28/3/18

Rituales Sagrados (III)

La Piedra del Sol (calendario Azteca)

Muchos científicos creen que el corazón de la piedra era la cara de Tonatiuh, encima del cual los aztecas ofrecían sacrificios humanos para prevenir el fin del mundo.
En efecto, su función era la de servir como piedra de sacrificio, en donde una vez efectuada la oblación del guerrero cautivo se alimentaba al Sol representado sobre ella, a Tonatiuh, dándole la sangre y el corazón del inmolado. Por lo tanto, su oficio primordial fue alimentar al Sol para que éste no detuviera su andar; de ahí la presencia de los soles anteriores y de los días, pues aquellos fueron creados por la acción de creación-destrucción, generada de la lucha entre los dioses. Por eso era necesario que el combate fuera entre el guerrero enemigo y el guerrero mexica que, en representación de los dioses, repetían lo que éstos ya habían hecho.

El símbolo del Quinto Sol o Nahui Ollin, Sol de Movimiento, presente en medio de la escultura, debe ser alimentado para no detener su marcha. De ahí también se desprende que la piedra debió estar orientada de Este a Oeste indicando el movimiento del astro, es decir, con la cola de las dos Serpientes de Fuego, las Xiuhcoatl, hacia el oriente y sus cabezas hacia el poniente, en donde finalmente el Sol sería devorado por Tlaltecuhtli. También se explica el numeral 13-Caña entre las dos colas de las serpientes, pues fue en tal año cuando nació el Sol según lo narrado por los Anales de Cuauhtitlán; y coincide con el gobierno de Axayácatl.

La piedra tuvo como función dar el alimento al Sol, sangre y corazones, para que hubiera noche y día. Así, no debe extrañarnos que en el canto de la piedra se encuentre representada la noche con cuchillos de pedernal y con círculos como estrellas, los símbolos de Venus.
El astro penetraba también en la noche, después de ser devorado por Tlaltecuhtli en el lado femenino del universo, el poniente. Y aquí vemos algo muy importante; al ser engullido por la vagina dentada con sus grandes y afilados dientes, el Sol pasaba a la matriz terrestre, nocturna, femenina, en donde se gestaba su nuevo nacimiento. Era una especie de rito de tránsito en que el Sol volvía a renacer de la matriz de la Tierra a la mañana siguiente.

Siempre se ha dicho que el astro alumbraba el Mictlan, pero no era sólo eso. Recordemos que el Mictlan se describe como un lugar oscuro, sin ventanas, además de ser una matriz que guarda los huesos de los muertos. Por lo tanto, el Sol pasa al interior de la matriz terrestre para renacer por medio del combate en contra de los poderes nocturnos, femíneos, representados por la noche, la Luna y las estrellas.
Es el mito del combate de Huitzilopochtli en contra de Coyolxauhqui y los centzohuitznahuas, el que indica este momento importante en que el Sol se arma con la Xiuhcoatl para abatir a sus enemigos y nacer de la Coatlicue. Es una vez más, la guerra como elemento renovador y la presencia de la dualidad por excelencia, vida y muerte.

Continuará...

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