Cuanto más se sabe sobre la
cronología evolutiva del linaje humano, más se aparta la realidad del clásico
dibujo que muestra una fila de homínidos caminando mientras se yerguen y
pierden el vello hasta llegar a un sapiens lampiño.
En el Pleistoceno tardío,
Eurasia estaba habitada por al menos cuatro especies humanas diferentes:
Sapiens, Neandertales, un grupo poco conocido llamado Denisovanos y una cuarta
población aún por determinar. Las excavaciones y los análisis de ADN están
revelando que estas cuatro especies no solo habitaron en los mismos lugares,
sino que incluso llegaron a tener descendencia común, mezclando sus genes
y embrollando la comprensión que tenemos de nuestros orígenes.
La revista Nature publica un estudio que
detalla el genoma Neandertal más completo hasta la
fecha, complicando aún más el culebrón de las relaciones entre nuestros
ancestros y sus parientes.
El nuevo estudio se ha
elaborado a partir de una falange de neandertal hallada en 2010 y que
corresponde al cuarto o quinto dedo del pie de una mujer adulta que vivió
hace al menos 50.000 años en la cueva de Denisova, situada en las montañas de
Altai al sur de Siberia (Rusia). Esta gruta ha demostrado ser un filón para los
paleoantropólogos, ya que los restos descubiertos allí indican que fue una
vivienda muy popular, habitada en diferentes momentos por Sapiens, Neandertales
y un tercer grupo hallado por primera vez en 2008 y que recibió su nombre de la
cueva. El pasado año, científicos del Instituto Max Planck de Antropología
Evolutiva en Leipzig (Alemania), con su director Svante Pääbo a la cabeza,
secuenciaron el genoma de los Denisovanos a partir del hueso de un dedo de una
mujer joven que vivió en la cueva hace unos 40.000 años. Hubo un montón de
entrecruzamientos que ya conocemos y probablemente otros que aún no hemos
descubierto.
Entre estos últimos se
encuentra la contribución de entre el 2,7 y el 5,8% que el genoma de los
denisovanos recibió por parte de otro grupo de humanos arcaicos. Este linaje,
cuya identidad aún es un misterio, se separó del resto hace más de un millón de
años. “Esta antigua población de homínidos vivió antes de la separación de
neandertales, denisovanos y humanos modernos”, dice la primera autora del
estudio, Kay Prüfer, del Instituto Max Planck. Respecto a la posible identificación
de este grupo, sugiere una interesante hipótesis: “Es posible que este homínido
desconocido fuera lo que conocemos por el registro fósil como Homo erectus. Se
requieren más estudios para apoyar o descartar esta posibilidad”, agrega. En el
estudio, los investigadores escriben que “este grupo comenzó a dispersarse
desde África hace 1,8 millones de años, pero las poblaciones de Homo erectus
asiáticas y africanas pudieron separarse hace solo un millón de años”. Es más:
su descendencia pudo pervivir hasta hace poco más de 12.000 años en el
disputado Homo floresiensis de la isla de Flores (Indonesia).
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