La
serpiente es uno de los animales más importante en la cultura
espiritual indígena de los nativos Americanos, ya que poseían la
sabiduría y los poderes de la naturaleza, en general eran
protectoras, animales medicina y de buena suerte, y se les rezaba
para pedir la curación de los seres queridos. En numerosos pueblos
de los bosques de Norteamérica creen que las serpientes y otras
criaturas acuáticas se comunican con los poderes del inframundo.
En
la mitología Cherokee, Uktena es la Gran Serpiente, aparece adornada
con una gran joya en la cabeza y siete bandas de colores en el
cuello. En otras versiones tiene cuernos como un ciervo o alas y
puede moverse por la tierra, el agua o el aire.
Uktena
adquirió el estatus de tótem y aparece en incisiones de conchas,
cerámica y joyería. En materiales pertenecientes a tribus de
Florida se han encontrado imágenes que representan una serpiente con
cabeza de puma y que se cree es una variación del mito.
Las
serpientes con cuernos aparecen en la historia oral de numerosas
culturas nativas americanas, especialmente en los bosques del sureste
y los Grandes Lagos, eran componentes principales del Complejo
Ceremonial del sureste de la prehistoria norteamericana. También es
común en la mitología Europea, la descripción de Unktehi o Uktena
es similar a la de un Lindworm en el norte de Europa, especialmente
en el sur de Escandinavia, y sobretodo como se describe en el
folclore en el este de Dinamarca, allí también es una criatura
acuática de enormes dimensiones.
Según
la leyenda, el chamán Shawano prometió matar a la serpiente para
salvar su vida y llevar el cristal mágico de su cráneo para que con
sus poderes curase a los enfermos, llenara de peces los ríos e
hiciera crecer el maíz.
Los
hechiceros de los Seminola, Creek, Cherokee y Choktaw hablan también
del cristal sanador que puede curar enfermedades, acabar con la
esterilidad de las mujeres y profetizar el futuro.
Diferentes
tribus tenía diferentes dioses y tradiciones relacionados con las
serpientes y así los Iroqueses y Hurones tenían el mito de la Gran
Serpiente de Agua que devoraba a la humanidad, pero que la mató Hino
el Espíritu del Trueno y sus guerreros.
El
Gran Manitou, el creador, también adopta la forma de una serpiente
con cuernos y Onnioni es una serpiente con cuernos, dios de la
mitología Hurón cuyo cuerno podía traspasar montañas y rocas.
El mito de la Gran Serpiente de las tribus de los bosques del sudeste podrían tener su máxima expresión en el montículo de la Gran Serpiente en el condado de Adams, Ohio, construcción que se atribuye a los indios Adena (1.000-100 a.C.) y que representa una gran serpiente que está engullendo un sapo. También se les atribuye a los que habitaron sucesivamente ese territorio como los Hopwell (100 a.C.-500 d.C.) y a los representantes de la llamada Cultura del Fuerte Antiguo (900-1.400 d.C.) ya que los tres pueblos fueron constructores de monumentos con forma de animal.
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