La muralla y las puertas de Jerusalén cuentan la historia de esta ciudad al tiempo que contribuyen a construir su presente formando parte del día a día de sus habitantes. Ocho puertas abren paso a la vieja ciudad amurallada.
Puerta Dorada.
También conocida como Puerta de la Misericordia o de la Vida Eterna, se trata sin duda de la más interesante de las ocho puertas de Jerusalén. Es la única que permanece cerrada desde que en 1.541, Solimán el Magnífico la mandó sellar para impedir el acceso al Mesías, que según la tradición debe entrar por ella el Día del Juicio Final. Para dificultar todavía más las cosas, en su exterior se encuentra un cementerio musulmán.
Puerta de Jaffa.
También llamada Puerta de la Torre de David por su cercanía a esta ciudadela hoy convertida en museo, la Puerta de Jaffa es una de las más transitadas al servir de acceso directo a los barrios cristiano y judío. Situada en la parte occidental de la ciudad, de ella partía la carretera que comunicaba Jerusalén con el puerto de Jaffa, en el Mediterráneo, por lo que era la puerta de entrada de los peregrinos judíos y cristianos que llegaban de Europa.
Puerta de los Leones.
Recibe este nombre de los dos bajorelieves de leones que la flanquean, aunque también es conocida como Puerta de San Esteban porque, según se dice, el santo fue martirizado no muy lejos de ella. Mientras la Puerta Dorada permanece cerrada, se trata del único acceso a la ciudad por su parte Este.
Puerta de Damasco.
La Puerta de Damasco se encuentra en la pared norte de la muralla, apuntando hacia la capital de Siria. Es la más imponente de las ocho puertas de Jerusalén. Además de su belleza, impresiona el bullicio que la envuelve, al servir de acceso directo al animado zoco del barrio musulmán.
Puerta de Herodes.
El verdadero nombre de esta puerta en árabe y hebreo es “Puerta de las Flores” debido a los motivos con forma de rosetas que la adornan. Se encuentra en la misma muralla que la Puerta de Damasco y da acceso al barrio musulmán.
Puerta de Sión.
Situada en la muralla Sur, es la última de las cuatro puertas principales de la ciudad vieja de Jerusalén. Llamada así por el Monte Sión que se encuentra justo enfrente, es conocida por los árabes como Puerta de David al creerse que la tumba del profeta está cerca. Por ella se accede a los barrios armenio y judío.
Puerta de Dung.
Del Estiercol, de la Basura, o de los Desperdicios. Su desafortunado nombre se debe a que en sus orígenes era la puerta que servía para sacar la basura de la ciudad. Aunque no destaque por su tamaño ni por su belleza, se ve muy transitada al ser la forma más rápida de llegar al Muro de las Lamentaciones y a la Explanada de las Mezquitas.
Puerta Nueva.
Mientras todas las puertas anteriormente nombradas datan del siglo XVI, la Puerta Nueva fué construida en 1887 para facilitar el acceso a los peregrinos que acudían al barrio cristiano. Con el inicio de la guerra árabe-israelí de 1948 la puerta fue sellada y no se abrió de nuevo hasta 1967, cuando Israel ocupó Jerusalén Este.
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