25/8/20

Ofiolatría Mexica (II)


Después de las devastaciones de los Cuatro Soles, Quetzalcóatl y Tezcatlipoca son reconocidos por la recreación de la tierra y el cielo como aliados.

De acuerdo con el mito azteca de la creación, Quetzalcóatl y Tezcatlipoca crean el cielo y la tierra al desmembrar al monstruo Tlaltecuhtli, el señor de la Tierra. Se dice que Tlaltecuhtli se combinó con otro monstruo, el gran cocodrilo que con su espalda de cocodrilo dio forma a las montañas del mundo.

Una de las versiones de este mito nos dice que Quetzalcóatl y Tezcatlipoca descendieron del cielo para observar a Tlaltecuhtli. Al hacerlo, vieron cómo el deseo de Tlaltecuhtli por la carne fresca era tan grande que Tlaltecuhtli no solo tenía una mandíbula llena de dientes afilados, sino que también tenía dentaduras rechonchas en los hombros y las rodillas.
Después de ver esto, los dioses estuvieron de acuerdo en que la creación no podría completarse mientras el monstruo estaba vivo. Decidieron destruir a Tlaltecuhtli.

Para crear la Tierra, Quetzalcóatl y Tezcatlipoca se convirtieron en serpientes gigantes. Uno de ellos tomó la mano izquierda y el pie derecho de Tlaltecuhtli, mientras que el otro tiró a Tlaltecuhtli por la mano derecha y el pie izquierdo, y entre los dos descuartizaron al monstruo. La parte superior del monstruo creó la tierra, mientras que la parte inferior fue el cielo.

Sin embargo, la destrucción de Tlaltecuhtli enfadaba a los otros dioses, por lo que decidieron que para consolar a la tierra crecerían todas las plantas que el hombre necesitaría para vivir. De su cabello crecían árboles, flores y hierbas, y de su piel pasto y pequeñas flores; sus ojos serían la fuente de las corrientes, lagunas y pequeñas cuevas; su boca los grandes ríos y cavernas mientras que su nariz sería la cresta de las montañas y valles.
La leyenda dice que se podía escuchar el llanto del monstruo por la noche, sediento de sangre y de los corazones de las personas. Se dice que sus necesidades se calmaron con sacrificios y ofrendas de carne y sangre, y lo hicieron benévolo con la gente, dando los frutos necesarios para que la vida humana continúe.

Continuará...

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