Cuando
se habla del radicalismo y el fanatismo islámico, mucha gente
piensan en los grupos terroristas como Al Qaeda, Boco Haram, Hamas,
Hizb Allah, Nisra, Daesh, etc... además de los grupos extremistas del
Magreb árabe vinculados a los Hermanos Musulmanes, apoyados y
financiados por Arabia Saudita y Qatar. Pero hay más grupos,
partidos políticos radicales islámicos peligrosos, que aprovechan
la libertad, la democracia y el desconocimiento correcto del Islam en
Occidente en general y Europa en particular, como Hizb Al-Tahrir, que
está ganando terreno con el mismo objetivo y la misma financiación
de los grupos terroristas anteriormente mencionados, son lobos con
piel de cordero.
¿Qué
es Hizb Al-Tahrir y cuáles son sus objetivos?
Hizb
Al-Tahrir o el partido de la liberación, es un grupo radical
islámico, vinculado a los Salafistas y su brazo político los
hermanos musulmanes. Fue fundado en Palestina en los años cincuenta
por el Shej Muhammad Ibrahim Taqi Al Din Al Nabhani, un prestigioso,
intelectual y experto en la ley islámica, con el principal objetivo
de liberar Al Quds o Jerusalén. En los años sesenta, este
movimiento islamista se extendió por todo Oriente Medio y Asia
Central, especialmente en Indonesia. El grupo se ha fortalecido en
los últimos años en todo el mundo y durante el 2011 ha estado muy
presente en las revueltas y protestas árabes conocida como la
“primavera árabe”.
El
objetivo actual de este movimiento islamista radical de base suní es
crear un califato, una especie de estado transnacional, en cuyo seno
se reunirían distintas naciones, apuestas todas bajo la dirección
de un califa elegido por el pueblo musulmán. Este califa gobernaría
basándose, aplicando la ley islámica Al-Sharia y emprendería una
Yihad o conquista contra todas aquellas naciones que estuvieran fuera
de este califato para obligarlas y someterlas políticamente y
religiosamente bajo este califato.
La
ideología de Hizb Al-Tahrir es sibilinamente violenta ya que llena
de odio y rencor la mente de los musulmanes que le prestan atención,
buscando impactar especialmente en la mente de los jóvenes. Además,
es importante subrayar que rechaza la democracia por ser un sistema
infiel, incompatible con el Islam: el califato. Así, según el credo
de Hizb Al-Tahrir, la democracia es un producto Occidental, restante
del colonialismo y es una herramienta para resistir su presencia en
el territorio musulmán, y no trae nada bueno para el Islam y el
pueblo musulmán.
En
los países de mayoría musulmana, la forma de actuar de Hizb
Al-Tahrir es distinta, ya que tienen un numeroso auditorio potencial
y hay más probabilidades de encontrar entre las élites personas que
comulguen con su objetivo, establecer el califato. Pero, sobre todo,
es importante el caso de Pakistán, donde parece que están haciendo
mella en la sociedad y que han logrado captar a algunos miembros del
Ejército. Además, el movimiento islamista hace continuos
llamamientos a las Fuerzas Armadas para que acaben con ese régimen e
instauren un califato. Parece que en Pakistán, un Estado fallido que
se sostiene gracias al interés de EEUU por no dejar que caiga en
manos de islamistas que escapen de su control, están empujando para
derribar lo poco que queda de estructura centralizada de poder del
Estado y transformarlo en la primera pieza del califato.
En
Indonesia y Bangladesh cuenta con numerosos seguidores, de manera que
incluso se les ha acusado de intentar un golpe de Estado en este
último país. La organización respondió publicando un comunicado
en el que anuncia la inminente llegada del califato.
Hizb
Al-Tahrir ha tenido un papel muy activo en las revueltas de la
primavera árabe y ha puesto muchas esperanzas en esta revolución de
los regímenes de los países musulmanes. Hizb Al-Tahrir apoyó las
revueltas en Túnez, Egipto, Libia, Yemen y Siria y está intentando
promoverlas en Pakistán, además de los países de Asia Central.
Para Hizb Al-Tahrir, la primavera árabe no debe ser un instrumento
para instaurar un régimen democrático sino un califato.
En
los países occidentales, Hizb Al-Tahrir intenta buscar musulmanes o
conversos que puedan apoyar su causa de alguna manera, sea entre las
élites del país o entre la comunidad musulmana, principalmente
inmigrantes o descendientes de inmigrantes en busca de una identidad
cultural definida. Gracias a la democracia y la libertad de
expresión, en estos países suelen operar abiertamente, mediante
conferencias, lecciones, libros y panfletos, en cada país hay una
página web en lengua vernácula que posibilita el acceso rápido al
mensaje de esta organización.
