24/1/18

La Deformación Craneal (III)

Arqueólogos franceses hicieron un descubrimiento sorprendente durante una excavación en Alsacia, Francia. Se trata de un cráneo alargado de hace 1.500 años.
El cráneo parece haber sido alargado deliberadamente a través de la práctica conocida como deformación craneal, que normalmente se asocia con las antiguas culturas mesoamericanas y fue practicada extensamente en Europa, África, Asia, y América del Sur.
La deformación logra distorsionar el crecimiento normal del cráneo de un niño mediante la aplicación de fuerza después de poner la cabeza entre unas piezas de madera y atarla con una tela. La deformación craneal se asocia con frecuencia a las élites de la sociedad y afirmaba su alto estatus.

El cráneo fue descubierto durante la excavación de una necrópolis con 18 enterramientos. Fue hallado en una tumba perteneciente a una mujer que tenía claramente una posición de alto rango en la sociedad, ya que fue enterrada con un rico surtido de tesoros como alfileres de oro, un espejo de plata, perlas de vidrio y ámbar y otras mercancías.
El hallazgo llevó a los arqueólogos a ampliar la búsqueda a más de 7,5 hectáreas, lo que resultó en el descubrimiento de una gran cantidad de artefactos, restos humanos y animales desde el Neolítico, galo, galo-romano y las sociedades merovingias.

En el viejo mundo, los Hunos y los Alanos también fueron reconocidos por haber practicado la Deformación Craneal. En la antigüedad tardía (300-600 d.C.), los pueblos germánicos orientales (Gépidos, Ostrogodos, Hérulos, Rugios y Burgundios) que eran gobernados por los Hunos, adoptaron esta costumbre.

Los primeros documentos históricos en los que aparecen nombres que se han relacionado luego con los Alanos datan de fuentes coetáneas, la geografía greco-latina y las crónicas de la dinastía China del siglo I a.C. Los nombres de lugares y personas que aparecen en las crónicas chinas son objeto de más especulación que las griegas, aunque siglos antes, en la crónica de la Dinastía Han, el Hou Han Shu, escrito en el año 88 del siglo V, se hacía mención a un informe en el que decía que la zona esteparia llamada Yancai era también conocida como Alanliao.

A principios del siglo I, los Alanos habían ocupado las tierras al noreste del mar de Azov a lo largo del río Don. Las fuentes escritas sugieren que entre la segunda mitad del siglo I hasta el siglo IV, los alanos tenían la supremacía de las tribus y habrían creado una poderosa confederación de tribus sármatas. Los hallazgos arqueológicos apoyan las fuentes escritas, P.D. Rau ha identificado restos de los últimos sármatas con los alanos históricos. Basándose en el material arqueológico, fueron una de las tribus nómadas de lengua irania que comenzaron a entrar en el área dominada por los sármatas en los siglos I y II.
En una inscripción del rey parto Vologeses I se puede leer que luchó contra Kuluk, rey de los alanos, en el 11º año de su reinado. Esta inscripción está respaldada por el historiador judío contemporáneo Flavio Josefo (37-94), que escribe en su Guerra de los Judíos (libro VII, capítulo 8.4) cómo los alanos (a quienes llama tribu escita) que vivían cerca del mar de Azov, cruzaron las Puertas de Hierro en busca de pillaje y que derrotaron a los ejércitos de Pacoros, rey de Media, y Tiridates, rey de Armenia, hermanos los dos de Vologeses I.

Alrededor del año 370, los Alanos fueron vencidos por los Hunos y se dividieron en varios grupos, algunos de los cuales huyeron al oeste. Una parte de esos alanos occidentales se unieron a las tribus germánicas de los vándalos y suevos cuando invadieron la Galia romana. Gregorio de Tours destaca en su Liber historiae Francorum (Libro sobre la historia de los francos) que el rey alano Respendial salvó la batalla para los vándalos en un choque con los francos cerca del Rin el 31 de diciembre de 406. Según este historiador, otro grupo de alanos dirigido por Goar cruzaron este río por esas fechas, pero al punto se unieron a los romanos y se asentaron en la Galia.

Si seguimos el derrotero de vándalos y suevos en la Península Ibérica (entonces Hispania) en el 409, los alanos se asentaron en las provincias romanas de Lusitania y Cartaginense: «Alani Lusitaniam et Carthaginiensem provincias, et Wandali cognomine Silingi Baeticam sortiuntur» (Hidacio).
Los vándalos silingos se asentaron en la Bética, los suevos en la Galicia costera y los vándalos asdingos en el resto de Galicia.
En 412, el rey alano Atax o Attaces conquistó la ciudad de Emérita Augusta (Mérida) y estableció en ella su corte durante seis años, hasta que en 418 murió en una batalla contra los visigodos, y esta rama de los alanos apeló al rey vándalo asdingo Gunderico para que aceptara la corona alana. Aunque algunos de estos alanos permanecieron en Iberia, la mayoría se dirigió al norte de África con los vándalos en 429. Los posteriores reyes vándalos de esta zona se hacían llamar Rex Wandalorum et Alanorum (Rey de los vándalos y de los alanos).

En la Galia, los alanos en un principio conducidos por Goar se asentaron en diversas áreas, sobre todo cerca de Orleans y Valence. Con Goar se aliaron con los burgundios de Gundahario (Gunther), con quienes entronizaron al emperador usurpador Jovino. Con el sucesor de Goar, Sangiban, los alanos de Orleans desempeñaron un papel crucial al repeler la invasión de Atila en la Batalla de los Campos Catalaunicos. Tras el siglo V, los alanos de la Galia se sumieron en las luchas territoriales de los francos y los visigodos y dejaron de tener la independencia de antes. Flavio Aecio congregó a numerosos alanos en la región de Armórica para reprimir los levantamientos. El nombre bretón de Alan (antes que el francés Alain) y muchas poblaciones con nombres relacionados a “alano”, como Alanville, son considerados popularmente como evidencias de que un contingente de este pueblo se asentó en la Bretaña.

En la Península Ibérica, llegaron a ser conocidos por sus cacerías masivas y sus perros de pelea, una raza de esos canes sobrevive en ciertas zonas de Castilla y León, Asturias y el País Vasco, aún lleva el nombre de “alana”.
Una parte del grupo de alanos germánicos junto con visigodos se establecieron en la parte noreste de la península y según la Encyclopædia Iranica dan su nombre a una parte Cataluña, cuyos pobladores se llamaban los Got-Alanien.

Actualmente la ciencia genética ha descubierto una distribución geográfica de los marcadores genéticos que han convencido a algunos investigadores de que existe una conexión entre la antiquísima y profunda herencia sármato-alana y el grupo G de línea paterna del ADN, especialmente el G2.
En la región de Toulouse (Francia), la Deformación Craneal voluntaria se realizó hasta principios del siglo XX.

Fuentes:

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