8/7/11

La Forma de La Tierra

Desde hace mucho se sabe que nuestro planeta no tiene forma de huevo, ni es plano o cuadrado, como lo imaginaban otras civilizaciones de la Antigüedad.
También se conoce que no es una esfera perfecta: tiene la forma de una calabaza, más ancha en el medio -en el ecuador- y más estrecha en los polos.

Sin embargo, una investigación publicada en la revista Science sugiere que nuestra calabaza azul cambia de forma, aunque sea apenas en pocos milímetros. Los autores del informe, Christopher Cox y Benjamin Chao, se basaron en observaciones espaciales realizadas en los últimos 25 años.

Estudios satelitales desde principios de la década de 1980 demostraron que la Tierra había perdido parcialmente su forma de calabaza y había devenido más esférica. Se estimaba que esto se debía a un efecto de rebote en el manto (una gruesa capa de roca casi derretida entre la corteza y el núcleo de la Tierra), tras la pérdida de una pesada masa de hielo de los polos, después de la última Edad de Hielo. De acuerdo a Cox y Chao, sin embargo, su trabajo sugiere que esta tendencia cambió abruptamente en los últimos años. Ellos dudan que haya algo en la superficie de la Tierra -como cambios climáticos, una mayor descongelación o el crecimiento del nivel del mar- que pueda explicar este repentino cambio.
Los investigadores consideran que se podría tratar de una masa cambiante en la zona limítrofe entre el núcleo exterior líquido de la Tierra y su manto.
Cox destaca que el crecimiento de la circunferencia terrestre es mínimo. "Depende de dónde sea el efecto, ya que se mide en términos de un cambio del campo gravitacional", dijo. "Si es en el océano, puede ser de pocos milímetros, pero si es en el núcleo podría no haber un cambio aparente en la forma real de la Tierra".


El centro de geociencias alemán en Postdam ha generado una nueva imagen de la Tierra incluyendo las variaciones de la gravedad en el tiempo, la imagen que más se acerca a una representación “real” de nuestro planeta. Esta “patata cósmica” muestra las fluctuaciones temporales del agua en los continentes, las capas de hielo y otras variables climáticas dentro del modelado del campo gravitacional.
El modelo incluye mediciones realizados por los satélites LAGEOS, GRACE y GOCE, combinadas con mediciones terrestres de la gravedad y de la altura e incrementando por 4 veces la resolución respecto a la pasada imagen de Postdam. Las nuevas mediciones gravitacionales toman en cuenta, además, regiones antes inaccesibles como el centro de África y los Himalayas. Asimismo se ha realizado una medición más precisa de la topografía oceánica.
Esta nueva “patata cósmica” ya no es un cuerpo sólido, sino una superficie que se modifica con el tiempo para registrar los procesos del cambio climático a largo plazo. Nos revela que la Tierra es un organismo fluctuante y dinámico en un permanente estire y afloje en relación a los cuerpos celestes, sin forma fija, como una especie de piedra mental.
 + Info en 
http://oceanografia.cicese.mx/ripa/libro/htm/sec_13.htm

No hay comentarios:

Publicar un comentario