24/6/13

Historia de la Peseta

El origen de la palabra peseta es objeto de polémica, según los diccionarios de la Real Academia de la Lengua proviene del vocablo “peso”. Otros investigadores le atribuyen su origen a las palabras piecette en francés o pezzeta, en italiano. Existe otra teoría que indica que la palabra peceta (piececita), diminutivo de peça (pieza), existía en lengua catalana. En el siglo XV se aplicó a monedas de plata y en la Edad Media se utilizó para designar el real de a dos. A principios del siglo XVIII, la palabra peceta se introduce a la lengua castellana como peseta.

El proceso por el que pasó de una lengua a otra hay que buscarlo en la guerra de sucesión a la Corona española (1705-1714) entre el pretendiente francés, Felipe de Borbón, y el archiduque Carlos de Austria. Este último tenía sus operaciones militares en Cataluña, por lo que acuñó en Barcelona grandes cantidades de reales de a dos. Posteriormente, estas monedas de plata inundaron el mercado castellano, y con ello se comenzó a popularizar la palabra peseta escrita tal como sonaba la pronunciación catalana de aquel término. El vocablo castellano peseta regresó al ámbito catalán y se hizo una transposición fonética de la que resultó pesseta, voz que aún persiste. 

La primera alusión a la peseta se remonta a una pragmática de fecha 13 de julio de 1718  y el Diccionario de Autoridades de 1737 define la peseta como "la pieza que vale dos reales de plata de moneda provincial, formada en figura redonda".
La primera pieza con denominación de "peseta", aún sin ser la moneda oficial, se acuñó en la Barcelona ocupada por las tropas francesas de Napoleón I (1808-1814), siendo rey su hermano José I. Se acuñaron monedas de media, una, dos y cinco pesetas. Un año más tarde se acuñaron en Gerona las de cinco pesetas, llamadas desde entonces “duros”. Pero es cierto que en Cataluña se designaba como peseta, ya en el siglo XVII, al real de a dos, cuarta parte del "peso" o "duro", que era el real de a ocho. Durante la Guerra de la Independencia se acuñaron en Cataluña monedas de oro de 20 pesetas y piezas de plata de 5 y 1 peseta, entre otros valores

En 1808 las tropas francesas que invadieron nuestro país fabricaron las primeras piezas de la historia con el nombre de "peseta" derivado del término catalán "peceta", dado a las piezas pequeñas de plata. Se acuñaron piezas de 1,  2½ y 5 pesetas.
Curiosamente, fue en 1808 y en Cataluña la primera vez que una moneda salió de la ceca con leyenda en español y no en latín, poco antes de la llegada de los franceses. En la inscripción se proclama a Fernando VII rey de España, y aparece en Gerona (con el nombre en castellano) como lugar de la acuñación.
Isabel II mandó acuñar piezas de una peseta para pagar a las tropas institucionales que lucharon en la guerra carlista. Esto dio origen al sobrenombre de "peseteros" dado a los mercenarios a sueldo que defendieron los derechos de sucesión de Isabel frente a Carlos V. 
En septiembre de 1868, los revolucionarios para modernizar España instauraron la unidad monetaria, dentro del sistema métrico decimal, que sustituyera a los "reales" y "escudos" que circulaban por el país. Un decreto del 19 de octubre de 1868 crea la peseta, con objeto de agilizar la economía y el comercio e impulsar el sistema financiero. El valor de la nueva moneda se fijó entonces en 0’290 gramos de oro fino, unas 4500 pesetas de hoy.
Un decreto de 19 de octubre de 1868, presentado por el ministro de Hacienda del Gobierno Provisional, Laureano Figuerola, estableció la peseta como unidad del nuevo sistema monetario español, basado en el sistema métrico decimal. La primera peseta de curso legal se acuño en 1869 bajo la firma del grabador principal de la Casa de la Moneda de Madrid, Luis Marchionni y figura el título de "GOBIERNO PROVISIONAL", referido al Ejecutivo revolucionario encabezado por el general Francisco Serrano (si bien cabe decir, que el alma del movimiento anti Isabelino había sido el general Juan Prim), y el nombre "HISPANIA".
La peseta originaria fue una moneda de plata de ley de 835 milésimas y 5 gramos de peso. En su anverso figuraba una matrona, representación de Hispania, inspirada en las monedas del emperador Adriano, postrada sobre los Pirineos, con el Peñón del Gibraltar a sus pies y con una rama de olivo en la mano. En el reverso aparecía el escudo de España conforme había sido establecido por el Gobierno Provisional. Esta peseta fue una moneda controvertida pues carecía del nombre de la nación. Meses mas tarde se paró su fabricación cambiándose la leyenda por "ESPAÑA". Se acuñaron, en bronce, valores de 1, 2, 5 y 10 céntimos y en plata los correspondientes a 20 y 25 céntimos, 1, 2 y 5 pesetas. 

