14/5/14

Historia de Cataluña V

Las mentiras históricas del nacionalismo catalán al servicio del independentismo.

Hernán Cortés era catalán y se llamaba Ferran CortèsColón también era catalán, según otro artículo en el que se desvelaba la catalanidad de Cristòfor Colomb, así como la obra realizada por Cataluña en la conquista de América.

Las sesiones de la Primera Universitat Nova Història, celebradas a principios del pasado mes de agosto, sirvieron para agrupar por áreas temáticas la enorme ristra de tonterías pseudohistóricas, y de sandeces en busca de una épica catalana en forma de teorías supuestamente científicas que pretenden revolucionar los estudios historiográficos que en el fondo, sólo persiguen engordar artificialmente la historia de una imaginaria Cataluña usurpándosela a toda España.

La recua de presuntos investigadores sufragados —igual que las jornadas y que la entidad que las promovió, el Institut Nova Història— con dinero público, ha engendrado tal cúmulo de despropósitos que iremos desgranando algunos de las más conspicuos, puesto que estrafalarios lo son todos.

Algunas de las imbecilidades más vistosas ya se han comentado en los últimos días: la catalanidad de Miguel de Cervantes (en realidad, Miquel Servent, hijo, a su vez, de Miguel Servet), la redacción original de El Quijote en catalán y el descubrimiento y conquista de América por los catalanes.

En el apartado 'americano' descuella el trabajo de Enric Guillot –el historiador que afirma que la conquista de América se usurpó a Cataluña en beneficio de Castilla– sobre la catalanidad del conquistador extremeño Hernán Cortés (Medellín, Badajoz, 1485).
La base documental y científica de que parte Guillot para negar el origen extremeño de Cortés y hacerle catalán con el nombre de Ferran Cortès, son algunas imágenes, pinturas del ilustre personaje en las que se ven banderas y enseñas que el autor vincula directamente con la señera catalana, aunque propiamente es la de la Corona de Aragón.
Al aparecer en uno de los cuadros de Cortés (ver ilustración más arriba) un escudo de armas al fondo -tuvo tres escudos en su vida- con las cuatro barras rojas y gualdas, Guillot no tiene duda alguna de la catalanidad del personaje. En realidad, la explicación es sencilla. En la segunda modificación de su escudo, Cortés habría añadido símbolos de su familia, con las armas de la rama de su padre, un ilustre linaje extremeño, los Monroy-Rodríguez de las Varillas, que incorpora las cuatro barras de Aragón.
La posible existencia de algún antepasado aragonés o catalán de Hernán Cortés no puede desmentir nunca su origen extremeño. Eso, evidentemente, lo sabe también Guillot.

Pero el meollo del asunto, se desvela en las notas con que se remata el artículo, donde se aclara por completo la finalidad perseguida: “La iconografía con el actual formato de la bandera española ya se utilizaba en los siglos anteriores (XII-XVIII), antes de su oficialización por Carlos III para la Marina, para representar las posesiones catalanas y de la Corona aragonesa. Nosotros mantenemos que el uso de los colores rojo y gualda de la bandera española fue el último intento de apropiación iconográfica de los colores de la Corona catalano-aragonesa..... Así pues, este hecho supondría el último, para la consumación definitiva de la apropiación de nuestra historia por parte de los castellanos”.
En otras palabras: lo que pretende Guillot y el Institut Nova Història no sería más que restablecer el orden “justo” de las cosas, puesto que quien lo alteró fraudulentamente habría sido la Corona de Castilla, es decir, la pérfida España por ella representada. © DiálogoLibre.com


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