19/3/21

La Copa de Higía

La copa de Higía es uno de los símbolos más conocidos internacionalmente de la profesión farmacéutica.

Se trata de una serpiente enroscada en una copa o cáliz. Tanto la serpiente como el cáliz son símbolos que representan la naturaleza femenina y hacen alusión a la "farmacéutica" aplicada por curanderas y chamanes a base de hierbas.

La serpiente se asociaba en la mitología a la mujer por su naturaleza cíclica y a la medicina por su capacidad de "resucitar" al cambiar de piel.

El cáliz es un símbolo femenino por su calidad de contenedor (de la vida) y a su vez la farmacéutica por ser contenedora (del medicamento).

En la mitología, Asclepio ayudó a una serpiente y como agradecimiento el reptil le lamió el oído, compartiendo con el dios todos los secretos de la medicina y otorgándole poderes curativos. Zeus, temeroso de que Asclepio hiciera que los humanos se volvieran inmortales, lo mató con un rayo. A partir de ese momento, se construyeron templos en honor a Asclepio en donde aparecían serpientes que aparentemente estaban muertas, pero que cuando se las recogía, volvían a la vida. Esto hizo creer que los poderes de Aesclepius eran los que hacían volver a la vida a los reptiles y por ello, las serpientes se convirtieron en la cultura occidental en un símbolo de curación, muy relacionado con la medicina.

Higía y Panacea eran las hijas favoritas de Asclepio. Panacea, curaba mediante recetas perfectas de hierbas que permitían sanar cualquier enfermedad. De ahí deriva la palabra Panacea para referirse a todo aquello que soluciona o cura enfermedades.

En la mitología griega, Higía hija de Asclepio y Lampecia, hermana de Telesforo, Yaso y Panacea, era la diosa de la curación, la limpieza y la sanidad (posteriormente, también de la luna), mientras que su padre estaba relacionado con la medicina. La palabra Higiene, tiene su raíz etimológica en la diosa Higía. Un equivalente en la mitología romana es Salus.

El culto en Atenas a la diosa Higía data del siglo VII a.C. Plutarco, relató la construcción del Partenón en Atenas diciendo que la diosa Higía estaba presente cuando un obrero se cayó desde gran altura cuando estaba construyendo. Los médicos no podían tratarlo y esa misma noche, la diosa se apareció en sueños a Pericles y le enseñó un tratamiento para sanar al hombre herido. El albañil se recuperó y en honor a Athena Hygea se situó una estatua con su imagen cerca del altar.

Aunque había sido objeto de un culto local desde al menos el siglo VII a.C., no empezó a ser conocida fuera de este hasta que el Oráculo de Delfos la reconoció tras las plagas que devastaron Atenas entre los años 429 y 427 a.C. y en Roma en el 293 a.C. Su templos principales estaban en Epidauro, Corinto, Cos y Pérgamo.

La mitología romana, la adoptaría con el nombre de Sirona.

En el helenismo religioso moderno, una de las maneras en que se implora la voluntad de la diosa para que retribuya la salud en las personas, es recitando un himno dedicado a ella y luego realizando una libación de vino rosado.

Himno:

Ven, Oh Bendecida Higía. Adorada y querida Reina Universal.

Porque a través de ti desaparecen las enfermedades del hombre, y cada casa florece llenándose de alegría.

Y a través de ti, las artes también nacen. Lo que eres tú desea el mundo, Oh Reina!. La que siempre florece, a la que siempre se la honra, descanso de los mortales.

Ven Reina, Higía, porque si tú no estás todo es innecesario, y salva de la enfermedad a tu suplicante (o a mi familia).


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