5/8/19

Cultura Nagada (II)


Nagada II, fue la cultura del periodo predinástico egipcio, conocida también como Gerzense, nombre proveniente de la localidad de Gerza, o Al-Gerzeh, en la región de El Fayum.
Siguiendo a Werner Kaiser, se divide en los estadios Naqada IIa, Naqada IIb, Naqada IIc y Naqada IId. Deriva del Naqada I o Amratiense y se encuentran en la misma área, principalmente en el Alto Egipto.

En los estadios IIa y IIb se incrementa la población, aparecen nuevas técnicas, surge la especialización y se mejora la estructura social y la calidad de los elementos, sean de piedra, marfil o cerámica. El entierro todavía es parecido a los de Naqada I.
En los estadios IIc y IId la cultura se expande, sobre todo hacia el Bajo Egipto, donde provoca la desaparición de la cultura Maadi. Los asentamientos de Buto, Sedment, Harageh, Abusir el Maleq y Minshat Abu Omar dejan de tener elementos de esta cultura y, o bien desaparecen o son sustituidos por elementos de Naqada II.
Las teorías modernas sugieren que la cultura Maadi, dentro de su propia evolución, podría haber llegado a un grado similar a la de Naqada, sin precisar una influencia directa, aunque los contactos están acreditados.
En este periodo se establecieron verdaderas ciudades Estado, si bien algunos lugares conservaron su independencia como entidades políticas menores. De las excavaciones, los expertos deducen que Nubt (Naqada) fue sobrepasada en poder por Hieracómpolis. El mito dinástico de la lucha entre los dioses Seth (que fue el dios de Naqada) y Horus (el dios de Hieracómpolis) podría indicar este hecho.
El proceso parece que fue general y las comunidades más ricas y poderosas se impusieron, por voluntad o por conquista, a las pequeñas. Las causas más probables, a veces una mezcla de éstas, podrían ser la actividad militar, las migraciones de población desde el desierto oriental, las nuevas rutas de intercambio comercial con Asia, el compartir recursos, los matrimonios entre familias dirigentes y otros. No se descarta que algunos estados menores de hecho continuaran existiendo pero dependientes de un estado mayor, y que fuesen el origen de los futuros nomos.

La sociedad se desarrolló con expresiones artísticas e ideas más complejas. Aparecen los signos precursores de los jeroglíficos. La tumba 100 en Hieracómpolis, de un jefe, muy rica en comparación con las anteriores, muestra la estratificación social. De este período es el primer templo, también en Hieracómpolis, que demuestra el establecimiento de ideas religiosas.

La expansión de Naqada II llegó también al Sinaí y al sur de Palestina (Ain Besor, Tell Erani, Azor). Las influencias externas vienen de Uruk, Jamdat Nasr, Tell Judeidayh, Biblos y Megiddo. El lapislázuli, procedente de Mesopotamia, aparece muy a menudo en Naqada II. Es en este periodo cuando se establecen las primeras relaciones comerciales con los pueblos de Nubia.
La cerámica cambia de estilo con nuevas decoraciones figurativas y esquemáticas, definitorias de esta época, ornamento que no volverá a practicarse a lo largo de toda la historia del Antiguo Egipto.
El trabajo en piedra se mejora; surgen joyas de oro y plata; figuras femeninas, amuletos, más productos de importación (Canaán, Mesopotamia) y desaparecen los rasgos similares a la cultura de Maadi (en el estadio Iic).

En el Bajo Egipto la principal excavación es Algara, en la región al este de El-Fayum, que corresponde al Naqada IIc y IId y que dio el nombre inicial a Naqada II en las exploraciones. También es importante Tell el Farain (Buto), que conserva rasgos de su identidad anterior a Naqada II que persistirán hasta el Naqada III.

