Desde una perspectiva etnológica, parece que Gomer fue el más
importante de los hijos de Jafet. A juzgar por historiadores antiguos como
Herodoto, Estrabón y Plutarco, la familia de Gomer se estableció al
principio al norte del Mar Negro, dando su nombre en una forma
ligeramente modificada al distrito conocido como Cimeria, luego
abreviado a Crimea (los árabes, por una transposición de letras, le
han dado el nombre de Krim). Este grupo humano parece haberse
multiplicado rápidamente hacia el oeste, pero una porción
considerable de esta antigua familia fue expulsada por los escitas y
se refugió en Asia Menor durante el siglo VII a.C. Su historia
subsiguiente es conocida hasta cierto detalle gracias a los registros
asirios, donde aparecen como los Kimirraa, nombre con el que ya eran
conocidos en tiempos de Homero.
Junto
con los Minni, los medos, el pueblo de Sefarad y otras poblaciones
cuyos territorios habían ya sido conquistados, atacaron la frontera
septentrional del Imperio Asirio. Pero en 677 a.C., su caudillo,
Teupsa, fue derrotado por Esarhadón, y algunos fueron arrojados
hacia el este, donde invadieron el viejo Reino de los Elippi y según
algunos, edificaron Ecbatana. Otros volvieron a dirigirse hacia el
oeste, entrando de nuevo en Asia Menor, donde saquearon Sinope y
Antandros (que poseyeron durante unos cien años), y finalmente
invadieron Lidia. El rey de Lidia, el famoso Giges (687–653), envió
a pedir ayuda a Nínive, pero murió en batalla antes que llegase
ninguna ayuda, y su capital, Sardis, fue tomada por el ejército
invasor. El sucesor de Giges, Ardis, pudo exterminar o echar a la
mayoría de ellos del país. Parece quedar una reminiscencia de su
breve dominio sobre la región por el hecho de que los armenios
designaban a Capadocia como Gamir, aunque no es seguro de si con este
nombre designaban a la tierra o meramente a los habitantes.
Eusebio,
refiriéndose a Gomer, dice: «de donde proceden los capadocios».
Algunos
de la tribu de Gomer permanecieron en el país, o bien volvieron, y
otros fueron al oeste hasta tan lejos como Francia y España y
posteriormente hasta las Islas Británicas, como veremos.
Según
Josefo, la rama que volvió a Asia Menor llegó a ser conocida como
los gálatas. Se puede observar que aunque la forma «Galacia»
parece estar muy alejada de «Gomer», es posible sin embargo
derivarla de la forma más antigua del nombre. La consonante media de
palabra, GoMeR puede ser fácilmente sustituida por una W o una U, de
modo que G-M-R puede transformarse en G-W-R o G-U-R. Es posible que
el antiguo lugar conocido como Tepe Gawra sea una reminiscencia de
una de estas formas. Puede luego haber un cambio adicional con la
sustitución de la L en lugar de la R terminal. Esta sustitución es
muy común y puede observarse, por ejemplo, donde castrum en latín
pasa a ser «castillo» en castellano. Así, tenemos la siguiente
serie: La transformación de G-M-R a G-U-R que luego deviene G-U-L.
Esta última forma se observa como la más familiar Gaul (Galia),
donde, como se recordará, se establecieron algunos de los
descendientes de Gomer. Y la relación entre los galos, los gálatas
y los celtas está bien establecida históricamente. Desde luego,
según Haydn, los galos eran designados Galati o Celtae por los
romanos. Además, los historiadores romanos aseveran que este pueblo
procedía originalmente de Asia Menor y que se esparció por toda
Europa en España (Galicia), en Francia (Galia) y en Gran Bretaña
(los celtas).
Tenemos
a continuación que muchos gomeritas eran los agitados «bárbaros»
contra los que tuvieron que defenderse los asirios, y que luego se
ofrecieron como mercenarios que, tras recibir su paga, se instalaron
como granjeros en la zona de Asia Menor conocida como Galacia.
