19/6/18

La Serpiente Cósmica III

    Expulsión del Paraíso (Capilla Sixtina)

Los primeros Iniciados y Adeptos o los “Hombres Sabios”, fueron iniciados en los Misterios de la Naturaleza por la Mente Universal, representada por los Ángeles más elevados, y fueron llamados “Serpientes de Sabiduría” y “Dragones”, como las primeras parejas fisiológicamente completas, después de ser iniciadas en los Misterios de la Creación Humana por Ofis, el Logos manifestado y el Andrógino comiendo del fruto del conocimiento, también principiaron a ser acusados por el espíritu material de la posteridad, de haber pecado, de haber desobedecido al Señor Dios, y de haber sido tentados por la Serpiente.

Tan mal fue comprendido por los cristianos, que despojaron a los judíos de su Biblia, los primeros cuatro capítulos del Génesis en su sentido esotérico. Nunca se ha apercibido que no sólo no hubo pecado intencionado en esa desobediencia, sino que la “Serpiente” era realmente el mismo creador, el cual como Ofis, el Logos o portador de la sabiduría divina creadora, enseñó a la humanidad a su vez a ser creadora.
Nunca han llegado a comprender que la Cruz era una evolución del Árbol y de la Serpiente, convirtiéndose así en la salvación de la Humanidad. Por eso se convierte en el primer símbolo fundamental de la Causa Creadora, que se aplica a la geometría, a los números, a la astronomía, a las medidas y a la reproducción animal.

Según la Kabala, la maldición que cayó sobre el hombre vino con la formación de la mujer. El círculo se separó de la línea de su diámetro. De la posesión del principio doble en uno, es decir el estado andrógino, tuvo lugar la separación del principio dual, presentando dos opuestos, cuyo destino fue desde entonces para siempre, buscar la reunión en el estado Uno original.
La maldición fue que la naturaleza, impulsando a buscar, evadía el resultado deseado con la producción de un nuevo ser, distinto de aquella reunión o unidad deseada, por medio lo cual defraudaba y defraudará siempre el intenso deseo natural de recobrar un estado perdido.

Cada página del Génesis demuestra que Noé, con sus tres hijos Sem, Cam y Jafet, es una variación de Adán con los suyos, Caín, Abel y Seth, vemos que Adán es el prototipo de Noé. La caída de Adán proviene de haber comido el vedado fruto del conocimiento celestial, mientras la de Noé resulta de haber gustado el fruto terrenal, el zumo de la vid, cuya embriaguez simboliza la perturbación mental ocasionada por el abuso del conocimiento.
Adán se ve despojado de sus vestiduras celestes, y Noé de sus ropas terrestres, y ambos se avergüenzan de su desnudez.
La maldad de Caín aparece reproducida en Cam, y los descendientes de ambos superan en sabiduría a los demás hombres, por lo que se les llamó “serpientes” e “hijos de serpientes”, en el sentido de “hijos de la sabiduría”, y no en el de “hijos de Satanás”, como han interpretado torcidamente muchos teólogos.

La enemistad entre la “serpiente” y la “mujer” tan sólo subsiste en este perecedero y fenoménico mundo del “hombre nacido de mujer”. Antes de la caída en la carne, la serpiente Ophis simbolizaba la divina sabiduría, que no necesitaba de la materia para procrear al hombre espiritual. De ahí la enemistad entre la serpiente y la mujer, osea entre el espíritu y la materia. En su aspecto material, la serpiente (Ophiomorphos) es símbolo de la materia, y en su aspecto espiritual es Ophis-Christos.

Continuará...

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