11/8/19

Cultura Nagada (III)


Nagada III, antes conocida como Semaniense, es la cultura perteneciente al periodo predinástico de Egipto que sigue a la fase Naqada II y termina la cultura Naqadiana.
Se subdivide en cuatro estadios: Naqada IIIa 3200-3150 a.C., Naqada IIIb 3150-3100 a.C., Naqada IIIc 3100-3050 a.C. y Naqada IIId 3050-3000 a.C., estos últimos coetáneos con el periodo protodinástico de Egipto.

En este último período comenzó el proceso de formación del estado unificado, puede que ya iniciado en el Naqada II. Los reyes de este período se han agrupado a efectos cronológicos en la denominada dinastía 0. De Nejen la hegemonía pasó a Tinis (Abidos) pero se mantuvieron los estados locales o regionales, posible origen de los futuros 42 nomos (16 nomos del Alto Egipto y 10 del Bajo Egipto son anteriores a la tercera dinastía).

Las características de este período fueron: los primeros jeroglíficos, la invención de la navegación a vela (independiente de la que tuvo lugar en el Golfo Pérsico 2.000 años antes), las primeras narraciones gráficas en paletas, el uso continuado de serejs a modo de sellos distintivos de cada soberano, los primeros auténticos cementerios reales y seguramente las primeras obras de irrigación.
Los primeros soberanos poderosos son de esta época. Usan los serejs que identifican al rey y a su territorio. La cultura egipcia se extiende hacia Nubia.
La hegemonía regional en el Alto Egipto se desplaza de Nejen hacia Tinis (Abidos), con algún otro estado importante como El Kab. En cambio Nubt (Naqada) casi no tiene presencia y las tumbas encontradas en la ciudad son pobres, sea por falta de poder político o económico (los expertos consideran probable que hubiera sido absorbida por Nejen o por Abidos).
Otros posibles estados de la época podrían situarse en Tinis y Abadiya (Alto Egipto), Maadi, Buto y Sais (Bajo Egipto), y Qustul en Nubia.
La influencia del Alto Egipto se extiende hacia Maadi (que desaparecerá avanzado el Naqada III) y hacia Buto, en el Delta. Es durante este período que se fundó, o se hizo mayor Menfis, que se convirtió en capital. Hacia el 3.050 a.C. en que podría situarse el reinado de Narmer, el primer faraón que se supone que gobernó el Alto y Bajo Egipto, hasta el final del período, hacia el 3.000 a.C. o un poco más tarde, se consolidó la unión de las dos tierras y se inició el llamado Periodo Tinita, y la primera dinastía, en el estadio Naqada IIId.

La unificación se haría mediante actividad militar, según algunas evidencias como la Paleta de Narmer y la Paleta de Tehenu, aunque no hay evidencias arqueológicas; parecería entonces que los reyes de Abidos sólo recogieron una fruta madura, preparada ya para la unificación que se dio mediante un proceso económico, cultural y social prolongado en el tiempo (seguramente iniciado antes del 3.300 a.C.), al que podrían no ser ajenas las alianzas (familiares o no) y la falta de poder y liderazgo de muchos pequeños estados frente a la fuerza política, económica y militar de un poder territorialmente extenso, numéricamente fuerte, socialmente cohesionado, culturalmente dominante y económicamente rico. Las resistencias podrían haber surgido en lugares puntuales o de pueblos culturalmente diferentes como el libio. Desde el establecimiento de Menfis como capital, fue el centro administrativo del estado.

En los aspectos culturales, la cerámica decorada disminuye pero aparecen otras manifestaciones artísticas. Los jeroglíficos que ya habían aparecido en Naqada II en forma de signos, evolucionan durante el período.

Los dioses más importantes de la época fueron: Horus (dios celeste y sanador, considerado iniciador de la civilización egipcia), Seth (señor del mal y las tinieblas), Nejbet (diosa protectora, en los nacimientos y en las guerras), Min (dios lunar, de la fertilidad y la vegetación), Hathor (divinidad cósmica, diosa del amor, de la alegría) y Bat (diosa celeste, asociada a la fertilidad).

La fase final de la Dinastía 0, periodo predinástico tardío, o Naqada III, esté regido por gobernantes del Alto Egipto que residirán en Tinis, se hacen representar con un serej y adoran a Horus. El nombre de estos reyes figura en la Piedra de Palermo, grabada 700 años después.
En este periodo surgen las primeras auténticas ciudades, tales como Tinis, Nubet, Nejeb, Nejen, etc. Son típicos de esta época los magníficos vasos tallados en piedra, cuchillos y paletas ceremoniales, o las cabezas de mazas votivas. Narmer pudo ser el último rey de esta época, y el fundador de la Dinastía I.
A finales del periodo predinástico, Egipto se encontraba dividido en pequeños reinos; los principales eran el de Hieracómpolis (Nejen) en el Alto Egipto y el de Buto (Pe) en el Bajo Egipto. El proceso de unificación fue llevado a cabo por los reyes de Hieracómpolis. La tradición egipcia atribuyó la unificación a Menes, quedando esto reflejado en las Listas Reales. Según Gardiner, el rey Narmer, es el primer faraón del cual se tiene constancia que reinó sobre todo Egipto, tras una serie de luchas, tal como quedó atestiguado en la Paleta de Narmer.
Según Manetón, este periodo lo conforman las Dinastías I y II.
Bajo la dinastía III la capital se estableció definitivamente en Menfis, de donde procede la denominación del país, ya que el nombre del principal templo, Hat Ka Ptah "casa del espíritu de Ptah", que pasó al griego como Aegyptos, con el tiempo designó primero al barrio en el que se encontraba, luego a toda la ciudad y más tarde al reino.
En la época de la tercera dinastía comenzó la costumbre de erigir grandes pirámides y monumentales conjuntos en piedra, gracias al faraón Dyeser, pero fue durante la Dinastía IV, con Seneferu, Keops y Kefrén, cuando se construyeron las mayores pirámides. Sin embargo, el esfuerzo y recursos invertidos en ellas determinó que el poder absoluto y prestigio del faraón se resintiera.
La dinastía V marca el ascenso del alto clero y los influyentes gobernadores locales, y durante el largo reinando de Pepy II se acentuará una época de fuerte descentralización, denominada Primer periodo intermedio de Egipto (Dinastías III a VI).
Continuará...


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