3/4/13

Escudo Antimisiles Europeo


Si los europeos habí­an creí­do por un momento que habían recuperado terreno frente a Asia dentro de las prioridades de Estados Unidos, estaban equivocados. El último ejemplo ha sido el nuevo paquete de medidas, anunciado por el secretario de Defensa, Chuck Hagel, encaminadas a modificar la polí­tica de defensa antimisiles del paí­s. Si hace cuatro años Obama deseaba hacer frente a los misiles iraníes de corto y medio alcance y proteger a Europa de ellos, ahora la prioridad es Corea del Norte y su amenaza de atacar territorio norteamericano. 

El escudo europeo –EPAA– tení­a previsto en su última fase (inicialmente prevista para 2020 y luego retrasada a 2022) dar cobertura a Estados Unidos frente los misiles de largo alcance que le entraran por su costa este, pero ahora el problema lo tiene por el oeste.

Las continuas y provocativas acciones de Corea del Norte han logrado que Obama reoriente cerca de 1.000 millones de dólares destinados al EPAA a defender el territorio norteamericano de Corea del Norte. Y decimos Obama porque hasta ahora Hagel apenas habí­a mostrado entusiasmo por Pyongyang. La mencionó escasamente tres veces en su comparecencia ante el Congreso para su confirmación en el cargo, mientras que Irán salió a colación en 55 ocasiones (más o menos lo mismo sucedió en la confirmación de John Kerry).

Pero hay más. Entre las medidas recién anunciadas se hace mención al despliegue de un radar –ya existe uno– en Japón, que mejorará la capacidad de alerta temprana ante un posible lanzamiento de Pyongyang. Algo que se sabí­a desde agosto y que responde a la creciente carrera armamentística –con especial atención a los misiles y las defensas antimisiles– que se vive en Asia. Entonces se rumoreaba que Washington estaba buscando el despliegue de un tercer sistema en alguna parte de la región, por ejemplo Filipinas, con el objetivo de crear un arco que comprendiera todo el este asiático.

Los que más se oponen al escudo europeo son los rusos, a pesar de que no va dirigido contra ellos sino contra Teherán. En el caso asiático, aunque la amenaza es norcoreana, las protestas llegan desde Pekí­n. No hay que olvidar que China está llevando a cabo un importante desarrollo misilístico contra una amplia variedad de objetivos en la región, que incluye las bases aéreas de Okinawa, infraestructuras crí­ticas en Taiwán y portaaviones norteamericanos. Como era de esperar, China ha expresado su disconformidad y sugerido que estos últimos movimientos no hacen sino intensificar su rivalidad con EEUU.

Los europeos deben contribuir a la defensa antimisiles en su ámbito, porque si los americanos se ven obligados a hacer más recortes, preferirán detraer recursos a la seguridad europea y centrarse en Asia.

Fuente:
libertaddigital.com

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