Un extracto
procedente de las espinacas, pero que también podría encontrarse en otro tipo
de verduras, aumenta considerablemente la sensación de saciedad, lo que
evita caer en el picoteo entre las principales comidas del día. Los
tilacoides, presentes en las células de las hojas, son los responsables de
producir este efecto, según ha concluido un equipo de investigadores suecos
especializados en nutrición de la Universidad de Lund.
Los autores
del estudio, dirigido por la doctora Charlotte
Erlanson-Albertsson, matizan que para obtener estos beneficios no es suficiente
con comer espinacas. “Es preciso molerlas, filtrarlas y centrifugarlas para
liberar así los tilacoides de las células de la planta porque nuestro
cuerpo no puede separarlos de las espinacas frescas de forma natural”.
Ahora, sus
investigaciones se dirigirán a concretar cuál es la sustancia de los
tilacoides, de las cientos que tienen, que produce este efecto para poder
desarrollar suplementos alimenticios.
Lo que sí han
podido comprobar los investigadores es que el “zumo de espinaca” ralentiza
el proceso de digestión hasta el punto de que elimina el hambre de las
personas con buen apetito. Para llegar a esta conclusión le dieron a un grupo
de voluntarios con sobrepeso polvo de espinacas diluido en agua para desayunar.
Todos ellos afirmaron que de esta manera lograron resistirse al picoteo de
media mañana. Aumenta los niveles de leptina, que suprime el apetito
Las personas
que participaron en el experimento, añade Erlanson-Albertsson, “tuvieron una
mayor facilidad para limitarse a comer solo en las tres comidas diarias, al
contrario que los voluntarios del grupo de control, que bebían este mismo zumo
pero sin la sustancia activa”. Tras realizar una serie de análisis a todos los
participantes, los investigadores también descubrieron que los que habían
bebido el compuesto con tilacoides tenían más leptina en sangre, la conocida
como hormona de la saciedad, que el resto de participantes en el estudio.
Asimismo, también presentaron unos niveles de azúcar en sangre más
estables.
La leptina es
una hormona conocida por su capacidad para suprimir el apetito, que actúa
también sobre los centros cerebrales de placer y recompensa. Los tratamientos
con leptina facilitan la pérdida de peso al disminuir la satisfacción que se
obtiene con la comida, según han corroborado distintos estudios anteriores.
Producida por
las células de la grasa, la leptina circula por el torrente sanguíneo para
alcanzar el cerebro e informarle de la cantidad de energía que tiene almacenada
el organismo. Posee propiedades supresoras del apetito, razón por la que
la ausencia de esta hormona produce una obesidad difícil de mantener a raya con
una simple dieta.
Los autores
subrayan en las conclusiones del estudio que esta substancia presente en las
espinacas disminuye la velocidad de la digestión de los lípidos, lo
que obliga a trabajar más al intestino, produciendo así una mayor cantidad
de hormonas de la saciedad. La ventaja de este descubrimiento para combatir el
apetito desmedido se centra en el hecho de que los tilacoides son una
substancia 100% natural y fácil de obtener.
Los tilacoides
también contienen cientos de sustancias activas, como proteínas, vitaminas A,
E, K o antioxidantes, por lo que “es muy probable que el efecto anti-picoteo sea
el resultado de la combinación de varias de sus moléculas".
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