El
Mušḫuššu (del sumerio MUŠ.HUŠ Serpiente-Dragón rojo/furioso)
es una criatura propia de la mitología mesopotámica. El Mušḫuššu
como serpiente, aparecería en los presagios. También aparece como
el nombre de una constelación que se corresponde vagamente con la
constelación Hidra, según el MUL.APIN (compendio astronómico
babilonio).
Anteriormente
Mušḫuššu había sido traducido como sîr-ruššû, aunque de
manera incorrecta.
Esta
criatura se parece a un dragón con el cuerpo recubierto de escamas,
las patas delanteras de león y las traseras con garras de águila.
También tiene cuello largo y cola, cabeza con cuernos, una lengua
como de serpiente y una cresta.
Fue
símbolo de diferentes divinidades, al principio asociado al dios
Ninazu, era venerado en Ešnunna (ciudad sumeria y luego acadia),
después se le asoció al dios Tishpak. Cuando esta ciudad-Estado fue
vencida por el reino babilonio, el dragón/serpiente fue retomado por
Marduk. Aparece en la reconstruida Puerta de Ištar de la ciudad de
Babilonia, como símbolo del dios Marduk. También en la Piedra
Michaux se pueden observar varios Mušḫuššu.
El
arqueólogo alemán Robert Koldewey, que descubrió la puerta de
Ištar en 1.902, se planteó la hipótesis de que el Mušḫuššu
era real. Argumentaba que su representación en el arte babilónico
era una constante a través de los siglos, mientras que las de las
criaturas mitológicas cambiaban, a veces drásticamente, con el paso
de los años. También se fijó en que los Mušḫuššu están
representados en la Puerta de Ištar entre animales reales, como el
león y el rimi (uro), llevándole a especular que el Mušḫuššu
era una criatura con la que los babilonios estaban familiarizados.
“Bel
y el Dragón”, un texto deuterocanónico, narra una historia que
Koldewey pensaba que involucraba a un Mušḫuššu. En un templo
dedicado a Bel (el dios de Nabucodonosor), los sacerdotes tenían un
gran dragón o serpiente, adorado por los babilonios.
Existen muchas otras criaturas de aspecto serpentiforme en la
mitología mesopotámica como Mušgallu (lit. muššugallu, "gran
serpiente"), Mušmaḫḫu (serpiente mítica de siete cabezas),
o Bašmu (en sumerio muš šà tùr o ušum) que también se
corresponde con una constelación. Por lo cual cualquier apreciación
o intento comparativo de una de estas criaturas con
dragones/serpientes que aparecen en otras mitologías es especulativo
basándose simplemente en las fuentes literarias de una de las dos
mitologías, sin revisar exhaustivamente la parte correspondiente a
las fuentes literarias mesopotámicas.
En
la mitología sumeria, Ninazu dios secundario del inframundo en el
reino de Ereškigal, era simbolizado por el dragón-serpiente
Mušḫuššu. Se cree que poseía poderes de sanación, y fue
venerado en el templo de la ciudad de Ešnunna, en el III milenio
a.C.
Fuente: Wikipedia
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