En 1.937 Japón y China comenzaron una guerra a gran escala como resultado de una escaramuza en el puente de Marco Polo, cerca de Pekín.
Hacia
1.938 Japón controlaba la mayor parte del noreste de China, interior
del valle del Yang-tsê hasta Hankou, y la zona alrededor de Cantón
en la costa sureste.
El
Guomindang cambió su capital y desplazó la mayor parte de su fuerza
militar al interior a Chongqing en la provincia suroccidental de
Sichuan.
Durante
la II Guerra Mundial (1939-1945), el gobierno del Guomindang en
Chonqing sufrió un importante debilitamiento militar y financiero
mientras los comunistas, con su cuartel general en Yan’an,
expandían de manera significativa sus bases territoriales y sus
fuerzas militares gracias al aumento de la militancia en el partido.
Después de haber sufrido importantes pérdidas humanas y materiales
durante la batalla por la China oriental en 1.937 y 1.938, los mandos
del ejército del Guomindang se reabastecieron con reclutas mal
entrenados; además, el reequipamiento de estos ejércitos hubo de
posponerse hasta 1.945, año en que llegaron al gobierno nacionalista
los primeros envíos a gran escala de material militar
estadounidense.
No
sólo estaban muy debilitadas las fuerzas militares del gobierno del
Guomindang después de 1.938 sino que también la jefatura estaba
desgarrada por las múltiples disidencias en su seno. Estos problemas
se complicaron con unas condiciones de inflación creciente que
comenzó en 1.939, cuando el gobierno se desligó de su mayor fuente
de ingresos en la China oriental ocupada por los japoneses.
A
pesar de la importante ayuda financiera estadounidense, la tendencia
inflacionista empeoró con el posterior crecimiento de la corrupción
oficial, pérdida de la moral entre las tropas y entre la población
civil.
Por
otro lado, los comunistas se habían dispersado desde Yan’an,
ocupando una gran parte del norte de China y se habían infiltrado en
muchas de las regiones rurales por la retaguardia de las líneas
japonesas. Allí organizaron hábilmente a los campesinos para que
ingresaran en las filas del Partido Comunista y del Ejército Rojo.
La unidad y la disciplina organizativa se mantuvieron a través de
una fuerte campaña de propaganda ideológica.
Las
fuerzas soviéticas, que ocuparon Dongbei Pingyuan (Manchuria) tras
la declaración de guerra a Japón el 8 de Agosto de 1.945,
entregaron a los comunistas gran cantidad de armas capturadas a los
japoneses. Como resultado de ello, los comunistas salieron de la II
Guerra Mundial con una fuerza más fuerte, disciplinada y equipada
que antes.
Si
siempre recordamos el sacrificio en vidas de la URSS contra los
nazis, el de China no es menos, ya que murieron entre 15 y 20
millones de personas (entonces el país tenía unos 517 millones de
habitantes).
Los
chinos movilizaron alrededor de cinco millones de soldados que
obligaron a los japoneses a desplegar un gran número de tropas, en
1.941 en el momento de la gran ofensiva nipona por Asia, tuvieron que
mantener desplegadas en China 27 de sus 51 divisiones, entre ellas el
poderoso Ejército de Kwantung, en el Manchukuo.
Además,
China tuvo que hacer frente a terribles crímenes de guerra cometidos
por los japoneses como la masacre de Nankín, el uso de armas
químicas y bacteriológicas o los terribles experimentos de la
Unidad 731.
Antony
Beevor lo definió en su libro La Segunda Guerra Mundial: “los
chinos no podían imaginar el grado de crueldad con el que los
japoneses iban a ser capaces de actuar”.
Por
si fuera poco, en el momento de la invasión japonesa de 1.937 con el
incidente del puente de Marco Polo, China llevaba una década inmersa
en una guerra civil entre los comunistas de Mao Zedong y los
nacionalistas del Kuomintang del generalísimo Chiang Kai-Shek. Los
primeros se especializaron en acciones guerrilleras, mientras que los
segundos, llevaron el peso de los combates convencionales.
Japón
se sentía agraviado por el hecho de que las potencias europeas
ocuparan territorios dentro de lo que consideraban su esfera de
influencia, por lo que en 1.937 se tomó la decisión de invadir
China, conflicto que duraría 8 años.
El
príncipe Konoye fue nombrado primer ministro en 1.940 e integró en
su gabinete a Hideki Tōjōy Yōsuke Matsuoka, defensores acérrimos
de la expansión de Japón por la fuerza. Para finales de ese mismo
año, Japón firmó el Pacto Tripartito con Alemania e Italia, lo que
alineaba a Japón con las «Potencias del Eje».
Los
bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki fueron ataques
nucleares ordenados por Harry S. Truman, presidente de EEUU, se
efectuaron el 6 y el 9 de Agosto de 1.945, lo que forzó la rendición
de Japón y el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Continuará...
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