18/10/17

La República de China


La República de China mantuvo una frágil existencia desde 1.912 hasta 1.949. Aunque se adoptó una Constitución y se estableció un Parlamento en 1.912, Yuan Shikai nunca permitió que estas instituciones limitaran su control personal del gobierno.
Cuando el recién fundado Partido Nacionalista, o Guomindang, encabezado por Sun Yat-sen, intentó reducir el poder de Yuan, primero mediante tácticas parlamentarias y luego con la fracasada revolución de 1.913, Yuan respondió con la disolución del Parlamento, la ilegalidad del Guomindang y el gobierno a través de sus conexiones personales con los dirigentes militares provinciales. Sun Yat-sen se refugió en Japón. Yuan, sin embargo, se vio forzado por la oposición popular a abandonar sus planes de restaurar el imperio y convertirse en emperador. Murió en 1916, y el poder político fue ejercido por los jefes militares provinciales. El gobierno central mantuvo hasta 1.927 una existencia precaria y casi ficticia.
Durante la I Guerra Mundial (1914-1918), Japón buscó obtener una posición de supremacía incuestionable en China. En 1.915 presentó a China las denominadas “Veintiuna Demandas”, cuyos términos habrían reducido China a un virtual protectorado japonés. China, flexible ante una versión modificada de las demandas, accedió, entre otras concesiones, a transferir las posesiones alemanas en Shandong a Japón.

La tardía entrada de China en la guerra en 1.917 estaba destinada a conseguir participar en el futuro tratado de paz para revisar las ambiciosas peticiones japonesas. China esperaba que Estados Unidos, de acuerdo con su política de puertas abiertas, le ofreciera su apoyo. Sin embargo, en Versalles, el presidente estadounidense Woodrow Wilson retiró el apoyo de su país a China en el tema de Shandong, cuando Japón retiró sus demandas de una cláusula de igualdad racial en el Pacto de la Sociedad de Naciones, una disposición a la que se oponían duramente en Estados Unidos a causa de la posibilidad de que hubiera una afluencia ilimitada de mano de obra desde oriente.
La delegación china, indignada, se negó a firmar el Tratado de Versalles. Sin embargo, China obtuvo posteriormente su admisión en la Sociedad de Naciones a partir de la firma de un tratado de paz por separado con Austria.

Los jóvenes e intelectuales chinos, que en la década precedente habían vuelto sus ojos cada vez más hacia Occidente, en busca de modelos e ideales para la reforma de China, se sintieron traicionados por Wilson en Versalles. Cuando estas noticias llegaron, se inició en la Universidad de Pekín una manifestación masiva de protesta en contra de los japoneses, el llamado ‘Movimiento del Cuatro de Mayo’, que se extendió por todo el país en 1.919, tras ser sofocado, siguió un periodo de examen y reajuste, desde el cual surgieron dos objetivos claros: deshacerse del imperialismo que se cernía sobre China y restablecer la unidad nacional.

Los chinos estaban desilusionados por el cínico interés de los poderes imperialistas occidentales y se fueron acercando progresivamente al pensamiento marxista-leninista y a la Unión Soviética. El Partido Comunista Chino (PCCh) se fundó en Shanghai en 1.921, contando entre sus primeros miembros con Mao Zedong.
En 1.923 Sun Yat-sen aceptó el consejo soviético para reorganizar un Guomindang en proceso de desintegración, y fortalecer sus débiles fuerzas militares. Al mismo tiempo aceptó el ingreso de comunistas en el Guomindang. Los principios ideológicos de Sun (nacionalismo, democracia y socialismo) estaban íntimamente relacionados con un espíritu antiimperialista y la defensa de la unificación nacional.
A pesar de la muerte de Sun en 1.925, el rejuvenecido Guomindang, bajo el mandato del joven general Jiang Jieshi, lanzó una expedición militar en 1.926 desde su base de Cantón.
Jiang buscaba reunificar China bajo el mandato del Guomindang y liberar al país del imperialismo y de la fuerza de los jefes militares provinciales (los llamados señores de la guerra). No obstante, antes de que el Guomindang completara la reunificación territorial de China ya en 1.928, Jiang llevó a cabo una cruenta purga de los miembros comunistas del partido, y desde entonces confió en el apoyo de las clases propietarias y de las potencias extranjeras.

El nuevo gobierno nacional que el Guomindang estableció en Nanjing en 1.928 se encontró con tres problemas de gran magnitud.
Primero, Jiang en realidad sólo tenía bajo su control cinco provincias, pues el resto del país aún estaba gobernado por jefes militares locales.
Segundo, hacia comienzos de la década de 1.930 se encontró con una rebelión interna comunista. Los comunistas chinos, después la purga del Guomindang en 1.927 se dividieron en dos facciones y pasaron a la clandestinidad. Uno de los dos grupos intentó fomentar los levantamientos urbanos; el otro, dirigido por Mao Zedong, tomó la zona rural de la China central, donde movilizó a los campesinos, formó un ejército con ellos y estableció algunas comunas siguiendo el modelo soviético. La primera facción se unió finalmente a Mao en la China central.
El tercer problema del nuevo gobierno Jiang fue la agresión japonesa en Dongbei Pingyuan (Manchuria) y el norte de China.

Durante la década de 1.920 Japón había moderado su política respecto a China. En la Conferencia Naval de Washington de 1.922, había aceptado devolver las antiguas posesiones alemanas en Shandong. Desde 1.928, sin embargo, el nacionalismo militante del Guomindang chocó con los intereses imperialistas japoneses interesados en el control del ferrocarril del sur de Dongbei Pingyuan (Manchuria).
El 18 de septiembre de 1.931, los japoneses se valieron de un presunto bombardeo nacionalista del ferrocarril para extender su control militar sobre toda la región. La primavera siguiente los japoneses transformaron las tres provincias de Dongbei Pingyuan (Manchuria) en el nuevo Estado de Manchukuo y posteriormente convirtieron a Puyi, el último gobernante de la dinastía manchú, en su emperador.
A comienzos de 1.933 la zona oriental de Mongolia Interior fue incorporada al Manchukuo. Hacia mediados de 1.933, Japón había conseguido de China un acuerdo para la desmilitarización del noreste de Hebei.

Mientras se ocupaba de estos tres problemas durante la década de 1.930, Jiang Jieshi negoció con los jefes militares locales y contemporizó con los japoneses, dando prioridad a la supresión de la rebelión comunista.
A finales de 1.934, consiguió desalojar al Ejército Rojo de su base de China central, pero los comunistas se desplazaron hacia el oeste y después al norte en la denominada Larga Marcha, que terminó en Yan’an, en la provincia de Shaanxi; hacia 1.936 habían establecido una nueva base en el noroeste.

Mientras se intensificaba la agresión de los japoneses, aumentó la presión popular para que los chinos pusieran fin a las luchas internas y se unieran contra Japón. Sin embargo, Jiang resistió hasta finales de 1.936, en que fue secuestrado por uno de sus propios generales. Durante su periodo de cautiverio en Xi’an fue visitado por el propio dirigente comunista, con quien acordó la adopción de una política común contra Japón. Cuando fue liberado moderó su postura anticomunista y en 1.937 se formó un frente unido del Guomindang y los comunistas contra los japoneses.

Continuará...

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