18/9/11

Codex Gigas


A principios del siglo XIII, en el monasterio de Podlažice (Chequia) fue encerrado un monje benedictino llamado Heman (apodado "el recluso"). Durante su período de cautiverio estuvo escribiendo y el resultado fue un libro de 624 páginas, de 92 × 50,5 × 22 cms. y un peso de 75 kilos. Es el libro medieval más grande que existe y de ahí su nombre, pues la traducción del latín de Codex Gigas es 'libro grande'.
El ejemplar contiene la Biblia, el texto completo de la Chronica Boemorum, curas medicinales, encantamientos mágicos, dos trabajos del historiador judío Flavio Josefo, las Etimologías del arzobispo San Isidoro de Sevilla, varios tratados sobre medicina del médico Constantino el Africano, un calendario, una lista necrológica de personas fallecidas, y otros textos importantes para la época.
La combinación de textos lo hacen único en el mundo.
Ante tal volumen de contenido, muchos sospecharon que era imposible que tal obra hubiera sido realizada por una sola persona,  en ese periodo de reclusión. En este sentido, empezó a correr el rumor (que terminó convirtiéndose en leyenda) de que el monje había sido ayudado por el diablo para hacer tal obra magna en una sola noche. Y es que una de las cosas que más desconcertaba del libro era una ilustración del demonio en una de las páginas del codex. El tiempo real y las personas que participaron en la elaboración del libro son desconocidos, pero la leyenda ha fomentado la idea de que el diablo estaba tras su elaboración,  el monje fue encerrado por un crimen que cometió, cuando abrieron la celda del monasterio, encontraron al reo con el manuscrito, según sus palabras, escrito con la ayuda del diablo al que vendió su alma.
Se calcula que el libro fue vendido al monasterio de la  Orden del Císter de Sedlec  en el  año 1.296 aproximadamente. ¿La razón? Los graves problemas económicos por los que atravesaba el monasterio de Podlažice que provocaron la orden de venta por parte del obispo Gregorio de Praga.
El Codex Gigas era uno de los mayores tesoros que poseían en Chequia, tanto que la obra fue considerada como la "octava maravilla del mundo".  Su fama llegó hasta el punto de convertirse en un codiciado botín de guerra, acabando finalmente en poder del gobierno sueco al finalizar la guerra de los 30 años en 1648.  Han sido centenares los estudiosos que han investigado el Codex Gigas y que coinciden en declararlo como una de las obras más valiosas de la historia, asombrados por su perfección, teniendo en cuenta la época en que se hizo.

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