Los
descendientes de Noé fueron Jafet, Cam y Sem. Muchos de los que lean
este capítulo formarán parte de la familia indoeuropea de naciones,
de quienes se puede demostrar que el “padre” fue Jafet.
Es
bien sabido que el nombre de Jafet ha quedado preservado en ambas
ramas de la familia aria, que se escindió en época muy temprana en
dos divisiones principales y se asentó en Europa y en la India. Los
griegos, por ejemplo, se remontan a Japeto, nombre que es
indudablemente el mismo, y que en griego no significa nada. En
cambio, sí que tiene significado en hebreo.
En
la obra Las Nubes, de Aristófanes, se hace referencia a “iapetos”
como uno de los Titanes y padre de Atlas. Los griegos lo consideraban
no meramente como el propio antecesor de ellos sino como el padre de
la raza humana. Según la tradición de ellos, Urano y Gea (esto es,
el cielo y la tierra) tuvieron seis hijos y seis hijas, pero de esta
familia solo uno de ellos, llamado Japeto, tuvo descendencia humana.
Se casó con Clímene, hija de Océano, que le dio un hijo llamado
Prometeo y otros tres hijos.
Prometeo
engendró a Deucalión, y este engendró a Heleno, considerado el
padre de los helenos o griegos. Si pasamos algo más adelante,
veremos que Heleno mismo tuvo un nieto llamado ión, y en la poesía
de Homero los griegos se designan de forma común como jonios.
Al
mismo tiempo, la rama india de esta familia aria también se
remontaba al mismo nombre.
En
el relato indio del diluvio se conoce a Noé como Satyaurata, el
mayor de los cuales se llamaba Jyapeti. Los otros dos se llamaban
Sharma y C’harma (¿Sem y Cam?). Al primero le asignó todas las
regiones al norte del Himalaya, y a Sharma le dio el país del sur.
Pero a C’harma lo maldijo, porque cuando en una ocasión en que el
viejo monarca quedó accidentalmente embriagado con un licor fuerte
hecho de arroz fermentado, C’harma se había reído de él.
Llegado
a este punto, podemos hacer otras dos breves observaciones.
La
primera es que los griegos recordaban a tres hermanos, porque Homero
pone estas palabras en boca de Poseidón:
“Tres
somos los hermanos nacidos de Rea y de Cronos: Zeus, yo y el tercero
Hades, que reina en los infiernos. El universo se dividió en tres
partes para que cada cual imperase en la suya”.
La
segunda es que en el primitivo idioma ario, el título Djapatischta
significa «cabeza de la raza», título este que se parece
sospechosamente a una corrupción de la forma original del nombre
«Jafet». Aparte de estas pocas noticias, es poco lo que sabemos de
Jafet, excepto que en hebreo su nombre significa probablemente
«rubio».
Pero
de sus hijos sabemos mucho más. Se da una lista de ellos en Génesis
10 como Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mesec y Tiras.
Noé
había anunciado que Dios ensancharía a Jafet (Génesis 9:27).
Parece que este ensanchamiento comenzó en época muy temprana de la
historia de Jafet, pero ha sido un proceso continuado y que ha tenido
lugar en cada parte del mundo, con la excepción del Lejano Oriente.
Los hijos de Jafet han tendido a extenderse y a multiplicarse a
expensas de otros grupos raciales.
Este
ensanchamiento no significa que los jafetitas fuesen los primeros en
migrar lejos, porque, allí donde llegaron, fuese en tiempos
prehistóricos o históricos, habían sido precedidos por colonos más
tempranos cuyo origen racial no era indoeuropeo.
Esta
dinámica de asentamientos de las áreas habitables del mundo ha
tenido profundas consecuencias en el desarrollo de la civilización.
Mientras tanto, ha quedado establecido por muchas líneas de
evidencia que los nombres que aparecen en Génesis 10:1-5 designan
los de personas reales, cuyas familias llevaron consigo
reminiscencias claramente reconocibles (aunque a menudo de forma
corrompida) de sus respectivos antecesores, de modo que han
sobrevivido hasta nuestros días, y todavía manteniendo el tipo de
relaciones que se implican en la antigua Tabla de las Naciones.
Incluso el nombre patriarcal queda a menudo preservado de manera
inequívoca.
Extracto:
El Origen de las Naciones
Arthur C. Custance, M.A., Ph. D.†
Arthur C. Custance, M.A., Ph. D.†
BIBLIOGRAFÍA
GENERAL
Las
siguientes enciclopedias bíblicas contienen una valiosa información
acerca de la Tabla como un todo, o acerca de los personajes que se
mencionan:
International
Standard Bible Encyclopedia, editada por James Orr, 5 vols., Chicago,
Howard-Severance, 1915, bajo «Table of Nations».
Imperial
Bible Dictionary, editado por P. Fairbairn, 2 vols. Londres, Blackie
and Son, 1866, bajo los nombres individuales.
Popular
and Critical Bible Dictionary, editado por S. Fallows, 3 vols.,
Chicago,
Howard-Severance,
1912, bajo los nombres individuales.
Murray's
Illustrated Bible Dictionary, editado por W. C. Piercy,1 vol.,
Londres, Murray, 1908, bajo los nombres individuales.
A
Dictionary of the Bible, editado por J. D. Davis, Philadelphia,
Westminster Press, 1931, bajo los nombres individuales.
Bible
Cyclopedia, A. R. Fausset, Toronto, Funk and Wagnalls, sin fecha,
bajo los nombres individuales.
Cyclopedia
of Biblical Literature, John Kitto, 2 vols., Edimburgo, Adam and
Charles Black, 1845, bajo los nombres individuales.
Obras
que tratan específicamente acerca de la Tabla:
Josefo,
Antigüedades de los Judíos, Libro 1. Capítulo 6. Rawlinson,
George, The Origin of Nations, Scribner, New York, 1878, 272 pages.
Rouse,
Martin L., «The Bible Pedigree of the Nations of the World», Pt. 1,
Transactions of the Victoria Institute, vol. 38, 1906, p. 123-153; y
«The Pedigree of the Nations», Pt. 2, Transactions of the Victoria
Institute, vol.39, 1907, p. 83-101.
Sayce,
A. H., The Races of the Old Testament, Londres, Religious Tract
Society, 1893, 180 pages.
Se
encontrará una útil información en los lugares apropiados en
comentarios y ediciones del texto hebreo por Bullinger, Cook,
Dillmann, Dod, Driver, Ellicott, Gray y Adams, Greenwood, Jamieson,
Kalisch, Lange, Leupold, Lloyd, Schrader, Skinner, Snaith, Spurrel,
Whitelaw.
Obras
de arqueología como las de George Barton, J. P. Free, M. R. Unger,
T. G. Pinches, R. D. Wilson, y A. H. Sayce.
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