Los
aborígenes australianos llamaban a las figuras antropomorfas que
aparecen en estos extraños dibujos con el nombre de Wandjinas, y
aseguraban que no habían sido realizadas por sus antepasados, sino
por unos seres que descendieron a la Tierra en tiempos remotos.
En
la mitología de los aborígenes Australianos, la Serpiente Arco Iris
es la deidad creadora de todo lo existente en el universo, dando vida
a un espacio vacío, en algunas culturas del territorio australiano
es considerada como el creador último.
La
Serpiente Arco Iris habita en profundos pozos de agua, recurso vital
sobre el cual tiene absoluto control.
Su
nombre arco iris, es la identificación obvia de la forma del arco
iris y la forma de una serpiente.
La
Serpiente Arco Iris es conocida por diferentes nombres en las
culturas aborígenes, se la conoce como Borlung por el pueblo Miali,
Dhakkan por el Kuli, Kajura por el Ingarda, Goorialla por el Lardil,
Kunmanggur por el Murinbata, Ngalyod por el Gunwinggu, Numereji por
el Kakadu, Taipan por el Wikmunkan, Tulloun por el Mitakoodi, Wagyl
por el Noongar, Wanamangura por el Talainji, y Witij por el Yolngu.
Otros nombres incluyen Bolung, Galeru, Julunggul, Kenmare, Langal,
Myndie, Muit, Ungud, Wollunqua, Wonambi, Wonungar, Worombi, Yero,
Yingarna, y Yurlunggur
Según
sus leyendas, la Serpiente Arco Iris engendró a los Wandjinas para
continuar con el proceso de la Creación.
Los
Wandjinas fueron los creadores del mar, de la tierra y de sus
habitantes. Sus espíritus vivían en pequeños estanques, y se
considera que su poder está relacionado con el agua, de ahí que
posteriormente se les consideró espíritus del agua, la lluvia y las
nubes. Ellos dieron forma al mundo físico, establecieron sus normas
y otorgaron la vida a los seres humanos.
El
símbolo de los Wandjinas es la Serpiente Emplumada, como lo es en el
caso de Quetzalcoatl, Kukulcán y otros dioses de la antigüedad.
Cuenta
una leyenda que durante el Tiempo de Ensueño se libró una cruenta
batalla en el monte Uluru, el punto más sagrado de la Australia
aborigen, entre los Hombres Serpiente Venenosos y los Hombres
Serpiente No Venenosos.
Los
aborígenes australianos cuentan que Bulari, la Diosa Madre de la
Tierra logró vencer a los Hombres Serpiente Venenosos con una nube
de gases letales. Los supervivientes enemigos fueron encerrados hasta
el día de hoy bajo el Uluru, actualmente llamado Ayers Rock, una
enorme colina de granito que cambia de color durante el día y
asombra a cuantos la visitan, por constituir una de las maravillas
del mundo mineral.
Se
dice que otras batallas se libraron entre el Dios del Sol -que llegó
del cielo en una nave- y el Dios de la Tierra en Moon City, la Ciudad
Secreta, otro punto sagrado del territorio australiano. Para los
aborígenes estos lugares son los restos de ciudades construidas por
los Arientas y Luritchas, seres que eran mitad hombre y mitad animal.
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