22/1/17

Tesoros de Canaán (Fenicios III)


La mayor parte de las colonias fenicias eran tirias (fundadas por Tiro), y desde Tiro se generaron colonias en Cartago (ciudad nueva, fundada por Pigmalión, 820-774 a.C./814-813 a.C.), Gadir o Gdr (Cádiz), que será llamada Gadeira por los griegos y Gades por los romanos (fuentes clásicas como Estrabón o Velleio Paterculo citan el 1.110 a.C., aunque los registros arqueológicos no superan el 770 a.C.), Útica (1.101 a.C.). Y más allá del estrecho de Gibraltar, en el entorno del mítico reino de Tartessos, abriendo las puertas de las rutas del Océano Atlántico, bien hacia el norte de Europa (Bretaña, Cornualles) o hasta el sur de África, y hacia el este por las costas de Asia y el mar Negro. 
Colonias sidonias (fundadas por Sidón) estaban establecidas en la ribera norte del Mediterráneo, como Temesa (cerca de Nápoles), la islas de Citerea, Chipre, Creta y Rodas o en Asia, y se ha señalado como un rasgo propio de las colonias sidonias en la Península Ibérica ciertos topónimos con la terminación –ipo: Baicipo, Dipo, Acinipo, Lacipo, Iripo, Oripo, Ostipo, Sisipo, Ventipo, Olisipo.
Se dice que entre las colonias de Sidón, Paros proporcionaba marmol, Thasos oro, Melos azufre y alumbre, y Tartessos plata, mientras que el tinte púrpura aumentaría sus provisiones en Citerea y Creta.

En la costa africana son localidades de fundación fenicia, Rhysaddir/ Melilla (actual España), Ema, Tamuda, Tangis/Tingis, Rusibis, Zili, Mogador y Lixus/Lixos (actual Marruecos), Hipo Regius, Citra, Chullu, Icosium, Iol, Sidi Abdselam del Behar y Kudia Tebmain (actual Argelia), Acholla, Utica, Hadrumemtum, Mahdia, Leptis Minor y Thapsus (actual Túnez), Leptis Magna, Oea/Trípoli y Sabratha (actual Libia), etc.

En las islas del Mediterráneo occidental/ central, son fenicias las colonias de Iboshim o Eubussus (Ibiza), Nora, Sulcis, Tharros, Cágliari, Bithia y Olbia (Cerdeña), Mozia, Solunto, Palermo (Sicilia) y Malta (Tas Silg y ocuparon Gozo, Pantelaria), y en el Mediterráneo oriental Kition (Chipre), entre otras, precediendo a los griegos en algunos decenios en la expansión mediterránea (primera colonia comercial griega en Isquia hacia el 775 a.C. y en la Península Ibérica con los foceos c. 650-600 a.C.).

Los fenicios fueron los colonizadores históricos de la Península Ibérica, que conocían con el nombre Ishepham-im.
En fuentes latinas, griegas y medievales se habla de un héroe llamado Hispan, Hispano o Híspalo, que sería la palabra latinizada de una divinidad llevada a la Península por los fenicios, llamado Baal Sapanu (B’l Spn), cuyo nombre significa “Señor del Sapanu”. El Sapanu es un monte mítico situado en un norte ubicuo (que está en todas partes), montaña de la cual era dios Ispan o Hispano, que desarrolla sus principales andanzas en la ciudad fenicia de Gades, casualmente existía un lugar llamado Sapanu en esta ciudad. Con el paso del tiempo, se extendió el conocimiento del terreno y el término Hispania (tierra de Hispan) pasó a denominar a toda la Península.
Los restos arqueológicos más antiguos descubiertos hasta la actualidad proceden de Malaka (Málaga) y Gadir (Cádiz), aunque establecieron colonias también en el Mediterráneo balear (Ibiza) y peninsular en Toscanos (Vélez-Málaga), Sexi (Almuñécar), Abdera (Adra), Cerro del Prado, Chorreras, Villaricos, Mazarrón, Guardamar del Segura, etc. etc., y en el área Atlántica en Onuba (Huelva), Abul (Alcacer do Sal) y probablemente en Olissipo (Lisboa).

La rivalidad secular que mantenían griegos y fenicios por las rutas comerciales y el establecimiento de sus colonias llevó en el siglo VI a.C. a un enfrentamiento militar de gran envergadura, la Batalla de Alalia (537 a.C.), en la que la colonia griega focense de Alalia se enfrentó a la flota cartaginesa, aliada con los etruscos, redefiniéndose la relación de fuerzas en la región. Más adelante se reanudará el conflicto, esta vez con Roma, en las Guerras Púnicas.

Como venía ocurriendo en todas las antiguas civilizaciones de Oriente Medio, y acabará ocurriendo en la egipcia, también inicialmente en Fenicia, el poder religioso (sacerdote) y el gobierno (rey) acabarán siendo la misma cosa, el Palacio y el Templo serán los centros del poder, recordemos que cuando el rey Salomón solicitó ayuda a Hiram de Tiro para la construcción de su famoso templo (a imagen del Templo de Melkart), éste no solo iba a ser la Casa de Dios, sino también la suya propia, y con este perfil teocrático ambos centros serán gobernados por la misma persona, y el carácter hereditario de sus potestades se encargará de perpetuar y aumentar su poder.
En ciertos periodos, como ocurrió en Tiro tras la sumisión a los babilonios a la muerte de Baal II (564 a.C.), se instauró un gobierno electivo de sufetes (jueces), similar a los llamados Jueces de Israel que menciona La Biblia, aunque más adelante los persas permitirían restaurar la monarquía. Este sistema también aparecería en colonias como Cartago y Gadir.
Estos mandatarios aparecerán entronizados, y con frecuencia acompañados por seres alados o deidades locales (Zakarbaal, Abibaal, Elibaal, Shipitbaal de Biblos, Ithobaal I, Ithobaal II o Baal I de Tiro, etc.).

Continuará...

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