15/1/21

Laocoonte

 

  Laocoonte y sus hijos.

En esta pieza se representa el momento exacto en que las serpientes marítimas se enroscan en el cuerpo del sacerdote troyano y sus dos hijos.

La historia de Laocoonte, sacerdote de Poseidón (Neptuno para los romanos), ha sido narrada en repetidas ocasiones pero la versión más conocida es la del mito de Virgilio en la Eneida, donde cuenta que después de años inútiles de asedio, los griegos deciden tomar Troya a través de un engaño, aconsejados por el astuto Ulises, simularon que abandonaban su campamento zarpando con todas sus tropas, dejando delante de las puertas de la ciudad un enorme caballo de madera.

Cuando despertaron los troyanos, incautos a causa de la aparente victoria, decidieron llevar el misterioso regalo griego dentro de las murallas de la ciudad, Laocoonte intentó en vano disuadir a sus conciudadanos, tratando de hacerles ver que se podía tratar de una trampa, con extremada violencia y fuerza tiró una lanza contra el caballo, el sonido de la lanza al chocar con el gran caballo fue hueco, lo que reveló que en su interior podía esconder a guerreros enemigos, aún así nadie quiso escucharle y ante el desafío de Laocoonte, en ese momento emergieron de las aguas dos grandes serpientes mandadas por Atenea, Caribea y Porce, devorando a sus hijos, Laocoonte angustiado se lanza a luchar y también resulta devorado.

De la tradición de Virgilio se interpreta que el castigo de Laocoonte se debe a la profanación que supone tratar de destruir un regalo a la deidad.

Según las fuentes antiguas, existe una sola mención por el escritor romano Plinio el Viejo, que en su libro Naturalis Historia, cuenta que la obra se encontraba en el palacio del emperador Tito, cerca del año 70 d.C. y proporciona el nombre de los tres artistas que la esculpiero, Agesandro, Atenodoro y Polidoro de Rodas, probablemente se esculpió entre el 170 y 150 a.C.

En el Laocoonte los tres escultores han representado una amplia variedad de sentimientos; en el centro, el rostro contraído del padre que expresa su desesperada lucha por salvar a sus hijos y a él, a la izquierda, el hijo pequeño se retuerce de espasmos producidos por la inminente muerte, y a la derecha el hijo mayor horrorizado e impotente por la irremediable muerte de su padre y hermano, consciente de sufrir la misma suerte .

La obra Laocoonte y sus hijos fue descubierta el 14 de enero del año 1.506 en un viñedo romano propiedad de Felice de Fredis por un campesino. El propio Miguel Ángel Buonarroti fue uno de los primeros testigos en aparecer en la excavación, quien confirmó la correspondencia entre el relato de Plinio el Viejo y la pieza encontrada, hoy se puede apreciar en el Museo Pío-Clementino de la ciudad del Vaticano (Roma).

Fuente:https://www.culturagenial.com/es/escultura-laocoonte-y-sus-hijos/


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