24/4/15

Julio Cervera - Inventor de la Radio

Aunque la invención de la radio se suele atribuir a Marconi, siempre ha sido un asunto de encendidos debates. Unos dicen que el alemán Heinrich Hertz, descubridor de las ondas electromagnéticas, fue el verdadero pionero. Otros apuntan al serbio Nikola Tesla. Y surge el nombre del español Julio Cervera.

Desde 1894, Marconi, primero en Italia y después en Inglaterra, venía trabajando en la telegrafía sin hilos. Ya en 1896 había transmitido mensajes telegráficos a través del mar entre Penarth, en Gales, y Weston-super-Mare, en Inglaterra, a unos 10 kilómetros de distancia.

Julio Cervera Baviera era entonces un comandante del arma de Ingenieros del Ejército de Tierra español. El ferrocarril, el telégrafo, el teléfono estaban alumbrando la era de la comunicación, pero las noticias no viajaban tan rápido como ahora. Cervera aún tardó dos años en enterarse de los avances de Marconi y lograr permiso del Ministerio de la Guerra para desplazarse a Londres.
Durante tres meses de 1898, Cervera estuvo trabajando en el laboratorio privado de Marconi. Fueron tres meses intensos en los que el comandante, de 45 años, llegó a conocer personalmente al genio italiano, por aquellos días un veinteañero bien relacionado con los círculos de poder de Londres.
Cervera, un castellonense brillante (Segorbe, 26 de enero de 1854), volvió con muchas ideas. En los años siguientes registró más de una veintena de patentes. Entre ellas, según afirma el profesor de la Universidad de Navarra Angel Faus, la del primer sistema de radio como la conocemos hoy.
Marconi inaugura la era de la comunicación inalámbrica y eso nadie lo discute; tampoco yo”, mantiene Faus. “Él es el padre de la telegrafía sin hilos. Pero su imperio de empresas, y él mismo lo reconoce en algún escrito, no entra en la radio, esto es, en la transmisión de la voz humana (y no de meras señales telegráficas) hasta 1913. Para entonces Cervera ya hacía 11 años que había demostrado que funcionaba un sistema de transmisión de voz sin hilos”.

Tanta fe tenía Cervera en su invento que en 1902 llegó a constituir con cinco socios -entre ellos algún catedrático de Ingeniería- una empresa para la producción y venta de aparatos emisores y receptores. No se tiene constancia de que la compañía llegase a fabricar alguno ni se sabe si Cervera y sus socios llegaron a hacer dinero, pero, como sugiere Faus, el hecho de que se llegase a constituir una sociedad para la explotación comercial del invento da cierta idea de lo maduro que estaba.

A su regreso de Londres, el comandante de Ingenieros había seguido trabajando en la misma línea que Marconi, la transmisión sin cable de señales telegráficas. Una de sus primeras patentes, de hecho, fue un ingenio que permitió duplicar la velocidad de transmisión de mensajes. El sistema de telegrafía sin hilos de Marconi se basaba en el morse, por lo que, dependiendo de la habilidad del operario, se podían transmitir unas 20 o 22 palabras por minuto. Cervera lo aplicó a una máquina de escribir, con lo que consiguió transmitir 40 palabras por minuto, además de sentar el primer precedente de lo que hoy es un e-mail.

Pero el verdadero avance de las investigaciones de Cervera llegó en 1902. Fue entonces cuando sus pruebas con la telefonía sin hilos, en otras palabras, la transmisión de voz, la radio, dieron sus frutos. Durante 40 días de aquel año habían transmisiones telefónicas sin hilos entre la localidad alicantina de Jávea e Ibiza. Llegó a registrar la patente en cuatro países: España, Inglaterra, Alemania y Bélgica.


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