Tenten-Vilu
y Caicai-Vilu (en mapudungun, Trengtreng Filu y Kaykay Filu), son
seres de la mitología mapuche “gente de la tierra” (mapu
“tierra”; che “gente”).
La
apariencia de Caicai es de un ser mitad culebra y mitad pez; y la
apariencia de Tenten, es de una culebra gigante.
Son
seres poderosos con forma de míticas serpientes (“filu” en
mapudungun). Caicai-Vilu es la "serpiente marina" que tiene
el poder para dominar el mar y todo lo relacionado con él y
Tenten-Vilu es la "serpiente terrestre" que tiene poder
para dominar la tierra, y sus volcanes.
La
tradición mapuche dice que en la antigüedad el territorio insular
de Chiloé habría sido una única franja de tierra plana unida
completamente al territorio continental de Chile. Un día apareció
una serpiente monstruosa, Caicai Vilu, e inundó las tierras bajas,
valles y montañas, sumergiendo toda la flora y la fauna. Sin demora,
Tenten Vilu comenzó un enfrentamiento con su enemigo, elevando la
tierra y protegiendo a sus habitantes del desastre. La batalla
persistió un largo tiempo. Tenten Vilu alcanzó una victoria
costosa, ganó la batalla, pero fue incapaz de restaurar la tierra a
su estado primitivo, dejándola en la forma desmembrada que todavía
tiene hoy día.
La
batalla que protagonizan Trengtreng filu y Kaykay filu, se halla
inscrita en un contexto más amplio, determinado por una guerra en la
que se enfrentaron todos los pillán.
El
pillán más poderoso de todos, Antü (el Sol), decidió casarse con
Küyen (la Luna), desencadenando con ello la envidia de muchas
wangülen (estrellas). Algunos pillán, quienes anhelaban desde hacía
tiempo el poder de Antü, no dudaron en aprovecharse de la situación
para confabularse en su contra; entre ellos se encontraba Peripillán,
quien se puso al frente de este bando.
Así
dio comienzo una guerra en la que todos los pillán se enfrentaron
entre sí, optando por uno u otro bando.
El
pillán puede ser definido como un tipo particular de espíritu.
Existen dos tipos de pillán: los “pillán de antepasados” que
son de procedencia humana, y los llamados “pillán antiguos”,
quienes existen con anterioridad a la humanidad y a los que se hace
referencia en el relato.
Las
madres de Antü y Peripillán, al ver a sus hijos destrozados contra
la mapu (tierra) y sepultados por los montes, lloraron tanto tan
desconsoladamente, que Puam (el alma universal) se apiadó de ellas y
decidió restaurar la vida en los cuerpos inertes de Antü y
Peripillán, imponiéndoles como castigo por sus actos una nueva
forma corporea con la que deberían convivir. De esta manera, el
descendiente de Peripillán fue transformado en la serpiente CaiCai y
el hijo de Antü en la serpiente Tenten, las cuales prosiguieron su
lucha sobre la mapu.
La
guerra duró tanto tiempo, que los hijos de Antü y Peripillán, dos
poderosos gigantes, alcanzaron la adultez y se unieron a la lucha.
Estos creyeron que había llegado la hora de desbancar en el poder a
sus padres para liderar ellos mismos la guerra, ante tal acto de
insolencia, Antü y Peripillán decidieron castigar severamente a sus
hijos arrojándolos violentamente contra la mapu.
Ambas
serpientes serían adversarias, así como fueron adversarios Antü y
Peripillán.
Caicai
fue enviada a vivir en el mar para ayudar a cuidarlo junto a los
Ngen-ko, y Tenten a vivir en la tierra para ayudar a cuidarla junto a
los demás Ngen, y para ayudar a los seres humanos.
Estas
dos culebras son como un instrumento a través del cual también se
cumple la voluntad de los antiguos espíritus mapuche.
Se
dice que cuando Caicai despertó de su gran sueño de varios años, a
causa del desagradecimiento que tuvieron los hombres por todo lo dado
por el mar, Caicai se enfureció y usó su cola en forma de pescado
para golpear el agua. Con ello inició un gran cataclismo que empezó
a inundar y crear un diluvio en todo el territorio; ya que tenía el
deseo de castigar al ser humano y de incorporar toda la vida
terrestre a sus dominios. Caicai ordenó a las aguas que inundaran
los valles y cerros, y que llevasen a todos los habitantes al fondo
del mar.
Al
ver Tenten, que los habitantes y animales estaban desesperados y que
los hombres la invocaron, y por órdenes de su padre, ella era quien
debía proveerles de sabiduría y protección; decidió ayudar a los
seres humanos. Así ayudó a escapar a los habitantes y a los
animales subiéndolos en su lomo y llevándolos a los cerros; y a los
que quedaban atrapados por las aguas, los transformó en aves para
que escaparan volando; a los que se ahogaban en peces y mamíferos
marinos (siendo uno de ellos el origen del cahuelche), y a los
ahogados en Sumpall.
Los
seres humanos que quedaron inmóviles por el terror que sentían, se
habrían transformado en mankial. Pero como el mar seguía subiendo
de nivel, Tenten tuvo que ordenarles a los cerros que aumentaran de
altura para contrarrestar el poder de Caicai.
Cai-cai
empezó a luchar contra Tenten en una titánica batalla que duró
mucho tiempo, hasta que ambas serpientes se cansaron, con lo cual
Tenten venció parcialmente al no haberse inundado toda la tierra,
sin embargo, las aguas no volvieron totalmente a su nivel antiguo;
con lo que Chile obtuvo su actual geografía.
En
los alrededores de cada comunidad mapuche hay un cerro considerado
Tengteng, es decir, el lugar en que vivía la serpiente de la tierra
y en el que se refugió la vida terrestre durante el cataclismo.
Según
la tradición chilota, Caicai se conformó con la porción de tierra
obtenida que logró inundar, y delegó sus funciones marinas al gran
Millalobo.
Según
la tradición mapuche, después del cataclismo, todos siguieron su
vida tranquila; hasta que un día Tenten se encolerizó por la
actitud que tenían los hombres, e hizo que todos los volcanes
entraran en erupción y la población tuvo que mudarse a otros
lugares más seguros. Desde ese momento, Tenten continúa
manifestándose mediante temblores, terremotos y erupciones
volcánicas, mientras que Caicai causa los maremotos e inundaciones
cuando se revuelve en medio de su sueño.
En
las últimas décadas del siglo XX Tenten-Vilu y Caicai-Vilu fueron
también introducidos en la mitología chilota.
En
Argentina existen otras versiones posteriores del mito, las cuales
cambian a los padres originales de ambas serpientes míticas,
indicando que serían hermanos o hijos de los dioses Nguenechen
(Ngenechén) y Kushe (Kuyén Kushe).
Fuentes:
Wikipedia
Historia
del pueblo mapuche. J. Bengoa Cabello
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