tuvo su cima en los siglos XIII y XIV bajo los sultanes mamelucos y los iljaníes mongoles. La mayoría de obras ilustradas proceden de textos educativos a menudo en libros escritos en tiempos preislámicos. Como ejemplos está el Kitab al-Diryaq (Libro de antídotos para venenos) escrito por un médico llamado Galeno en el año 1.199. También De Materia Medica, tratado de remedios naturales escrito por Dioscórides en el año 77 d.C.
Estos tratados de medicina, zoología, veterinaria y filosofía siguen la tradición de libros helenística-bizantina e incluso se encuentran similitudes entre las posturas de los sabios y doctores con las de los padres de la Iglesia cristiana. Los retratos de autor que solían aparecer en el frontispicio de los manuscritos árabes también parecen seguir estos modelos.

El Kitab manafic al-hayawan (Libro de las utilidades de los animales), es uno de los códices árabes mejor conservados en España, data del siglo XIV y se debe al iraquí Ibn al-Durayhim el de Mosul que recoge la obra de importantes médicos anteriores. Sin embargo, el autor original de la obra es Ibn Bajtisuc, célebre médico sirio del siglo XI.
El interés del libro es tanto práctico como estético ya que reúne elementos médico-científicos junto con otros folklóricos. Hay ciertos contenidos mágicos y algunos autores lo han relacionado con varios bestiarios semejantes de época mogol. Es una obra en la que caligrafía e imagen están perfectamente organizadas dando como resultado un destacable ejemplo de calidad artística y científica.

En el manual se describen las propiedades beneficiosas de diferentes partes de los animales junto con utilidades excepcionales para preparar todo tipo de remedios incluso para otros fines como la preparación de venenos o filtros amorosos. Además el mundo animal del Islam medieval está dotado de gran simbolismo y los animales representan tipos psicológicos.
Dedica un capítulo completo a los reptiles y animales que reptan: el dragón, la víbora y las serpientes” (ver foto). En él se describen distintos tipos de víboras como la pitón o ajadna de la que dice que hay una variedad que mata con la mirada. Distingue aquellas elegidas para fabricar antídotos y que tiene la piel suave, cabeza ancha, movimiento acompasado y conducta no maligna y otras de piel áspera, rabo corto y escamada que produce unos cálculos beneficiosos para muchos problemas de salud. Otros tipos son la negra, la roja, las que tienen cuernos y también nombra a la de dos cabezas que llaman “escondidas”. Habla de la fisiología de las víboras destacando dos aspectos citados también en códices medievales occidentales en cuanto a su reproducción y a la muda de la piel. De las distintas partes beneficiosas nombra la carne, el cerebro, el colmillo izquierdo, el corazón, grasa, hiel, sangre, rabo, piel, vértebras, huevo, etc. En algunos de estos remedios cita a autores previos como al-Ahwazi y Galeno.


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