El
Cerro del Molinete es una de las cinco colinas de Cartagena donde en
el año 227 a.C., el general cartaginés Asdrúbal de la dinastía
bárcida, erigió la actual
Cartagena aprovechando las ruinas de la Mastia íbera. En
distintos puntos de las laderas norte, sur y oeste del Molinete (que
en la antigüedad era conocido como Arx Asdrubalis), las ruinas de un
monumental edificio púnico
con veintidós siglos de antigüedad se confunden entre maleza,
escombros y muros de construcciones más modernas en
pleno casco histórico de Cartagena.
El
historiador helenístico Polibio de Megalópolis visitó la Qart
Hadasht púnica a mediados del siglo II a.C. y dejó escrito que en
el actual cerro del Molinete se encontraban los magníficos palacios
reales de Asdrúbal Barca.
El
doctor en Arqueología Iván Negueruela, que lleva quince años en el
estudio de esos vestigios, ha plasmado sus conclusiones en
el
libro «El magnífico palacio de Asdrúbal en Cartagena (Cerro del
Molinete)»,
que acaba de editar la Real Academia de la Historia. Sus primeras
presentaciones públicas están previstas el próximo otoño en
Madrid y Túnez.
Una
de sus primeras conclusiones fue que el palacio bárcida era en
realidad un conjunto de construcciones rupestres. Un gran edificio
excavado en la propia roca de las laderas de la colina, en forma de
terrazas para permitir la superposición de alturas. “Un edificio
excavado en la roca en esa época es una novedad en todo el
Mediterráneo”.
Esas
estructuras antiguas en los planos de un monte con unos 25.000 metros
cuadrados de extensión, permitió al investigador llegar a otra
conclusión asombrosa: se encontraba ante un edificio
de planta triangular, algo insólito en aquella época (un
triángulo escaleno con una hipotenusa de 250 metros), lo que da idea
de sus colosales dimensiones.
Negueruela
sostiene que pocos edificios de la Antigüedad habían alcanzado
dimensiones tan importantes como el palacio de Asdrúbal. “Ninguno
en la Península Ibérica ni en los países de Occidente, más
grandes sí los hubo, pero en los imperios del Próximo Oriente:
Babilonia, Persépolis, pero este último tras sucesivas
ampliaciones”.
Esas
proporciones consolidan la hipótesis de que la dinastía Barca quiso
hacer de Cartagena la capital de su imperio en la Península Ibérica.
Negueruela
abunda en otras ideas que refuerza con el uso de planos, como que la
planta del palacio de Asdrúbal
encierra un complicado entramado de conocimientos en
disciplinas como la geometría, la aritmética, la geodesia y la
astronomía. Nadie hasta entonces en el Mediterráneo había sido
capaz de aterrazar los distintos lados de una colina, construir y
excavar en ellos para habilitar diferentes dependencias, hacerlo de
manera intencionada, proporcionada, y orientar las dedicadas al
culto con intención astronómica.
“El
Magnífico Palacio de Asdrúbal en Cartagena”, da a conocer este
singular monumento y las peculiares características que ofrece. Su
planta triangular, de 250 m. de largo por 150 m. de anchura, con un
complejo diseño geométrico basado en un sistema sexagonal y el uso
de triángulos y rectángulos trazados con un codo oriental de 48,9
cm., también documentado en otros monumentos púnicos. El grandioso
Palacio estaba estructurado en siete terrazas escalonadas, a las que
daban las diversas estancias y servicios del palacio: salas de
representación, de audiencia y ceremonia, dormitorios, almacenes,
rampas de acceso, etc., así como el Templo de la Diosa Atargatis,
situado en su cumbre y asociado al resto del monumento.
El Palacio de Asdrúbal en Carthago Nova ilustra los complejos conocimientos sobre Astronomía, Geometría, Topografía del mundo púnico, que denotan influjos del mundo oriental y de la arquitectura helenística posterior a Alejandro Magno, como evidencian sus estructuras y su carácter monumental, por lo que constituye un auténtico ejemplo de la arquitectura imperial bárquida, prácticamente desconocida hasta esta publicación.
El Palacio de Asdrúbal en Carthago Nova ilustra los complejos conocimientos sobre Astronomía, Geometría, Topografía del mundo púnico, que denotan influjos del mundo oriental y de la arquitectura helenística posterior a Alejandro Magno, como evidencian sus estructuras y su carácter monumental, por lo que constituye un auténtico ejemplo de la arquitectura imperial bárquida, prácticamente desconocida hasta esta publicación.
A
falta de que expertos en geometría puedan proporcionar nuevas
interpretaciones, el autor del libro cree que las
estancias de carácter religioso tienen orientaciones vinculadas a
razones astrológicas. De todas las claves ocultas que pudo
encerrar el edificio, Negueruela intuye detalles constructivos que
quedaban ocultos a los ojos de la población que habitaba a los pies
de la cara sur de la colina. Cita como ejemplo la orientación de las
salas destinadas al culto divino y la entrada de los primeros rayos
de sol por la puerta del Templo de
Atargatis, cuyos escasos vestigios se pueden ver en el actual
parque arqueológico del Molinete.
El
estudio de estas ruinas augura futuras investigaciones sobre el papel
que jugó Cartagena antes de la dominación romana.
¿Por
qué el arquitecto del palacio de Asdrúbal rompió los esquemas
cuadrados y rectangulares conocidos hasta entonces?... ¿De
dónde procedían sus conocimientos?... ¿Cómo resolvió
arquitectónicamente el conflicto entre el poder terrenal -los Barca-
y sobrenatural -Atargatis-?... Responder a todo ello puede dar para
cien años, asegura Negueruela.
Fuente:http://www.abc.es/cultura/arte/20150607/abci-palacio-asdrubal-cartagena-hallazgo-201506062037.html
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