Durante los años 1950 y
60, EEUU y URSS hicieron numerosas pruebas de armamento nuclear tanto en su
territorio como fuera de éste. En el contexto de la Guerra Fría , mostrar a
su adversario un poder de devastación más temible era la manera de garantizar
la seguridad nacional.
El 1 de marzo de 1954 en el atolón de Bikini los
estadounidenses hicieron detonar la bomba Castle Bravo, de 15 megatones (1200 veces más potente que las que
estallaron sobre Japón).
Como consecuencia de esta
prueba nuclear, los habitantes de las Islas Marshall fueron envenenados por la
radiación. Dicen algunas fuentes que los estadounidenses querían ver los
efectos sobre la población civil que tendría un bombardeo de estas
características y durante los años siguientes presentaron las patologías
achacables a la exposición a una radiación extrema: cáncer, lesiones,
quemaduras, malformaciones, etc.
Seis años después, el 30 de
octubre de 1961 un bombardero TupolevTu-95 soltó a 4
kms. de altura sobre Nueva Zembla, en el Océano Polar
Ártico la bomba Tzar, una bomba de hidrógeno
de 50 megatones, la más devastadora jamás lanzada sobre la Tierra.
Estas bombas fueron lanzadas
por aviones. El hecho de tener que desplazar seres humanos hasta la zona de
detonación era un grave inconveniente estratégico puesto que implicaba invadir
las líneas enemigas y sería imposible llegar hasta el lugar adecuado. Este problema
no lo tenían los Misiles Balísticos Intercontinentales o ICBM en inglés, cuyo
desarrollo fue paralelo al de estas bombas. Se trata de un misil de largo
alcance que es lanzado hacia la atmósfera a una altitud enorme, para lo cual
hace uso de varias etapas de combustible. Después cae desde allí, siguiendo una
trayectoria balística, y desperdigando su armamento sobre el enemigo.
Estos misiles son enormes y
su alcance está únicamente determinado por tratados internacionales que prohiben
misiles orbitales. Los orígenes se remontan al final de la Segunda Guerra
Mundial, cuando los nazis planearon el llamado Projekt Amerika en el que
pretendían bombardear Nueva York con un misil llamado A9/10 lanzado desde suelo alemán. Realmente se trataba de un IRBM o un misil
balístico de alcance intermedio.
Ya durante la Guerra Fría , la URSS comenzó a interesarse
por el diseño de un ICBM. El primero del mundo se llamó R-7 Semyorka y fue en éste en el que
el 4 de octubre de 1957 fue lanzado al espacio el primer satélite artificial
Sputnik 1 y constituye
la base para el diseño de los cohetes Soyuz.
Los estadounidenses no se
quedaron atrás y desarrollaron su propio programa de ICBMs. El primero de ellos
en tener éxito fue el Atlas-D, un ICBM de 1.44 megatones fue lanzado en 29 de
junio de 1959. Tanto los
soviéticos como los estadounidenses decidieron entonces desplegar ICBMs y
durante los años 60 se crearon numerosas instalaciones para albergar los Atlas
y los R-7.
La escalada de poder no cesó
hasta los años 70, cuando se comenzaron los acuerdos SALT que pretendían poner freno a esto y limitar el uso de las
armas estratégicas. Los viejos ICBMs iban siendo relegados a su uso como
cohetes para puesta en órbita de satélites, como por ejemplo el Titán, cuyo
último cohete fue lanzado el 19 de octubre de 2005.
Fué
así como nacieron los MIRV ICBM’s, misiles
balísticos intercontinentales con cabezas múltiples de reentrada independiente.
Se lleva una cabeza hacia la parte más alta de la trayectoria y desde ahí se
dispersan un número variable de armas nucleares. Es el caso del LGM-118A
Peacekeeper, un ICBM que se desarrolló en 1986 y
del que se fabricaron 50 unidades hasta su total desmantelamiento en 2005. Nunca
se han llegado a usar, debido al tratado START-II (que fueron los subsiguientes a los SALT) sin embargo sí que
se hicieron pruebas con él.
Como vemos, el misil tiene 4
etapas, 3 de las cuales corresponden a combustible que hace ascender la última
etapa, con las MIRV que, llegado el punto 5 se desperdigan y van cayendo hacia
su blanco. El LGM-30 que vemos en la imagen y en la infografía, es el único
ICBM norteamericano en servicio.
Además de los misiles
balísticos lanzados desde Tierra, se desarrollaron misiles balísticos lanzables
desde barcos y desde submarinos. Se denominan SLBM en inglés. Podemos destacar
por parte de los estadounidenses el programa
Trident que son lanzables desde submarinos
nucleares clase Ohio, mientras éste se encuentra
sumergido bajo el agua.
Por su parte, los rusos
desarrollaron SLBMs como el R-30 Bulava que recientemente dió mucho que hablar al aparecer en el
cielo de Noruega una extraña espiral luminosa que sembró el desconcierto y que finalmente se demostró que se trataba de
un Bulava descontrolado en una prueba rusa.
Se sigue ensayando con armamento
de este tipo que puede llegar a destruir por completo nuestra civilización. El
número de armas nucleares en el mundo es incierto. Se dice que pasaron de
60.000 en 1985 a
unas 20.000 en 2002 con los tratados de no proliferación. Sin embargo hay
países que están desarrollando en la actualidad sus programas nucleares, por lo
que el número de armas de este tipo no termina de descender porque todos temen
quedar expuestos a ataques nucleares al desarmarse ellos mismos, lo cual impide
su erradicación total.
Links de interés:
Viviendo
al lado de un silo nuclear abandonado Wired
Misiles rusos Astronautix
Viabilidad de los ICBM rusos Spacewar
Guía a los ICBM rusos Fas.org
Historia de los ICBM US History
ICBM State University Encyclopedia
Escudo Antimisiles Wikipedia
Estrategia de las armas nucleares Wikipedia
Nuclear football (el maletín nuclear) Global Security
Nuclear football Fas.org
Historia del armamento nuclear Sonicbomb
Visualización sobre Google Maps de los efectos de una explosión nuclear en cualquier ciudad Carlos Labs
Misiles rusos Astronautix
Viabilidad de los ICBM rusos Spacewar
Guía a los ICBM rusos Fas.org
Historia de los ICBM US History
ICBM State University Encyclopedia
Escudo Antimisiles Wikipedia
Estrategia de las armas nucleares Wikipedia
Nuclear football (el maletín nuclear) Global Security
Nuclear football Fas.org
Historia del armamento nuclear Sonicbomb
Visualización sobre Google Maps de los efectos de una explosión nuclear en cualquier ciudad Carlos Labs
No es extraño que se vean luces y ovnis por todas partes, lanzan misiles desde cualquier lugar del mundo y pasan por encima de nuestras cabezas.
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