Un uso más
eficiente de la tierra o la alternancia de cultivos para ganado con cultivos de
consumo humano podrían erradicar el hambre en el mundo y reducir el impacto de
la agricultura en el medio ambiente.
Alimentar a una
creciente población utilizando los recursos disponibles y sin explotar aún más
nuestra ya desgastada Tierra, es posible. De acuerdo con un estudio realizado
por el Instituto de Medio Ambiente de la Universidad de Minnesota, asegura que si
se aúnan esfuerzos para mejorar los sistemas alimentarios en regiones
específicas, cultivos así como la implementación de nuevas políticas, se podría
alimentar a 3 mil millones de personas más y a la vez reducir el
impacto de la agricultura en el medio ambiente.
El informe,
publicado en Science, se centra en 17 cultivos que producen el 86% de
los alimentos y utilizan la mayor cantidad de agua de riego y
fertilizantes a nivel mundial. En función de estos cultivos, los investigadores
han propuesto una serie de acciones en tres áreas para reducir el
impacto de la agricultura en el medio ambiente y satisfacer las
necesidades de la población. De acuerdo con el informe, las oportunidades para
conseguirlo se concentran en seis países: China, India, Estados Unidos, Brasil,
Indonesia y Pakistán, junto con Europa.
«Este estudio
representa un importante paso en comparación con otros que han delineado
estrategias para alimentar a la población de manera sostenible»,
asegura Paul West, autor del informe.
Áreas clave
Las áreas clave
para mejorar la eficiencia y sostenibilidad de la producción global de
alimentos son:
1- Producir más
alimentos en las tierras existentes: Otras investigaciones ya habían detectado
la existencia de un «yield gap», (término que define la diferencia entre el
potencial y el rendimiento real de un cultivo) en muchas partes del mundo. El
estudio muestra que la reducción en un 50% de esa diferencia en algunas
regiones podría ayudar a alimentar a 850 millones de personas. Cerca de la
mitad del potencial está en África, y el resto en Asia y Europa del Este.
2- Crecimiento
eficiente de los cultivos: El estudio identifica dónde se encuentran las
mejores oportunidades para reducir el impacto climático y mejorar la eficiencia
con la que se utilizan los nutrientes y el agua para el crecimiento de los
cultivos.
La agricultura
es responsable del 20 al 35% de las emisiones de gases de efecto
invernadero a nivel global, mayormente de dióxido de carbono producto de
la deforestación; metano, de la producción de arroz; y óxido nitroso, de la
fertilización. Los mejores países para reducirlos, según el estudio, son Brasil
e Indonesia, en el caso de la deforestación; China e India en el caso de la
producción de arroz y China, India y Estados Unidos para el caso de la
fertilización.
Respecto al uso
de nutrientes, el informe muestra que a nivel mundial, el 60% del nitrógeno y
el 50% del fósforo exceden lo que los cultivos realmente necesitan. China,
India y Estados Unidos son las mayores fuentes de este exceso de nutrientes a
nivel mundial y, por lo tanto, ofrecen las mejores oportunidades para mejorar.
Respecto al
agua, el arroz y el trigo son los cultivos que más exigen agua y en este caso,
India, Pakistán, China y Estados Unidos cuentan con el mayor uso de agua de
riego en áreas de recursos limitados. Para conseguir una mayor eficiencia del
uso del agua, los investigadores concluyeron que la demanda de este recurso
puede reducirse del 8 al 15 % sin comprometer la producción de
alimentos.
3- Uso de los
cultivos más eficiente: Se trata de alimentar más población alternando los
cultivos para ganado por cultivos de consumo humano, evitando también el
desperdicio de alimentos.
Los cultivos
que actualmente se utilizan para alimentar animales son suficientes para
satisfacer las necesidades de 4.000 millones de personas.
Aunque algunas
culturas y políticas limiten la posibilidad de cambiar este panorama, los
investigadores sostienen que alternar los cultivos destinados a animales con
cultivos de consumo humano podría servir como una «red de seguridad» cuando la
plaga o el clima crean escasez.
Desperdicio de alimentos.
Además, del 30
al 50% de los alimentos son desperdiciados a nivel global. Particularmente
significativo es el impacto de los productos animales: la pérdida de un
kilogramo de carne sin hueso tiene el mismo efecto que perder 24 kg . de trigo debido a las
dificultades de transformar productos agrícolas en ganaderos. Los autores
ilustran cómo el desperdicio de comida en Estados Unidos, China e India afecta
al alimento disponible, demostrando que una reducción de los desperdicios en
estos tres países podría servir para alimentar a 400 millones de personas.
«Alimentar a la
población de forma sostenible tanto hoy como en el futuro es uno de los
grandes desafíos de la humanidad. La agricultura es la principal fuente
del uso del agua, emisiones de gases invernaderos y pérdida de hábitats, sin
embargo, tenemos que producir más alimento», asegura Waste.
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