La
oficina central del movimiento general se encuentra en Londres. Allí
es donde desarrolla su actividad más visible y desde donde organiza
grandes manifestaciones públicas, especialmente cada vez que un
dirigente visita el Reino Unido. También coordina desde allí las
actividades del movimiento en todo el mundo. Sin embargo, se cree que
el líder actual del movimiento, Ata Abu Rashta, reside en el Líbano.
En
el Líbano, cuyo sistema político y de partidos es extremadamente
complejo debido al equilibrio que debe guardar entre las distintas
minorías étnicas y religiosas, se inserta en el sector suní,
aunque con escaso éxito. No obstante, es el único país de Oriente
Medio en el que opera abiertamente y donde el movimiento está
legalizado, ya que la Ley de Asociaciones lo permite. No obstante, a
pesar de ser legal y poder operar abiertamente, no se presenta a las
elecciones por considerarlas un sistema de infieles.
Los
“guardias” de Hizb Al-Tahrir, como los “extremistas” que
imponen la Ley islámica, Al Sharia, en los barrios de Londres, no
ocultan su identidad ni su rostro porque utilizan hábilmente el
concepto de “multiculturalidad” como coartada para contravenir la
legislación del país de acogida.
Por
todo ello ha escogido Europa y los Estados Unidos como centro de
operaciones y de lanzamiento.
Este
movimiento ha sido prohibido en algunos países europeos, como
Alemania, Dinamarca y Rusia por promover el odio antisemita y contra
el Estado de Israel, a quien considera un enemigo con el que está en
guerra.
En
Dinamarca, los “guardias” del grupo islámico Hizb Al-Tahrir,
vigilan los colegios electorales para quitar de la cabeza a los
votantes musulmanes de ejercer su derecho al voto. Este partido
islámico, que persigue el establecimiento de un califato mundial,
actúa en los barrios donde existe una numerosa población musulmana
mediante su “policía religiosa”. La función de esta policía
para-estatal, es evitar que los musulmanes participen en las
elecciones mediante la amenaza y la coacción. La violación de la
“ley islámica” impuesta por los mafiosos tiene consecuencias
graves para el infractor y su familia, puesto que son condenados al
ostracismo en el seno de la comunidad. Así, el musulmán que vota en
un proceso electoral, es rechazado en la mezquita, no podrá ser
enterrado en el cementerio islámico y sus hijas tendrán
dificultades para contraer matrimonio.
Estos
radicales, no creen en la democracia, por lo que prohíben a sus
hermanos de fe participar en cualquier tipo de referéndum, aunque la
comunidad musulmana danesa, en un notable porcentaje opta por la
abstención, mostrando así su rechazo al “sistema” de cristianos
y judíos.
La
organización islamista Hizb Al-Tahrir de Dinamarca se ha hecho con
el control del club de fútbol danés Brondby Strand (BSI). El club
ha prohibido la cerveza y la carne de cerdo en su cafetería. Es
desagradable que dirijan un club de fútbol que tiene acceso directo
a los jóvenes y niños. No tienen espíritu democrático y
discriminan a otros grupos minoritarios, en referencia al desprecio
declarado hacia los homosexuales y los judíos. Desde la llegada de
estos individuos el dominio musulmán sobre el club ha dejado huella.
Entre otras cosas, decidieron dar por finalizado el contrato con el
empresario que dirige la cafetería del club. En su lugar, han optado
por contratar a un nuevo empresario musulmán que no sirve cerveza o
cerdo.
En España, Hizb Al-Tahrir, está creciendo muchísimo buscando adeptos
en los ambientes antisistema de Cataluña, especialmente entre la
población musulmana Pakistaní, y en el sur de España, entre los
musulmanes marroquíes, en el Al Andalus, “el paraíso perdido de
los musulmanes que fue ocupado por los españoles”.
Hizb
Al-Tahrir tiene la misma política y el mismo objetivo de las dos
agrupaciones musulmanas más numerosas que hay en España; la
Federación de Entidades Religiosos Islámica en España (Feeri), y
la Unión de Comunidades Islámicas de España (Ucide). Todos ellos,
conocidos por sus vínculos al Wahabismo y financiados por los
dirigentes de Arabia Saudita y Qatar, tienen la misma meta; formar un
califato islámico global.
Hizb
Al-Tahrir también tiene cierta presencia en Polonia y Ucrania, y son
muy activos en Australia y EEUU, donde han celebrado varias
asambleas, y conferencias de numeroso auditorio. Está creciendo en
todo el mundo y ha demostrado su capacidad de mantener su ideología
y metodología de manera constante. Por ello, es un peligro y una
amenaza para todo el Occidente, hay que frenarlo y reducir su
influencia.
Raad
Salam Naaman
Cristiano católico caldeo de origen irakí.
Cristiano católico caldeo de origen irakí.
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