9/5/14

Historia de Cataluña III

La Generalitat de Cataluña ha vuelto recurrir a un ejercicio de tergiversación histórica para mostrar, en una exposición en el centro cultural Blanquerna de Madrid, su visión sui generis de 1714, fecha totémica del independentismo catalán. Para ello recurre a la reproducción de un grabado, cuyo original es en blanco y negro, en la que fue manipulada la bandera de un navío de guerra que supuestamente «ataca» el puerto de Barcelona. De este modo, las tres franjas horizontales «roja, amarilla y roja» de la actual bandera de España ondean coloreadas en la popa y en los tres mástiles de un buque amenazante a cañonazo limpio.

La actual bandera de España no fue utilizada por la Armada hasta 1785, es decir, 71 años después de los acontecimientos del 11 de septiembre de 1714. En la Guerra de Sucesión, los barcos leales a la causa borbónica lucieron el pabellón blanco con el escudo de la Casa Real, lo que utilizarían hasta el cambio en 1785.
El citado grabado —«Barcelone. Ville Capitale de la Principauté Catalogne scituée sur la mer Mediterranée», del francés Pierre Aveline—fue publicado por primera vez en 1692, apareciendo posteriores versiones en color con las banderas de las Provincias Unidas de los Países Bajos.
Versión del grabado que ahora usa la Generalitat, con la bandera «roja, amarilla y roja». Sin embargo, este pabellón no existía ni ondeó en la Armada hasta 1785.

El grabado con las «imposibles» banderas rojo y gualdas, arranca del editado por Chereau en 1750, según el original de Aveline de 1692, como puede comprobarse en la relación de mapas de Cataluña (s. XVII-XX) de su Instituto Cartográfico. Eso explica la inclusión de la Ciudadela, comenzada en 1715 y finalizada en 1725.

Por Real Decreto de 28 de mayo de 1785, que el Secretario del Despacho de Marina, D. Antonio María de Valdés, puso a la firma de la Real mano «Para evitar los inconvenientes y perjuicios que ha hecho ver la experiencia puede ocasionar la Bandera nacional que usa mi Armada naval y demás embarcaciones española, equivocándose…», se creó la bandera de uso exclusivamente marítimo que pasó después a ser la Nacional española. El proyecto original y los diseños presentados a S. M. los pueden contemplar en el Museo Naval madrileño.
Si el grabado no mostrase bandera alguna, la abundancia de galeras presentes en él hacen imposible su datación en la segunda mitad del XVIII, pues la Escuadra de Galeras de España fue dada definitivamente en 1749, al fallecer en Cartagena su último capitán general, el quinto conde de Fernán Núñez. Hubo una efímera resurrección en 1783-1784, cuando los bombardeos de Argel de la escuadra Barceló, pero en 1785 y en Barcelona era imposible ver ese tipo de buques porque también fue el año de la firma de la paz definitiva con Berbería.
Estamos de acuerdo con que los buques están saludando al cañón, máxima expresión del «son de paz» que viene de la costumbre de disparar la batería a la vista de otras velas para demostrar intenciones pacíficas, pues recargar los cañones llevaba largo tiempo. La actitud de paseantes y curiosos establecidos al pie del faro, lo certifica.

La imagen del gran navío que aparece en primer término, corresponde a un navío holandés de finales del XVII, según podemos contemplar en el libro «The Ship», del famoso arqueólogo naval Björn Landström (Allen&Unwin, Stockholm, 1961, Pág. 371). En su dibujo del navío Gouda (72 c.) vemos la misma decoración del espejo de popa.
La escena del grabado no puede ser otra cosa que una visita de buques holandeses (y quizás alguno inglés) a Barcelona.
José María Blanco Núñez es académico de la Real Academia de la Historia.


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