La
civilización china comenzó hace más de 4.000 años con la dinastía
Xia (2.205 a 1.766 a.C.), reconocida como la más antigua de la
historia china, forma parte de las Tres Dinastías Antiguas o
dinastías hereditarias junto con la dinastía Shang y Chou (Zhou).
Se sabe poco de esta dinastía, y fue sustituida por la Shang, que
duró aproximadamente de 1.750 a 1.122 a.C.
Comienza
así la sucesión hereditaria y por tanto, las dinastías con el Gran
Yü (Si Wen Ming). La sucesión se daba de padre a hijo y reinaron un
total de 17 reyes de “mandato celeste” durante un total de 417
años. Se sabe que Bu Jiang abandonó el trono y se lo dejó a su
hermano, y dicen que Kong Jia sirvió a demonios y duendes, fue
inmoral y había adorado a Shang-ti, el dios supremo de los Shang. Se
deduce que por lo menos durante un tiempo, ambas dinastías fueron
contemporáneas y que la Xia se unió a la Shang.
El
núcleo de la cultura se dio en el río Amarillo (Huang He) y su
capital estaba ubicada en la desembocadura, hoy conocida como Henan.
Se sabe por estudios arqueológicos que hacían alfarería decorada
con líneas y que se encontraban en la Edad de Bronce, a pesar de la
temprana edad, sabían fundirlo y usar moldes, perfeccionando la
técnica en la dinastía Shang.
La cultura era agraria, tenían una ganadería desarrollada y se trataba de una sociedad con clases definidas.
La cultura era agraria, tenían una ganadería desarrollada y se trataba de una sociedad con clases definidas.
El
río Huang He (río Amarillo) tiene más de 2.900 millas, se extiende
desde Mongolia al Océano Pacífico. El río Yangtze o Chang Jiang
(río Azul o río Largo) es el tercero más largo del mundo, tiene
más de 3.400 millas, fluye a través de China central y desemboca en
el Mar Amarillo. En la Antigüedad, los valles de estos ríos fueron
una de las zonas de mayor producción de alimentos. Pero no todo el
territorio de China es fértil, solo un 10 por ciento del territorio
total se presta para la agricultura, buena parte del resto consta de
montañas y desiertos. Las montañas y desiertos han cumplido una
función importante en la historia china, fueron barreras que
separaron a los chinos de otros pueblos asiáticos. En las regiones
creadas por las montañas y los desiertos se encontraban pueblos de
origen mongol, indoeuropeo y turco. Con frecuencia había conflictos
entre estos grupos y los chinos.
La
dinastía Shang fue una sociedad agrícola. La gobernaba una
aristocracia cuyo mayor interés era la guerra. Una aristocracia cuya
riqueza se basa en la tierra y el poder se pasa de una generación a
otra. Había grandes ciudades en la China de Shang. Esas ciudades
tenían muros enormes, palacios y tumbas reales grandes. El rey Shang
gobernaba desde la ciudad capital de Anyang, su reino se dividía en
territorios a cargo de señores militares. El rey escogía estos
señores y podía retirarlos. El rey controlaba grandes ejércitos,
que muchas veces combatían en las fronteras del reino.
Los
gobernantes Shang pensaban que podían comunicarse con los dioses
para que los ayudaran en sus asuntos. Los sacerdotes escribían las
preguntas en huesos para recibir las contestaciones de los dioses.
Estos huesos se llamaban huesos oraculares. Los sacerdotes golpeaban
los huesos con varas metálicas calentadas, de modo que los huesos se
rompían. A continuación, los sacerdotes interpretaban las grietas
como respuestas de los dioses.
Los
chinos estaban convencidos de que había una vida después de la
muerte. Sacrificaban seres humanos para ganarse el favor de los
dioses y dar compañeros al rey y su familia en su viaje al otro
mundo. De esta creencia en la vida futura procedía su idea de la
veneración de los antepasados (el llamado “culto a los
ancestros”). Los chinos creían que los espíritus de sus
antepasados traían el bien o el mal a los familiares vivos; por eso
era importante tratarlos bien.
El
rey y su familia estaban en la cúspide de la sociedad Shang. Los
ayudaban las familias aristócratas. Los aristócratas emprendían la
guerra y también eran los principales terratenientes. La mayoría
del pueblo se formaba por campesinos que cultivaban la tierra de los
aristócratas. La sociedad Shang incluía también un número pequeño
de mercaderes y artesanos. La dinastía Shang se conoce por su
dominio del arte de fundir el bronce. Han sobrevivido miles de
objetos de bronce de este periodo, se encuentran entre las creaciones
más admiradas del arte chino.
La
familia era la unidad económica y social básica de China. Los
chinos creían en la noción de la piedad filial. El adjetivo filial
se refiere a los hijos y las hijas. La piedad filial es el deber de
los integrantes de la familia de subordinar sus necesidades y deseos
a los del hombre jefe de la familia. Cada integrante tenía su lugar.
Las personas tenían que colaborar para trabajar la tierra. Los hijos
eran importantes porque trabajaban la tierra de jóvenes. Más tarde,
se esperaba que se ocuparan del trabajo manual en las tierras de la
familia y que se encargaran de sus padres cuando envejecieran. Los
hombres eran importantes porque trabajaban en los campos y proveían
alimento a su familia. También eran guerreros, eruditos y
funcionarios gubernamentales. Las mujeres criaban a los hijos y
trabajaban en el hogar.
Quizás
la aportación más importante de la antigua China fue un lenguaje
escrito. En la época de la dinastía Shang, los chinos habían
ideado una escritura simple que es antecesora del complicado lenguaje
escrito que usan los chinos de hoy. Era básicamente de forma
pictográfica e ideográfica. Los pictogramas son imágenes
simbólicas, llamadas caracteres, que forman una imagen del objeto
que representan. Los ideogramas son caracteres que combinan dos o más
pictogramas para representar una idea.
Continuará...
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