Alfonso XIII, hijo póstumo de  Alfonso XII, fue rey desde su nacimiento. Las monedas han dejado una galería de retratos de este monarca que muestran su crecimiento. Durante este reinado, fueron emitiéndose distintas piezas con retratos del rey a la edad de 1, 4, 7 y 14 años, lo que representa una extraordinaria originalidad numismática.  La primera peseta se acuñó en 1888 y se conoce como el pelón, debido a que Alfonso tenía sólo dos años. La peseta de 1893 se conoce como de bucles. La de 1896 de tupé. La de 1903, de cadete se representaba al monarca con uniforme militar a la edad de 14 años. 

La primera acuñación republicana, todavía en plata, se efectuó en 1933-1934 y reapareció la matrona Hispania con un ramo de olivo en la mano. En plena guerra civil, en 1937, nacieron las rubias, al cambiarse el metal de la peseta por una aleación de cuproníquel de color dorado. La imaginación popular otorgó el color rubio a la larga melena del retrato femenino que aparece.
Las pesetas de papel comienzan a imprimirse durante la guerra civil, debido a que la industria bélica necesita metal para fabricar las vainas de las balas. La abundante circulación de billetes y el acaparamiento de plata durante la guerra hicieron que estas monedas apenas circulasen.
  
La carencia de metales se puso de manifiesto en la II República y la Guerra Civil. La Fábrica Nacional de la Moneda y Timbre emitió discos de cartón fibra en los que se pegaban sellos con diferentes valores, adquiridos en los estancos. En plena guerra, desde los gobiernos locales a las fuerzas armadas, pasando por sindicatos y comunidades, emitieron como moneda piezas de los más pintorescos materiales. 
El Gobierno de Franco acuñó nuevas piezas, pero mantuvo la peseta como unidad del sistema monetario. Las antiguas monedas de cobre (perra chica y perra gorda) fueron relevadas por piezas de aluminio de 5 y 10 céntimos. La unidad del sistema se acuñó en bronce (por eso se le llamó "rubia") con el busto de Franco en el anverso, y se recuperó el duro, que se había dejado de emitir en plata en 1899. El duro empezó siendo de níquel y gran tamaño, pero lo acaparaban los industriales en los difíciles tiempos de la posguerra. Más pequeño, y en aleación de níquel y cobre pervivió 40 años, para ser retirado en 1997. 

Las monedas con la imagen de Juan Carlos I se comenzaron a acuñar en 1975. En 1980 se modificó el reverso con la leyenda "ESPAÑA 82", conmemorativa del Mundial de Fútbol.  A partir de 1990 se impone una renovación tipologica en la que los motivos son diferentes cada año, excepto en las monedas de 1 y 500 pesetas, desarrollándose asi la intención conmemorativa que empezó en 1980 con la serie del mundial de fútbol. Se rompió asi la tradición de que en el anverso estuviera la efigie del gobernante y en el reverso el escudo de España. Este se cambió por motivos alusivos a las comunidades autónomas y a manifestaciones artísticas y culturales. Desaparece el cobre y se fabrican exclusivamente en aluminio. Una moneda de las más pequeñas del mundo, la peseta, desapareció como moneda oficial con la llegada del euro el 1 de enero del 2002. 

1 comentario:

  1. Hola yo tengo una peseta que creo que es de isabel II pero no tiene año de acuñacion y tiene un uno grande. No la encuentro por ningun lado para saber de que epoca es.ni si tiene valor. mi email es gatsyomisma@hotmail.com
    gracias

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