La
Eurofobia como problema social global, es un fenómeno posterior a la
Segunda
Guerra Mundial
y es actualmente un racismo legal e institucionalizado pero
astutamente encubierto.
En el discurso dominante, la eurofobia es
primero ignorada; cuando esto no es posible es negada, relativizada,
trivializada, ridiculizada e incluso justificada abiertamente y sin
consecuencias legales. Se trata de una política genocida
extraoficial de los poderes internacionales y globalistas, que
consiste en la implantación de políticas calculadas para reducir la
población europea o eurodescendiente,
la gradual sustitución demográfica con pueblos no-blancos en países
blancos,
así como la supresión de derechos e incluso agresiones y asesinatos
contra miembros de la raza
blanca.
La
sociedad celebra la reivindicación racial del indígena
americano
o la del negro, pero rechaza cualquier reivindicación racial de la
gente blanca. Expresiones de defensa u orgullo a la pertenencia a un
grupo étnico, cultural como el "orgullo
negro",
o sector social determinado (el orgullo gay por ejemplo), son bien
aceptados por el común de la sociedad, pero cuando esta expresión
es de orgullo
blanco
o la defensa de derechos civiles de los blancos, éstos últimos no
son considerados bajo las mismas condiciones y se etiquetan siempre
como "racistas", que "reivindican privilegios blancos"
o que "derivan de un odio racial".
Defensores
de los derechos de los blancos, como el Dr. David
Duke,
desmienten esto y afirman que todas las razas, culturas y grupos
étnicos tienen derecho a sentir orgullo de lo que son, a
identificarse libremente con su raza, así como a desarrollar su
propia cultura por separado, que una raza no debe dominar a otra, y
que ninguna raza es intrínsecamente superior a otra y que las
diferencias raciales deben ser respetadas. Si bien se oponen
enérgicamente al mestizaje
porque éste destruye la identidad y esencia de un pueblo, se oponen
también a lo que hoy se conoce como racismo, y se ve la separación
de distintas razas como la mejor manera de lograr que los diferentes
grupos raciales vivan en armonía unos con otros, acabado así con el
racismo de manera efectiva. Afirman que su deseo de retirarse de la
sociedad multirracial y separar por motivos de raza elimina la
posibilidad de someter a otros grupos étnicos o ser sometidos por
éstos, y por lo tanto el orgullo blanco no tiene ninguna relación
con el supremacismo blanco, o con supuestos privilegios de los
blancos.
Sin
embargo, antiblancos como David
Ingram
o Carol
M. Swain,
haciendo a un lado estos hechos y apoyándose en los prejuicios
alimentados por los medios durante las últimas décadas, han
estructurado un discurso de odio eurofóbico, negando que el orgullo
negro
sea equivalente al orgullo
blanco,
y no admiten bajo ningún motivo que sea bueno que los blancos se
identifiquen con su grupo étnico.
El
término "privilegio blanco" tiene su origen en la
neomarxista Escuela
de Frankfurt,
que lo acuñó con el propósito de destruir la homogeneidad racial
de los países blancos.
De
este modo, tal como señala la Operación
Mantra:
"Nadie
habla sobre "privilegio chino" en China; nadie habla sobre
"privilegio haitiano" en Haití; nadie habla sobre
"privilegio japonés" en Japón; nadie habla sobre
"privilegio somalí" en Somalia. Sólo los antiblancos
hablan sobre "privilegio Blanco" en los países Blancos".
Cuando
los INDIOS defienden su identidad, se le llama CULTURA.
Cuando los NEGROS defienden su identidad, se le llama ORGULLO.
Cuando los ASIÁTICOS defienden su identidad, se le llama TRADICIÓN.
Cuando los JUDÍOS defienden su identidad, se le llama HISTORIA.
Cuando los BLANCOS defienden su identidad, se le llama RACISMO.
Cuando los NEGROS defienden su identidad, se le llama ORGULLO.
Cuando los ASIÁTICOS defienden su identidad, se le llama TRADICIÓN.
Cuando los JUDÍOS defienden su identidad, se le llama HISTORIA.
Cuando los BLANCOS defienden su identidad, se le llama RACISMO.
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