25/11/15

Genética Europea

Un estudio, publicado en la revista Nature por Harvard Medical School (EEUU) entre 28 centros de investigación, ha permitido el análisis de 230 muestras de material genético antiguo, 15 de ellas de la Cueva de El Mirador, en Atapuerca (Burgos), con el que se ha creado un retrato de la evolución de los pobladores del continente europeo. Los científicos revelan así las adaptaciones genéticas que se produjeron en la transición de la caza a la agricultura.

Se han recopilado muestras de los últimos 8.000 años de la prehistoria europea (incluyendo algunas de Asia central) de diferentes periodos y regiones, para tener una visión general de los desafíos adaptativos que han tenido lugar en este continente a lo largo del tiempo”, explica Carles Lalueza-Fox, investigador del Instituto de Biología Evolutiva (CSIC-Universidad Pompeu Fabra) y coautor del trabajo. 
Las variantes encontradas se corresponden con genes asociados con la altura, la capacidad de digerir la lactosa en la edad adulta, el metabolismo de los ácidos grasos, los niveles de vitamina D, la pigmentación de la piel o el color azul de los ojos, entre otros, y explican la adaptación de los europeos al establecimiento de la agricultura en latitudes elevadas.

La pigmentación clara de la piel habría sido necesaria para suplementar la vitamina D en las dietas agrícolas, los genes relacionados con la enfermedad celiaca pudieron tener ventajas para evitar deficiencias vitamínicas en este nuevo tipo de alimentación y los genes de inmunidad probablemente reflejaran adaptaciones a patógenos que provienen del contacto con animales domésticos”.
Otras variaciones en los genes incluyen la persistencia de la enzima lactasa, que permite digerir la leche en la vida adulta y que aparece en Europa hace tan solo 4.000 años, y mutaciones implicadas en el color azul de los ojos, prevalente en el Mesolítico y más presente en el norte de Europa.

En la actualidad, la mutación del gen de la lactasa que asegura su persistencia está presente en el 100% de los europeos del norte de Europa. “Se trata probablemente del rasgo que presenta una mayor ventaja para la supervivencia de los europeos, es decir, la característica genética que la evolución ha seleccionado con una mayor intensidad".
"Hace 4.000 años era una mutación residual, lo que quiere decir que posteriormente fue seleccionada por las poblaciones europeas por la gran ventaja que suponía disponer de la leche como fuente de alimento durante la vida adulta”.
Aunque se desconoce el origen exacto de la mutación de la enzima lactasa, los investigadores la han hallado por primera vez en individuos del centro y norte de Europa que vivieron a finales del Neolítico, en las muestras analizadas procedentes de Suecia, Hungría y Alemania. Las muestras analizadas tienen una antigüedad de poco más de 4.000 años.
La mutación no se requiere si procesas la leche, por ejemplo, para hacer queso; por lo tanto, no significa que estas poblaciones no aprovecharan antes este recurso. Hacia la Edad de Cobre, la fuerte influencia que Centroeuropa recibe de los nómadas de las estepas podría indicar que fueron ellos los que introdujeron el cambio genético en el continente, pero no se sabe con exactitud”.

El trabajo también apoya la idea de que los primeros agricultores europeos procedían de la antigua Anatolia (actual Turquía), y aporta más detalles sobre cómo los distintos grupos fueron mezclándose y migrando.

La revolución neolítica es quizás la transición más importante en la prehistoria humana. Ahora tenemos pruebas de que hubo un flujo de población que fue de Anatolia a Europa y que trajo la agricultura con ellos. Durante más de 40 años se pensó que era imposible resolver esa cuestión”, explica Ron Pinhasi, profesor asociado de arqueología en la University College Dublin (Irlanda) y coautor de la investigación.

El estudio confirma también que los europeos actuales son el producto de tres sustratos poblacionales mayoritarios: los cazadores-recolectores mesolíticos, los agricultores neolíticos y la población de las estepas que entra en la Edad del Bronce.
Dependiendo de las zonas del continente, predomina uno u otro. En Iberia tenemos un poco más del Neolítico y menos del Mesolítico que en el norte de Europa, y menos de las estepas que en el centro y norte del continente".
Fuente: terraantiqvae  

Cueva de EL MIRADOR (ATAPUERCA)

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