En
su consideración de Epístola de Pablo a los Gálatas, Farrar
observa lo siguiente:
Se
tiene que considerar como cosa cierta que los gálatas eran celtas, y
no solo celtas, sino celtas címricos. Cada rasgo de su carácter,
cada fenómeno establecido de su lenguaje, cada hecho contrastado de
su historia, demuestra más allá de toda duda que los gálatas o
galos eran celtas; y con toda probabilidad las designaciones de
gálatas y celtas sean etimológicamente idénticas.
Kalisch
los identifica con los Chomari, una nación en Bactriana cerca del
río Oxus, mencionada por Ptolomeo.
Que
este grupo humano sea conocido no meramente como celtas, sino como
celtas címricos, es una hermosa ilustración de cómo puede llegar a
persistir un nombre antiguo, porque el término «címrico» (sin su
terminación patronímica, C-M-R) no es otra cosa que la forma más
antigua «Gomer» muy ligeramente modificada. Esta forma modificada
sigue con nosotros en el distrito de Inglaterra conocido como
Cumberland.
Una
vez más tenemos una ligera variación del nombre original por la
introducción de la consonante B, de modo que la tierra de Gomer,
«Gomer-land», deviene Cumberland. Para quien no esté familiarizado
con cambios etimológicos, la introducción de la B puede parecer
extraña, pero no es en absoluto desusada, y se puede encontrar, por
ejemplo, en el paso de la forma latina numerus a «nombre» en
catalán (número), o «number» en inglés.
Parece
que los descendientes de Gomer eran un grupo humano agitado,
generalmente en movimiento y sumamente belicosos. Allí donde se
establecían, tendían a constituir una especie de aristocracia
militar, y cuando emprendían la marcha, difícilmente se les podía
detener. En 390 a.C. fueron estos los nómadas que aparecieron en las
cercanías de Roma y que saquearon la ciudad. Mientras, en Italia
fueron designados como los umbros, nombre en el que de nuevo
discernimos la forma original «Gomer», aunque aquí la gutural
inicial fue posiblemente sustituida por una H aspirada, y luego
abandonada del todo, mientras que la B se insertó exactamente de la
misma forma que hemos observado en la palabra «Cumberland».
Pero
el registro no está todavía completo, porque Irlanda fue conocida
en la antigüedad como Hibernia, y el Mar de Irlanda como el
Hibernicus. Hibernia ha cambiado la gutural inicial con una H, y la M
se ha transformado en V, lo mismo que el término Hibernicus. Estos
son cambios comúnmente observados dentro de la familia de lenguas
indoeuropeas. Por ejemplo, la simple forma «Paul» aparece en
castellano como Pablo.
También
en la versión griega Septuaginta de Génesis 10:28 el Ebal hebreo
aparece como Eual. Y Nicolaus aparece en el libro hebreo de oraciones
(Aboda Zara) como Nicholabus.
Así,
los hijos de Gomer y sus descendientes entraron profundamente en
Europa, donde, a pesar de su separación tanto en el tiempo como en
el espacio, el nombre de su antiguo antecesor quedó preservado entre
ellos. Desde luego, es incluso posible de que el mismo nombre de
Germania (Alemania) nos preserve el nombre de Gomer en una forma
ligeramente cambiada, aunque la aseveración hecha por ciertos
historiadores alemanes de que los teutones representen la línea
gomérica pura (aseveración que según ellos explica la naturaleza
guerrera del pueblo alemán) es muy improbable, y es contradicha por
prácticamente todos los etnólogos modernos.
Solo
para completar el registro, se puede observar adicionalmente que los
galeses se designan a sí mismos como Cymri, y que en Dinamarca
encontramos un puerto que originalmente se llamaba Cimbrishavn, y que
para nosotros sería el Puerto de Cimbri. Jutlandia era también
conocida como Chersonesus Cimbrica. Parece que apenas si se encuentra
alguna parte de Europa que no fuese, en uno u otro tiempo, ocupada
por los descendientes de Gomer, y algunas regiones de manera
destacada Francia y las Islas Británicas fueron en el pasado
habitadas por un pueblo homogéneo que hablaba una lengua parecida al
moderno cúmbrico.
Continuará... Los descendientes de Gomer fueron Askenaz, Rifat y Togarma.
Extracto: El Origen de las Naciones
Extracto: El Origen de las Naciones
Arthur
C. Custance, M.A., Ph. D.†
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