El
moldeado intencional de la cabeza, fue practicado simultáneamente en
culturas separadas geográfica y cronológicamente. Su práctica
continúa en algunos lugares, como Vanuatu y la República del Congo.
Los
científicos han descubierto dos cráneos humanos parciales en el
centro de China que podrían pertenecer a una especie humana arcaica
desconocida.
Los
cráneos tienen entre 105.000 y 125.000 años de antigüedad, y
contienen una mezcla única de características humanas modernas y
Neandertales. Podrían ser la clave para rellenar algunas de las
piezas del árbol genealógico humano en el este de Asia.
Hay
indicios en nuestros registros genéticos de que todavía podría
haber ancestros que no se han descubierto y faltan en nuestro árbol
genealógico. Pero también hay otra posibilidad, algo que los
investigadores no especularon en su investigación, es que los
cráneos podrían ser evidencia física rara de los Denisovanos, los
primos misteriosos de los Neandertales, que se piensa pueden haber
existido hace 100.000 años.
Se
estima que los seres humanos modernos que viven en China poseen
alrededor del 0,1% de ADN Denisovano, lo que sugiere que en algún
momento los seres humanos modernos vivieron muy cerca de ellos.
Sin
más investigaciones, en particular de evidencia de ADN, es imposible
saber que posibilidades son más probables, si estos cráneos
pertenecen a una nueva especie humana o son raros rastros de
Denisovanos en el este de Asia. También es imposible descartar otras
posibilidades. Es posible que la excavación en el sitio pueda dar
más pistas.
Los
dos cráneos antiguos fueron desenterrados a 4.000 kms. de la cueva
de Denisova en Lingjing, provincia de Henan (China) en 2007 y 2014.
Mientras que los científicos estaban comenzando a obtener una idea
más clara de cómo los antepasados humanos se separaron de África,
una vez que alcanzaron Asia del Este, esta idea se vuelve más
borrosa. Por eso el hallazgo es tan importante, estos cráneos
podrían ayudarnos a explicar cómo nuestros primeros antepasados
finalmente se convirtieron en los humanos modernos que hoy en día
viven en Eurasia Oriental.
Se
cree que el sitio en el que se encontraban los cráneos estuvo
habitado hace unos 105.000 a 125.000 años, durante la época del
Pleistoceno, cuando esa parte del mundo estaba cubierta de grandes
capas de hielo. Según otros descubrimientos en el sitio, los dueños
de los cráneos eran buenos cazadores. También había huesos de
antiguos caballos y ganado, rinocerontes lanudos ya extintos y
ciervos gigantes.
Xiujie
Wu, de la Academia China de Ciencias, dijo a Science Magazine que los
fósiles podrían representar una especie desconocida de un nuevo
humano arcaico que sobrevivió en el este de Asia hace 100.000 años.
La amplia cavidad cerebral descarta que los cráneos pudieran haber
sido de Homo erectus u otras especies homínidas conocidas. Tienen
los mismos canales semicirculares del oído, y la sección agrandada
en la parte posterior del cráneo como los Neandertales, y también
poseen rasgos de los primeros seres humanos de Eurasia del Este.
En
la religión china, vemos la deformación craneal en las imágenes
del popular Dios de la longevidad llamado Shou Xing que data de la
dinastía Ming.
Es
representado como un anciano con barba con abundantes cejas blancas y
una gran cabeza. Lleva una caña larga, a veces con la forma de la
serpiente, sostiene en su mano un durazno que simboliza la longevidad
y va acompañado por dos animales de vida larga, la cigüeña y la
tortuga. Una vida larga es considerada un honor en China, y si bien
Shou Xing no posee un templo o culto particular es sumamente
respetado. Shou Xing, es quien determina la edad a la cual mueren las
personas, y lleva una tableta con inscripciones con dicha
información. Las edades pueden ser modificadas si se le realizan
ofrendas.
En
el pueblo de Onavas, al sur de Sonora (México), los arqueólogos
descubrieron un cementerio prehispánico de 1.000 años de antigüedad
donde estaban enterrados 25 individuos, 13 de ellos presentan la
deformación craneal intencionada (frontal occipital).
De
los restos óseos recuperados 17 corresponden a menores de edad,
entre 5 meses y 16 años, y 8 son de adultos. La cantidad de infantes
identificados en el cementerio puede ser un indicador de la mala
práctica en la deformación craneal, que ocasionó su muerte por el
exceso de fuerza al momento de apretar el cráneo. Esto se deduce a
partir de estudios hechos a los restos, cuyos resultados no arrojaron
ninguna enfermedad que pudiera haber causado su muerte. En las
culturas mesoamericanas, esta practica se utilizó para diferenciar a
un grupo social de otro y con fines rituales.
El
Cementerio de Onavas no pertenece a grupos mesoamericanos
migratorios, sino a uno sedentario que tuvo un desarrollo local y que
en algún momento de su historia entabló contacto con Mesoamérica e
incorporó algunas ideas a su cultural. El sitio debió pertenecer a
los antiguos indígenas pimas, grupo cultural de la región cuyos
descendientes se desplazaron hacia lo que hoy es el límite estatal
Sonora-Chihuahua; pudo ser parte de un asentamiento ubicado dentro
del área de tránsito que seguían los pueblos de la costa
occidental al suroeste de Estados Unidos en el comercio de la
turquesa, y en ese transitar de poblaciones, los pimas adoptaron
nuevas tradiciones procedentes de Mesoamérica.
Fuentes:
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