21/1/17

Tesoros de Canaán (Fenicios II)

Las naves Fenicias eran envidiadas por todos sus contemporáneos, y los griegos llamaron a alguna de sus embarcaciones pentecóntera (de unos 25 m. y 50 remeros), birreme (con dos pisos de remeros), trirreme (de unos 36 m. y con un piso de remeros supletorio fuera de la borda con un total de 180 remeros), o a las típicamente comerciales gauloi, gaulos “bañera”, y a las últimas naves cartaginesas se las conocieron como tetrera y pentera, de casi 40 m. y 240 y 300 hombres respectivamente.

Las gaditanas se conocieron como hippoi, y sus barcos de guerra estaban armados con su agresivo espolón en proa y con atemorizantes ojos en sus costados, por cuyas pupilas trascurrían los amarres de sus anclas, o poseían un típico mascarón de proa en las comerciales.
Sus ejércitos estaban mayoritariamente compuesto por mercenarios, los fenicios se jactaban de que sus remeros eran ciudadanos libres (también hubo reservas de ciudadanos en armas, al menos en Cartago), nada que ver con los desafortunados esclavos reos romanos o con los condenados a galeras en nuestras imperiales naves.

La necesidad del transporte de mercancías a largas distancias estimuló la construcción naval y la mejora en las técnicas de navegación. En cierta medida consiguieron establecer una talasocracia marítima que alcanzó el "gobierno de los mares", y que desde sus primeras acciones comerciales fuera de sus fronteras, hacia los dos últimos siglos del II milenio a.C. En Egipto, Anatolia y Chipre, les llevó a controlar comercialmente el mar Mediterráneo, al menos el más meridional y occidental.

La colonización fenicia fue un fenómeno meramente de intercambio comercial y cultural, sin imposición de normas ni conquistas territoriales en el interior los comerciantes de Sidón crearon asentamientos-almacenes amurallados, y los de Tiro fundaron hacia el año 800 a.C. en Chipre y el norte de África, Qart Hadasht (ciudades nuevas Kition, Utica, Cartago), cuya posición estratégica entre el Mediterráneo occidental y oriental la convirtió en la más importante de todas sus colonias, que terminó por acoger el centro de la civilización púnica cuando las ciudades del Levante fueron conquistadas por el Imperio Persa (539 a.C.).
La presión ejercida por diferentes vecinos, especialmente por los asirios primero y por los neobabilonios y persas después, desencadena que las factorías fenicias se esparcieran prácticamente por toda la ribera sur mediterránea y sus islas.
                                 Nave de Guerra

Continuará...

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