Séneca, uno de los filósofos estoicos más reconocidos, escribió el texto sobre el enojo, en el que lidia con el problema de perder los estribos, aplicando la entereza y la ecuanimidad, que es la característica esencial de este grupo filosófico. Sugiere ahí que el enojo es una locura temporal y, aunque puede ser justificado, no debemos actuar impulsivamente bajo su trance, ya que el enojo compromete nuestro juicio con una enorme intensidad.
El profesor de filosofía Massimo Pigliucci, autor del libro How to Be a Stoic: Ancient Wisdom for Modern Living, señala que aunque algunas personas sugieren que el enojo moderado es la respuesta adecuada para ciertas situaciones, los estoicos dirían que no existe tal cosa como enojo moderado, pues la moderación y el enojo son contradictorios. Así, el enojo nunca es la mejor respuesta a una situación. Se dice que el enojo puede ser una motivación para actuar, por ejemplo, cuando se siente indignación por una injusticia. Pero entonces, la motivación correcta no sería enojo -una cierta violencia, un cierto odio o un cierto deseo de venganza- sino la emoción positiva de desear ayudar o mejorar las cosas.
El enojo nunca es necesario y es casi siempre evitable. Y como sugirió Marco Aurelio, cuando alguien hace algo malo, incluso algo peligroso, lo que uno debe hacer es "enseñarles, y mostrarles sin estar enojado" la forma correcta. Este es el reto, y para ayudarnos Pigliucci ha compilado una lista de 10 puntos basados en la sabiduría de Séneca pero adaptados al mundo actual, para evitar la locura temporal que es el enojo:
El enojo nunca es necesario y es casi siempre evitable. Y como sugirió Marco Aurelio, cuando alguien hace algo malo, incluso algo peligroso, lo que uno debe hacer es "enseñarles, y mostrarles sin estar enojado" la forma correcta. Este es el reto, y para ayudarnos Pigliucci ha compilado una lista de 10 puntos basados en la sabiduría de Séneca pero adaptados al mundo actual, para evitar la locura temporal que es el enojo:
- Realiza meditación preventiva: piensa en qué situaciones suelen detonar tu enojo, y decide de antemano cómo lidiar con ellas.
- Pon atención a tu enojo tan sólo sientas los primeros síntomas. No esperes, o se saldrá de control.
- Júntate con personas serenas, lo más posible; evita personas irritables y enojosas. Los estados de ánimo son infecciosos.
- Toca un instrumento musical o práctica de manera intencional una actividad que relaje tu mente. Una mente relajada no se enoja.
- Busca ambientes con colores agradables, no irritantes. Manipular las situaciones externas realmente afecta los estados internos.
- No te enfrasques en discusiones cuando estás cansado; en dicho estado tendrás una mayor tendencia a la irritación, la cual puede crecer y convertirse en enojo.
- Por lo mismo, tampoco empieces discusiones cuando estas hambriento o sediento.
- Ríete de tí mismo, esta es el arma principal en contra de la impredecibilidad del universo y la predecible bajeza de algunos humanos.
- Practica la distancia cognitiva (lo que Séneca llama "retardar" tu respuesta) saliendo a caminar o retirándote al baño, cualquier cosa que te permita tomarte un respiro de una situación tensa.
- Cambia tu cuerpo para cambiar tu mente: deliberadamente alenta tus pasos, baja tu tono de voz, impón a tu cuerpo los rasgos de una persona calmada.
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