El sacrificio humano fue popular entre muchas culturas sudamericanas. Creyeron que los dioses se sacrificaban para que la humanidad pudiera vivir.
Pero no todas las culturas sacrificaron humanos, el sacrificio de animales fue común. Por ejemplo, el culto de Quetzalcoatl requirió el sacrificio de mariposas y colibríes. El auto-sacrificio fue también común; las personas ofrecerían espinas de maguey, manchadas con su propia sangre, y los reyes mayas ofrecerían su propia sangre. Sin embargo, los sacrificios humanos fueron el tipo más extremo de ofrenda a los Dioses. Fueron los aztecas quienes lo practicaron a una escala mayor y más frecuentemente.
El propósito del sacrificio humano para los aztecas fue el de complacer a los Dioses, era una parte mayor en el ritual de su religión para las dieciocho fiestas que tuvieron durante el año. Los sacrificios se hacían en cada una de estas fiestas y ocurría una vez por mes.
Estas fiestas eran dedicadas a los cuatro Dioses relacionados a su religión.
-Huitzilopochtli, el Dios central fue considerado como el Dios más sabio y representó al genio de los aztecas, asociado con la guerra y el sol.
-Tezcatlipoca, se consideró generalmente como el Dios más poderoso, fue el Dios de la noche, de la brujería y del destino. Los aztecas creyeron que él creaba la guerra con el propósito de proporcionar alimento y bebida para los Dioses. Para los aztecas, representó el poder místico y completo.
-Huehueteotl fue la deidad mayor y también el Dios del fuego. Los aztecas creyeron que si ellos no acallaban a Huehueteotl, un fuego destruiría su aldea.
-Tlaloc fue el Dios de la lluvia. Los aztecas creían que si los sacrificios no se hacían a Tlaloc, la lluvia no vendría y sus cosechas no crecerían.
La ceremonia del sacrificio humano era compleja y era la última parte en el proceso de la ofrenda. El humano escogido era generalmente un guerrero raptado. Dependiendo de lo que el Dios azteca ofrecía, el número de sacrificios variaba y los sacrificios serían diferentes, pero la práctica era generalmente la misma.
La víctima sería colocada en un trozo de piedra en el templo de Tenochtitlán. Entonces el sacerdote cortaría ceremoniosamente por el abdomen con un puñal de obsidiana. El corazón se quitaría y sería ofrecido al cielo, en honor al Dios.
Después, el cuerpo se llevaría o incineraría o sería dado al guerrero responsable de la captura de las víctimas, él cortaría el cuerpo en pedazos muy pequeños y los mandaría a las personas importantes como una ofrenda, o utilizaría los pedazos para el canibalismo ritual.
Una parte importante en el sacrificio humano era el papel del Sol. Los aztecas sabían que el sol era muy necesario y le dieron un papel mayor en la práctica del sacrificio humano. Durante el sacrificio, tan pronto como el corazón era sacado de la víctima, éste sería levantado al sol, en honor a la mayoría de los dioses respetados.
Las creencias religiosas estuvieron basadas en el gran temor de que el universo dejaría de funcionar después de un ciclo de cincuenta y dos años si los Dioses no eran suficientemente fuertes.
Cada cincuenta y dos años, una nueva ceremonia especial de fuego era realizada. Todos los fuegos eran extinguidos, y en mitad de la noche, un sacrificio era hecho. Ellos entonces esperaban el alba. Si el sol aparecía, significaba que los sacrificios para este ciclo habían sido suficientes para complacer a los Dioses.
También, algunos relatos dicen que las aztecas tuvieron que realizar un sacrificio diario solo para que el sol apareciera al día siguiente. Con esto, los aztecas a menudo creyeron que ellos eran "las personas del sol". Es evidente que el sol era muy importante en la cultura azteca. Representó el poder y la fuerza de los Dioses. Creyeron que el orden en la tierra podía continuar si ellos honoraban a sus Dioses.
En la América precolombina se desarrollaron cientos de culturas y decenas de civilizaciones originales a lo largo de todo el continente. Las consideradas altas culturas precolombinas surgieron en Mesoamérica y los Andes. De norte a sur podemos nombrar las culturas Anasazi, Misisipiana, Mexica, Tolteca, Teotihuacana, Zapoteca, Olmeca, Maya, Muisca, Cañaris, Moche, Nazca, Chimú, Inca y Tiahuanaco entre otras.
En la América precolombina se desarrollaron cientos de culturas y decenas de civilizaciones originales a lo largo de todo el continente. Las consideradas altas culturas precolombinas surgieron en Mesoamérica y los Andes. De norte a sur podemos nombrar las culturas Anasazi, Misisipiana, Mexica, Tolteca, Teotihuacana, Zapoteca, Olmeca, Maya, Muisca, Cañaris, Moche, Nazca, Chimú, Inca y Tiahuanaco entre otras.
La región andina cuenta hoy en día con un riquísimo legado material patentado en las culturas de ámbito regional, como Moche o Nazca, y algunas de mayor alcance como Tiahuanaco o Huari. Todas ellas elaboraron complejos sistemas de organización política y social y son notables por sus tradiciones artísticas y sus religiones.
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