Emperatriz
Dowager Cixi o Zishi gobernó de facto y durante 47 años (desde 1861
hasta 1908) la dinastía Qing o Manchú, que fue la última dinastía
imperial china.
Durante
la década de 1.850 se agitaron los cimientos del imperio por la
rebelión Taiping, una revolución popular de origen religioso,
social y económico. Su dirigente, Hong Xiuquan se llegó a
considerar a sí mismo hermano pequeño de Jesucristo, al que por
mandato divino se le había ordenado deshacerse del mandato manchú
de China y establecer una dinastía cristiana.
La
rebelión surgió en la provincia de Guangxi en 1.851; hacia 1.853
los Taiping se habían desplazado hacia el norte y establecido su
capital en Nanjing. Aunque no fueron capaces de ocupar Pekín, hacia
1.860 estaban firmemente atrincherados en el valle del Yangzi Jiang y
amenazaban Shanghai.
La
dinastía manchú, enfrentada a la realidad de tener que mantener
relaciones con los más poderosos Estados occidentales y destrozada
por una rebelión interna de proporciones sin precedentes, pretendió
reformar su política para garantizar la supervivencia del imperio.
Desde 1.860 a 1.895 se hicieron intentos para restaurar el gobierno
siguiendo principios confucianos con el fin de solucionar los
problemas internos, sociales y económicos, y permitir la
introducción de tecnología occidental que reforzara el poder del
Estado.
Los
manchúes eran incapaces de proporcionar las directrices para tales
programas, por lo que los reformistas se dirigieron hacia los
oficiales chinos de las provincias. Gracias al poder imperial que les
había concedido una mayor autoridad financiera, administrativa y
militar, algunos de estos oficiales chinos habían tenido importantes
éxitos al llevar a cabo sus programas.
Durante
las décadas de 1.860 y 1.870, en gran medida a través de los
esfuerzos de los gobernadores Tseng Kuo-Fan y Li Hongzhang, se sofocó
la rebelión Taiping, se restauró la paz interna, se establecieron
arsenales y astilleros, y se abrieron varias minas.
Sin
embargo, los objetivos de mantener un gobierno confuciano y
desarrollar un poder militar moderno eran básicamente incompatibles.
La dirección de este programa de modernizaciones fue desempeñada
por los burócratas neoconfucianos graduados, siguiendo el sistema de
exámenes para funcionarios públicos, pero estos hombres estaban
pobremente equipados o estaban encargados de llevar a cabo programas
parciales de modernización cuyo objetivo era aumentar el poder
estatal; en consecuencia, los esfuerzos de China por fortalecerse
desde 1.860 a 1.895 fueron inútiles.
En
principio, los Estados occidentales tendían a consolidar sus
beneficios bajo la firma de tratados desiguales más que a buscar
privilegios adicionales. Sin embargo, en 1.875 Occidente y Japón
comenzaron a desmantelar el sistema chino de estados tributarios,
mantenidos en el sureste de Asia. Desde 1.875 las islas Ryūkyū
cayeron bajo el control japonés. La Guerra Chino-francesa de 1.884 y
1.885 puso Tonkín bajo el imperio colonial francés y al año
siguiente Gran Bretaña ocupó Birmania.
En
1.860 Rusia obtuvo las provincias marítimas del norte de Dongbei
Pingyuan (Manchuria) y los territorios al norte del río Amur.
Continuará...
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