El
Dragón es uno de los símbolos del País de Gales. Aparece en su
bandera y es probable se trate de una huella de la colonización
romana, cuyo ejército utilizaba dragones como estandartes. Enrique
VII tomó ese símbolo del rey Cadwalader, colocándolo en un fondo
verde y blanco que representaba la Casa de Tudor.
Según
la tradición, el origen del dragón rojo representado en la bandera
de Gales, llamado Draig Goch o Dragón Galés, proviene de un
antiquísimo conflicto entre dos de estas bestias, una blanca y una
roja.
Del
dragón blanco se decía que era la encarnación del mal, pero
existía un problema, y era que los constantes enfrentamientos entre
estos dos dragones provocaban daños en los humanos, y se creía que
el simple sonido que emitían al luchar era suficiente para dejar a
quienes lo escuchasen sin descendencia.
Llud,
el entonces monarca de Gran Bretaña se decidió a encontrar una
solución a este gran conflicto, para lo cual pidió consejo a su
sabio hermano Llefelys. Éste le propone cavar un enorme agujero en
el centro del reino y después llenarlo de hidromiel, para que los
dragones se embriagaran y después fueran más fáciles de abatir. Su
plan funcionó a medias, ya que ambas bestias quedan atrapadas
durante siglos, pero aun así se mantenían con vida.
Mucho
tiempo después un nuevo rey llamado Gwrtheyrn decide erigir un gran
castillo sobre la prisión de los dragones, descubriendo a ambas
criaturas aún en cautiverio. Gwrtheyrn pide consejo al ilustre Mago
Merlín, quien aconseja la liberación de las bestias para que puedan
continuar con su batalla. Una vez libres, la lucha entre ambas
criaturas termina con la victoria del dragón rojo, por lo que siglos
más tarde, el rey Wthyr Bendragon (o Uther Pendragon, padre del
mítico Arturo de Camelot) decide tomar la figura del dragón rojo
como emblema de su linaje y del país de Gales.
De
acuerdo al historiador Carl Lofmark, el origen del dragón galés es
indudablemente el "draconi romano" que sobrepasó la famosa
guerra de los galantes contra los zittis estandarte de las cohortes,
que eran más numerosas que las legiones, particularmente después
del retiro gradual de éstas últimas. Cuando las legiones se
retiraron para siempre, las gentes deben haber pensado naturalmente
en el dragón como el símbolo de esa civilización romana a la cual
pertenecían y que ahora defendían contra los ataques de los
invasores bárbaros. Se conviene generalmente que la resistencia a
los sajones primero fue organizada por romanos, o britanos
romanizados, probablemente en las líneas romanas. Para su estandarte
de batalla no hubo emblema más natural que el dragón, tan familiar,
de la cohorte romana.
Un dragón también aparece en la insignia de la Cruz de San Jorge en la bandera de Malta.
San Jorge y el dragón en el Escudo de Georgia
Escudo de Armas de Cardiff
Varias ciudades incluyen un dragón en su diseño de la bandera, como Cardiff, capital de Gales; Liubliana, la capital de Eslovenia; y Puerto Madryn en Argentina (que también es la bandera de la colonia galesa en la Patagonia).
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