La misión Gaia elaborará un mapa tridimensional de la Vía Láctea para estudiar nuestra galaxia.
En agosto de
1989, la Agencia Espacial Europea (ESA) puso en órbita el primer
satélite dedicado íntegramente a la astrometría, esto es, a medir las
distancias, los movimientos y las posiciones de las estrellas que nos rodean.
El satélite se llamaba Hipparcos, y en sus cuatro años de misión obtuvo
mediciones 200 veces más precisas que ninguna de las existentes hasta entonces
de casi 120.000 estrellas de nuestro entorno. Hasta el día de hoy, 24 años
después, el catálogo estelar elaborado con los datos de Hipparcos resulta de
fundamental importancia para cientos de trabajos en Astronomía, Astrofísica y
Cosmología.
Esta semana, la ESA ha lanzado al espacio desde
su base en la Guayana
Francesa , sucesor de Hipparcos. Mucho más preciso y
potente, el satélite Gaia retomará el trabajo allí donde Hipparcos lo
dejó. Y lo multiplicará por cien mil. Durante los próximos 5 años, Gaia
calculará con un grado de precisión inusitada el brillo, la temperatura, la
composición, la posición y los movimientos de más de mil millones de
estrellas, el 1% de todas las que contiene nuestra galaxia. El 99% de ellas,
además, nunca han sido medidas de forma precisa. Se trata del mayor censo
estelar jamás llevado a cabo hasta la fecha. Los datos recogidos permitirán
elaborar un mapa tridimensional de la Vía Láctea , algo
imposible de hacer hasta ahora y que nos permitirá por fin averiguar en qué
clase de galaxia vivimos.
Pero no solo
eso. Sus dos telescopios, junto con una cámara digital de mil millones de
píxeles, la de mayor resolución jamás enviada al espacio, descubrirán
también miles de nuevos planetas extrasolares y un gran número de
asteroides de los que hasta ahora no habíamos tenido noticia. Se prevé
que, al término de la misión, el número de exoplanetas detectados pasará del
millar que conocemos hoy a más de diez mil. La potencia de los instrumentos de
Gaia es tal que si estuvieran en la
Tierra , podrían fotografiar con toda precisión el dedo
pulgar de un ser humano en la
Luna.
Participación española.
La industria
aerospacial española ha participado activamente en la misión Gaia, desde la
propia definición del proyecto a la construcción de varios de sus componentes y
al análisis de los valiosos datos que recopile el satélite. Por ejemplo, el
parasol de 10,5 metros que desplegará el satélite y que servirá para
protegerle de la radiación solar y mantener la temperatura de los instrumentos,
ha sido fabricado íntegramente por Sener. Crisa ha suministrado los
106 módulos de electrónica de proximidad que acompañana a los 106 CCD, los
sensores de la cámara. EADS Casa Espacio ha desarrollado la
estructura del modulo de servicio, íntegramente fabricada en fibra de carbono,
así como la antena que servirá para transmitir los datos científicos a la Tierra. GMV ha
contribuido a poner a punto el sistema de análisis de los datos de la misión,
un punto fundamental, dado su enorme volumen. Rymsa ha fabricado las
antenas para telemedida y Telecomando de Gaia. Otras empresas participantes han
sido Mier Comunicaciones, Thales Alenia Space, Alter Technology o Elecnor
Deimos. En total, la industria española ha ganado concursos por importe de 38,6
millones de euros, lo que supone el 11,5% del total del proyecto. Un porcentaje
claramente superior al 8,5% de la financiación del proyecto aportada por
España.
Es maravilloso poder estudiar las estrellas y que este satélite europeo se llame GAIA. Pero olvidamos que hay una GAIA que hemos de cuidar y que es NUESTRO PLANETA. Hace 34 años, comencé a escribir una novela de ficción llamada "Misión Gaia". Ahora se nombra así a esta misión. Yo me sigo quedando con la GAIA, esta que mis pies se sienten con el inmenso honor de pisar y recibir el latir en sus plantas...
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