El lugar de Harageh al sudeste de El Lahun, fue excavado antes de la Primera guerra mundial y se encontraron bastantes tumbas del IIc y IId. En Tura, que fue un pequeño establecimiento en la orilla este del río, a 9 kms. al sur de El Cairo, también se encontró un cementerio con indicios de la cultura Naqada II pero la cerámica todavía es del tipo de Maadi. En el Delta, en el lugar de Kafr Hassan Dawood, recientemente excavado, se han encontrado tumbas del IIc y IId, cuarenta de ellas de personajes posiblemente importantes.
En todo el Bajo Egipto se percibe, más o menos claramente, la transformación de la cultura de Maadi por la cultura Nagadiana. Principales lugares de la cultura Naqada II en el Alto Egipto son: Mahansa, Nubt (Naqada), Nejen (Hieracómpolis), Abedyu (Abidos), Abu (Elefantina), Merimde, El Omari, Maadi Per Uadyet (Buto), Tell el-Farain, Sau (Sais), Minshat Abu Omar, Kafr Hassan Dawood, Tell el-Farkha, Gerzeh, Abusir el-Maleq, Harageh, Tura.
Horus, el dios con cabeza de halcón, adorado en diversos lugares que se asimila al Sol a partir de Nagada II, es representado por el faraón, de tal modo que el nombre más antiguo del rey sea precisamente el nombre de Horus, documentado desde el rey Horus Escorpión hasta la conquista romana.
La Tumba 100 de Hieracómpolis perteneció a uno de los primeros reyes del periodo guerzeense o Nagada II (3.500-3.200 a.C.), en 1.898 fue descubierta por F. W. Green y J. E. Quibell.
Fue saqueada por lo que los ajuares funerarios habían desaparecido y solo quedaban trozos de huesos pulverizados, algunos vasos de cerámica y diversos objeto de sílex.

Conocida como la "tumba pintada", el estilo pictórico resulta un tanto extraño en comparación con el arte formalizado del periodo dinástico, pero se pueden reconocer algunos de los motivos que perdurarían en épocas posteriores, como el del vencedor que golpea con la maza a los prisioneros, el del rey como dominador del caos y el desorden, y el del gobernante situado bajo un dosel, es un precedente de las imágenes más tardías del rey durante el jubileo real o fiesta Sed (Heb Sed, Fiesta Sed o Fiesta de renovación real), posiblemente la más importante celebración de los soberanos del antiguo Egipto.
El propósito de esta festividad parece haber sido la renovación de la fuerza física y la energía sobrenatural del faraón. Toda la escena (de 3x6 m.) es una clara alegoría de la contención del desorden y del conflicto por medio de la autoridad del gobernante, un tema clave en la cultura del Antiguo Egipto, y mucho más importante en el Predinástico, con una sociedad recientemente sedentarizada y rodeada por un mundo exterior hostil y turbulento.

En esos momentos, en el curso superior del valle del Nilo se cree que existían al menos cuatro "protorreinos" nacidos a finales de Nagada II. Estos eran, enumerándolos de sur a norte: Qustul (en Nubia), Hieracómpolis, Nagada y Abidos (con capital en Tinis). De la interacción entre los tres últimos nació el protorreino del Sur, que acabaría por controlar todo el territorio del Nilo de forma unificada.

Como siempre, en este Egipto prehistórico son los cementerios los que suministran la mayor parte de la información acerca de lo que sucede. En estas poblaciones, los lugares de enterramiento han proporcionado algunas tumbas que, por sus dimensiones y su contenido, se alejan tanto de las del resto de la población que solamente pueden ser calificadas de principescas. Se trata de los mausoleos de personas alejadas de la sociedad común de estos primeros protorreinos. Son enterramientos como la Tumba 100 de Hieracómpolis, en la cual destaca su decoración pintada con elementos que luego aparecerán en la ideología faraónica; o la tumba T23 de ese mismo cementerio, con sus formas que anuncian ya las del complejo funerario de Dyoser, rey de la dinastía III.
En Nagada destacan las grandes tumbas del cementerio T, con un tamaño de hasta 5x2,5 m. y en especial de la T5.

En Abidos hay que mencionar los enterramientos del cementerio U, con tumbas de hasta 5x2,5 m. de lado y 2 m. de profundidad; mención especial merece la ultima tumba excavada alli, la U-j, y su rico ajuar. Tumba de un monarca predinástico (Escorpión I).
Continuará...


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