Cada
cierto tiempo suelen salir distintas fórmulas mágicas que aseguran
curar el cáncer: el bicarbonato, el limón con agua, el reiki, la
homeopatía, etc. … aunque ninguna
de estas terapias alternativas ha demostrado tener ningún tipo de
eficiencia desde el punto de vista científico.
No obstante, parece que en las últimas semanas se ha descubierto un
método que quizá podría servir de ayuda contra el cáncer.
LEM:
la proteína salvadora.
Se
trata de la LEM
(lymphocyte
expansiona molecule),
una molécula de expansión de linfocitos de la que los científicos
no tenían constancia hasta ahora, pero que se presenta como vital a
la hora de combatir la enfermedad.
En
concreto, el potencial de esta proteína consiste en que es
capaz de provocar que las células linfocitos T se multipliquen de
manera geométrica.
Ante un posible cáncer, la
potenciación de la proteína LEM puede multiplicar el número de
células que se encargan de combatir el tumor que genera la
enfermedad.
Lo
mejor de este descubrimiento es que, al contrario de lo que ocurre en
otros casos, los
usos de la proteína LEM a la hora de combatir el tumor son
aplicables a cualquier tipo de cáncer,
con lo que el interés por desarrollar este tipo de investigaciones
es evidente para la comunidad científica y resulta muy interesante
para cualquier tipo de investigador del cáncer.
El
estudio,
cuyo
contenido completo puedes consultar en la revista Science, ha
sido dirigido por el profesor Philip
Ashton-Rickardt,
del Imperial College de Londres, en colaboración con investigadores
de la Universidad Queen Mary de Londres, la Harvard Medical School y
el EHT de Zurich. La intención de estos investigadores es continuar
este desarrollo y explorar las posibilidades de instaurar una terapia
genética a partir de esta proteína.
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