12/8/20

Olmecas (II)


El Periodo Formativo comienza en Mesoamérica con el desarrollo de la Cultura Olmeca, a la que se atribuyen ofrendas masivas de arena de diferentes colores, así como las cabezas monumentales de piedra en San Lorenzo Tenochtitlán y Tres Zapotes, ambos sitios al Sur del Estado de Veracruz.
Siglos más tarde los Olmecas tienen un segundo apogeo, centrado en el sitio de La Venta, Tabasco, que resulta simultáneo a los más antiguos estratos de Izapa en Chiapas, y desde donde su influencia cultural irradia hacia el Altiplano central mexicano y hasta los actuales Estados de Morelos y Guerrero.


La estela nº 5 de Izapa es una de las muchas estelas con relieves, que datan aproximadamente del período comprendido entre el año 300 y el 50 a.C.
Este monumento presenta interesantes imágenes iconográficas que confirman algunos de los relatos migratorios transmitidos de generación en generación por los antiguos mesoamericanos. En ella podemos ver un grupo de hombres surcando las olas a bordo de una embarcación.
La investigación realizada por New World Archaeological Foundation, apunta a que este asentamiento ha estado habitado ininterrumpidamente desde el 1.500 a.C.

La estela nº 5 incluye numerosos elementos glíficos comunes a otras piezas preclásicas, entre ellos el jaguar, cascadas de agua, montañas, aves, serpientes y peces además de otros motivos y dragos (Dracaena draco) una especie vegetal típica de las Islas Canarias. En la isla de la Palma, en Garafía, se encuentra la mayor concentración de dragos del archipiélago.
Para los guanches este árbol tenía propiedades mágicas. Su savia, que se transforma en roja en contacto con el aire, se comercializaba debido a sus propiedades medicinales y a su uso en tintes y barnices.

Esta estela aporta además gran cantidad de elementos relacionados con las tradiciones maya y mexicana. Algunos factores e ideas de los que no se ha tratado en profundidad en relación con esta estela son elementos vinculados a la religión Olmeca y las tradiciones migratorias.

La Estela 5 coincide con el Popol Vuh, dice que algunos de los ancestros de los Quiché-Maya llegaron a América por mar.
El Popol Vuh se refiere a los ancestros que llegaron del Este, la región del Golfo de México.
En el Libro del Consejo, se veía: “La Luz que vino del otro lado del mar”, la narración de “Nuestro lugar entre las sombras”, y “El nacimiento de la vida.” (Tedlock, 1992, pág.63).
No sabían a dónde se dirigían. Hicieron esto durante largo tiempo, cuando estaban allá en las praderas: los hombres negros, los hombres blancos, pueblos de muchos rostros, de muchas lenguas, vacilantes, allá en el límite del cielo” (Tedlock, 1992, págs. 149-150).

Las evidencias lingüísticas sugieren que un nuevo grupo humano que hablaba una lengua diferente de la maya llegó a la región del Golfo de México hacia el 1.200 a.C. Morris Swadesh ha presentado pruebas de que, hace por lo menos 3.200 años, un grupo humano que no hablaba lengua maya entre los huastecas y los mayas.

El pueblo Olmeca era llamado Xi, hablaban una lengua de África Occidental, que es la base de numerosas lenguas mexicanas. Se cree que llegaron desde África subsahariana hace más de 3.200 años. Llegaron en barcos, en doce olas migratorias, que se describen en la estela de Izapa nº5. Estos Proto-Olmecas pertenecían a siete clanes que sirvieron de base para las poblaciones Olmecas. Utilizaron una escritura africana en sus monumentos y objetos, lo que demuestra claramente que los africanos fueron una parte predominante de los Olmecas.
Estos construyeron las pirámides y los grandes monumentos esculpidos de toneladas de peso. Los africanos Olmecas estaban conectados a la civilización africana del Valle del Nilo (Dr. Diop, Naciones negras y Cultura, p. 116, Presence Africaine, París, 1955).
Es indiscutible que desde tiempos muy remotos, los mexicanos recuerdan a un dios negro, Ixlilton, de cara negra.

Los descendientes de los Olmecas que vivieron en América en el momento de la llegada de Colón fueron los Wasschitaw Negros del Mississippi, los Mojaves Negros de California y los Jamassee de Georgia.
El Dr. Wiercinski (1.972) apoya esta afirmación con pruebas óseas de varios asentamientos Olmecas donde encontró esqueletos de negros africanos. Esta evidencia esquelética explica el descubrimiento de muchas tribus africanas en México y América Central, donde Colón descubrió América.
(Wiercinski, A.(1972). "Un estudio antropológico sobre el origen de los olmecas'",Swiatowit, 33: 1972, pp 143-174.)


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